Siempre que se habla de la selección holandesa a uno le viene rápidamente al pensamiento la mítica selección de los años 70, con Johan Cruyff a la cabeza. También es fácil acordarse de aquella que venció en la Eurocopa de 1988 y que tenía como pilares fundamentales a Gullit, Rijkaard y Van Basten. Está muy fresca en la memoria la que el año pasado fue subcampeona en Sudáfrica, si bien a esta la recordaré más por su pragmatismo y solidez que por el brillo de su fútbol. En cambio muy pocos seguramente tendréis en mente a la Holanda que a mí personalmente más me impactó, una de las selecciones más brillantes que yo he visto en un terreno de juego y que no tuvo la fortuna o el acierto de conseguir un título, motivo por el que rara vez se la menciona entre las mejores. Os hablo de la selección holandesa que disputó la fase final de la Eurocopa de Suecia en 1992.
Siendo rigurosos fue esta una selección con la misma columna vertebral que 4 años antes había conseguido el título en Alemania. Sin embargo el mundial de Italia de 1990 había dejado un sabor muy amargo con una prematura eliminación en octavos cuando se esperaba mucho más. Rinus Michels volvía a hacerse cargo del equipo tras el paréntesis del mundial (con Leo Beenhakker al frente) y sin duda su sello se volvió a notar. El sistema que utilizó en Suecia fue un espectacular 1-3-3-3-1 prácticamente idéntico al utilizado habitualmente, por poneros un ejemplo cercano, por Marcelo Bielsa en su paso por la selección chilena. Un fútbol basado en la circulación rápida y al primer toque buscando una posesión que desembocase en el desborde de alguno de los 2 extremos para que pudiese finalizar bien el punta o bien alguno de los medios que constantemente se incorporaban al remate. Esa era la consigna en ataque pero cuando se perdía la pelota siempre se buscaba el pressing en campo contrario para recuperar rápido la posesión, por supuesto que estamos hablando de la filosofía de un técnico que fue clave en la selección Oranje de los 70, por lo que es más que conocida su mentalidad ultraofensiva. Resultados aparte, no puedo negar que el equipo que ahora os voy a destripar para mí era superior al de Alemania 88, básicamente porque tenían mejores automatismos y una circulación de balón más precisa que entonces. Claro que ya no eran una sorpresa para nadie y esto les complicó bastante la vida, y no solo en el partido en que fueron eliminados.
En la portería y en la línea defensiva no había ningún cambio respecto a 4 años atrás. Hans Van Breukelen era el guardameta titular, sobrio y con una colocación excelente, dejaba mucho que desear en las salidas y sobre todo le faltaba agilidad, algo bastante habitual en los porteros de los años 80. A mi modo de ver era uno de los puntos flacos del equipo. La línea de 3 tampoco es que fuera defensivamente una muralla pero tenía a Ronald Koeman, que sacaba la pelota jugada de maravilla y tenía todo el peligro del mundo a balón parado. Berry Van Aerle por la derecha y Adri Van Tiggelen por la izquierda eran sus acompañantes, para mi gusto mejorables. Hasta aquí las pocas pegas que puedo poner a este equipazo ya que el mediocampo y la delantera eran simplemente extraordinarios. Con respecto a la zaga solamente añadir que en esta eurocopa tuvo su oportunidad un joven llamado Frank de Boer, que fue titular en 2 partidos y que en los años siguientes sería un pilar básico en la selección.
Pasando al mediocampo, el pivote central lo ocupaba Jan Wouters, futbolista con una capacidad de trabajo y un despliegue físico sensacionales. Tenía también un buen disparo de larga distancia y era seguramente el hombre de más desgaste a la hora de recuperar. A su derecha desempeñaba el papel de interior Frank Rijkaard. No hay mucho que decir de él porque imagino que lo recordaréis como jugador, potencia física descomunal, calidad técnica, llegada a gol tanto por arriba como por abajo, ¿se puede pedir algo más? Mucho más en el olvido se quedó el que jugaba como interior izquierda, que no era otro que Rob Witschge. Hermano de Richard, ex-jugador del Barça, tenía un guante en su zurda y era muy creativo, sus labores destructivas eran mínimas. Tenía tendencia a abrirse más hacia la banda que Rijkaard seguramente por lo muy zurdo que era. Nunca entendí por qué no tuvo más oportunidades en la Oranje, esta fue la única gran competición en la que fue titular indiscutible.
Los extremos eran también fantásticos. Qué decir de Ruud Gullit, jugador polivalente como el que más, en esta selección desempeñaba el papel de extremo derecha. Físicamente impresionante, tenía calidad para distribuir, centrar, desbordar, rematar de cabeza, con el pie… En fin prácticamente todo, quizás yo siempre le reclamé un poco más de cabeza fría y acierto a la hora de tomar decisiones, creo que era lo que le faltaba para ser un verdadero genio. Nada que ver con él tenía Bryan Roy, el extremo izquierda, jugador finísimo y con un regate eléctrico, capaz de desbordar y de sacar un centro de gol en cualquier momento. Su pierna derecha era de palo, lo que le hacía más previsible, pero en todos los partidos se las ingeniaba para sembrar el pánico en las defensas rivales.
