Quizás yo sea de esos especímenes raros que no ha visto los dos últimos partidos de Copa del Rey entre el Barsa y el Real Madrid. Y eso no ha sido porque no me guste el fútbol, ni mucho menos. Al contrario, como siempre digo, el fútbol es una de mis grandes pasiones, una de las cosas con las que más me puedo entretener y está claro que un partido con dos de los mejores equipos del mundo tiene que ser de lo mejor que se puede ver sobre un terreno de juego. No voy a ser yo el que niegue esto.
Pero es que lo mismo que digo eso, también tengo claro que hay vida fuera de los clásicos y que se puede vivir sin ningún problema sin haber visto los partidos.
Yo tengo que reconocer que hasta la fecha me había visto prácticamente todos los clásicos de los últimos años. Disfrutaba como el que más del fútbol, sin animar a uno u otro equipo, y simplemente viendo como juegan al fútbol. Pero el año pasado con tantos clásicos me acabé cansando. Tal fue la cantidad de informativos, periódicos, artículos… sobre los partidos que es como si me hubiese comido tal cantidad de comida que no hay ganas de más. La prensa, los jugadores y los aficionados más radicales de ambos equipos provocaron en mi un sentimiento de cansancio, de aburrimiento hacia ambos equipos y hacia todo lo que les rodea.
El juego sucio mostrado por unos y otros, las peleas en la prensa, los titulares sensacionalistas fueron demasiado para mí. Lo que tiene que ser un espectáculo con veintidós jugadores y un balón pasó a ser un espectáculo circense, en donde parecía que lo que más importaba era el saber si Pepe se iba a pegar con Alves o si los españoles de uno y otro equipo se llevaban tan mal que la selección iba a perder todos los partidos del mundo.
Si yo veía estos partidos era por poder ver un gran espectáculo futbolístico difícil de ver en otros momentos, algo único que solo pasaba dos veces al año, una forma de disfrutar de un partido de fútbol sin sufrir por si mi equipo gana o pierde.
Puede ser que me esté perdiendo un gran espectáculo, seguro que si. Ver jugar a Messi o ver a Xabi Alonso seguro que es algo “glorioso”, pero es que mientras lo que envuelve a estos tipos de partidos siga existiendo como hasta ahora yo me seguiré negando a ver más clásicos. Y lo mismo que no veo los partidos, procuro ver lo mínimo de los Deportes en las noticias, ya que ese monográfico repitiendo únicamente las polémicas son una muestra de que el periodismo deportivo en este país cada vez va a peor.
No es necesario citar los nombres que más ayudan a que esto sea así, porque que el ambiente sea este está provocado tanto desde los propios equipos, como de la prensa más directa. Radicales en todos los ámbitos del mundo del fútbol que lo único que hacen es provocar un rechazo hacia todo lo que rodea el mundo del fútbol profesional. Por eso hay ocasiones en las que uno piensa que es mucho mejor el fútbol amateur, lugar donde se vive el fútbol como tiene que ser y en donde no está todo tan manipulado como en el fútbol de primera categoría.
Y como dije al principio, hay vida fuera de los clásicos. Yo disfruto más con un partido como el Espanyol – Mirandés o con cualquier partido del Deportivo de La Coruña que con esto. Más que nada porque tengo la sensación de ver únicamente fútbol, sin tener que tragarme toda la novela que envuelve a los clásicos. Yo lo que quiero es ver fútbol, nada más. Los debates están muy bien, pero hay ciertos límites.
Sea como sea, lo que tiene que triunfar siempre es el fútbol y cuando, en cualquier partido, de lo que más se hable sea de lo extradeportivo lo que tenemos que hacer es pensar que estamos haciendo para que se hable más de pisotones o agresiones, que de los goles.
Ayudemos a que el fútbol vuelva a sus orígenes, ayudemos que únicamente se hable de fútbol. Yo quiero ver fútbol, ¿y tú?
1 Comentario
Todo lo que no sea fútbol, malo.
Saludos desde La Escuadra de Mago
¡Le he hecho una entrevista a César Caneda, el héroe del Mirandés!