‘Xavi’, el álter ego del Señor Lobo

El Señor Lobo vivió apenas unos minutos en un largometraje llamado Pulp Fiction; aquel corto lapso de tiempo le sirvió para permanecer por siempre en la retina de todos los espectadores de la película. Un anciano rebosante de carisma, casi retirado de la profesión de gánster, acude al rescate de un par de matones de medio pelo que no saben como solucionar la situación que ellos mismos han creado.

Magia no hace precisamente el Señor Lobo, aunque la de hacer desaparecer cuerpos sea una de sus principales cualidades. Su cometido es el de sacar del embrollo a aquellos dos pobres pardillos. Para conseguirlo no hace nada especial, se limita a hacer lo de siempre. Lo que ocurre es que, lo que para él es cotidiano, es inalcanzable para el resto de los mortales.

¿No les suena? Pues en el Camp Nou llevan un tiempo en el que esta película parece repetirse en bucle. Con alguna peculiaridad, eso sí. En este caso los matones de medio pelo no son tales, sino que son once tíos vestidos de azulgrana. Además, el Señor Lobo cambia de atuendo cada vez que tiene que actuar; deja su precioso traje en el vestuario y sale al césped con el 6 a la espalda.

El mejor ‘Xavi’ se fue. Su cuerpo, marchito por los años, ya no responde a la intensidad que la cabeza pretende: sus piernas ya no toleran 180 minutos de máxima exigencia a la semana; ni siquiera aguantan 90 de una tacada. Esos pies que dibujaron todo lo imaginable, que retaron a las leyes de la física guiando a un cuero esférico por trayectorias imposibles, ya no son capaces de jugar con la sexta marcha puesta.

Por eso ‘Xavi’ ya no se viste prácticamente nunca de corto: ahora vive en el banquillo, aquel maldito ecosistema de los suplentes. El talentoso mediocampista de Terrassa aguarda en la banda hasta que el deber le llama, y es entonces cuando cambia los lustrosos zapatos italianos por unas botas de afilados tacos.

‘Xavi’ se ha convertido en un recurso maravilloso, en un secundario con una misión fija: enderezar el rumbo de los partidos descontrolados. Ningún escenario se le resiste. Puede dominar tanto un encuentro de Champions como de Liga, puede hacerlo ante el Almería o ante el Madrid, en casa o fuera. Cuando sus compañeros están a punto de verse superados por la situación, aparece el catalán con sus poderes mágicos para parar el tempo del partido.

Parece como si el mejor mediocentro de la historia de España se hubiera reencarnado en el Señor Lobo. Cuando alguien en Barcelona tiene una urgencia relacionada con el fútbol, marca el teléfono de ‘Xavi’ Hernández; cuando alguien se ve en un apuro de una índole más oscura en Los Ángeles, no duda en llamar al Señor Lobo.