La punta de ataque era, como no podía ser de otra forma, para Marco Van Basten, el rematador por excelencia. Muchas veces bajaba unos metros para apoyar al mediocampo en la elaboración y buscar llegadas de compañeros de segunda línea pero su gran virtud era indudablemente su capacidad de remate. No estuvo fino en esta eurocopa, una lástima porque 2 años después ya no llegaría al mundial.
Pero la joya de la corona de este equipo, y quien realmente le daba el salto de calidad con respecto a 4 años antes era un joven rubio que irrumpió con muchísima fuerza en Suecia y que se llamaba Dennis Bergkamp. Si alguno recordáis a esta selección seguro que es gracias a él, tuvo una actuación destacadísima y se reveló como la gran estrella que sería durante muchos años. Su labor era fundamentalmente finalizadora, siempre apoyado en su exquisita calidad, unos controles de balón de otro mundo y una zancada en carrera sorprendente.
La historia de aquella eurocopa sentí que fue triste y hermosa a la vez. Holanda compartía grupo con Alemania, Escocia y la CEI (antigua URSS), debutando contra los escoceses. Fue aquel un partido donde a Holanda le costó imponerse, quizás los nervios del debut influyeron, pero finalmente apareció Bergkamp para marcar faltando un cuarto de hora para el final y conseguir la victoria. Contra la CEI, en cambio, apareció la máquina naranja, dominio claro, ocasiones de gol, incluso un tanto mal anulado a Van Basten… y un sorprendente 0-0 final. Había que ganar a Alemania para asegurar el pase a semifinales y vaya si se ganó. Cierto es que un gol de cabeza de Rijkaard en jugada a balón parado en el minuto 3 facilitó la tarea, más aun cuando pocos minutos más tarde Rob Witschge hacía el segundo de falta directa. A continuación tenéis un resumen del que para mi fue el mejor partido de esta eurocopa, con una exhibición en toda regla de Holanda ante la campeona del mundo (no os perdáis la jugada que finaliza Van Basten, minuto 3,33 del vídeo).
Llegaban las semifinales y tocaba jugar contra Dinamarca. No era ya la Dinamarca que asombró en los 80 pero acababa de dar la sorpresa eliminando a Francia e Inglaterra en su grupo. De hecho, estaban jugando la eurocopa de rebote, “gracias” a la reciente desmembración de Yugoslavia. Y Holanda era favorita, pero que muy favorita. Recuerdo perfectamente aquel día y nada más comenzar el partido ya me dio la sensación de que algo no estaba en su sitio. Dinamarca tenía a todo el estadio a su favor y cada vez que cruzaban el mediocampo se intuía peligro. Fue clave el primer gol, pérdida de balón de Witschge, se escapa Brian Laudrup que centra, tragada de Van Breukelen y gol de Larsen. Los daneses, que tenían un contragolpe mortal con Brian Laudrup y Flemming Povlsen, como que se lo iban creyendo cada vez más. Cuando más fea pintaba la cosa llegaba el empate de Bergkamp, con la ayuda de un desafortunado Peter Schmeichel pero poco antes del descanso repetía Larsen en otra contra letal. Michels sacrifica a Frank de Boer y juega durante muchos minutos con defensa de 2 casi en la línea de mediocampo. La segunda parte fue un quiero y no puedo continuo por parte de Holanda, que veía incrédula como se acercaba su fin pero a 5 minutos del final apareció Rijkaard en el área para fusilar el empate tras un córner. Tocaba prórroga. Una ocasión clamorosa de Bryan Roy a 8 minutos del final hubiera podido evitar los penaltis pero su remate en el área pequeña se fue al muñeco. En la muerte súbita cayó Holanda con error de un Marco Van Basten que completó de esta forma un día aciago. Un final cruel para uno de los mejores delanteros de la historia, la tristeza Oranje contrastaba con la alegría de una Dinamarca que jamás había pensado llegar tan lejos. Como sabéis, luego los daneses vencieron a Alemania en la final y consiguieron el título.
Pero yo nunca olvidaré a esta selección, su fútbol me alegró aquel mes de junio del 92 y de verdad que me parece una de las grandes injusticias del fútbol, no tanto que no ganasen el título sino que a lo largo de los años apenas se haya recordado el fenomenal espectáculo que nos brindaron. Hoy yo quiero hacerlo desde este blog.
2 Comentarios
Genial como siempre, compañero. Para aquellos que no pudimos disfrutar de esta selección, leer este artículo es como ver pequeñas pinceladas de ese fútbol que la Orange dejó en esta Eurocopa.
La volea de Van Basten para finalizar la jugada que comentas antes del vídeo, es simplemente bestial.
Una pena que no consiguieran el título para ser recordados más a menudo, pero siempre quedará gente como tu para recordarnos selecciones como esta.
Saludos crack!
@Dani
Una pena lo de Van Basten, tanto en Italia 90 como en Suecia 92 no estuvo nada bien. La volea contra Alemania es uno de los remates más impresionantes que he visto, lástima que no entrase. La verdad es que recuerdo muchísimo a esa selección, quizá porque yo aquel mes me examiné de selectividad y el seguir la eurocopa era una válvula de escape. Algún día también analizaré a aquella Dinamarca, quizá junto a Grecia 2004 una de las sorpresas más grandes que ha habido en una eurocopa.
Un saludo