Una Nueva Esperanza

El ejército rebelde estaba descompuesto, un gran desequilibrio entre los dos lados de la balanza, por un lado un poderoso imperio, fraguado a lo largo de 19 años, con un ejército entrenado y una capacidad bélica temible, por otro un pequeño grupo de personas, cuya única pertenencia en ese mundo era su corazón y las ganas de ver un milagro. Ese milagro sucedió y la estrella de la muerte, el buque insignia del imperio terminó destruida a manos de la insignificante fuerza de la resistencia.

Perfectamente podemos extrapolar el argumento de la obra maestra de George Lucas al partido que nos tocaba vivir ayer, un Madrid pletórico, un Real invicto y con la vitola de favorito, con una artillería que haría temblar al todopoderoso Manchester o al Inter en estado de gracia, enfrente estaba un equipo aniquilado por las bajas, anquilosado por un entrenador que no tiene las cosas claras y una ciudad avocada al pesimismo. La revelión debía organizarse y tener las cosas claras, solo un milagro y toda la intención del mundo podrían hacer peligrar el glorioso imperio emergente.

Ranieri fue capaz de visualizar el choque, el italiano quizás inspirado por la figura de la vieja dama, urdió un plan, el único plan capaz de poner en jaque al poderoso ejército blanco. Ranieri, como cualquiera que haya seguido un poco a la Juve y al Madrid sabía que si el choque pasaba del 45 sin goles, el partido sería para el equipo español. Mucho que ganar y poco que perder, hablar de Claudio en Torino antes del choque era hablar de un muerto andante, la derrota la tenía sobre el papel, un empate lo salvaría una semana más y una victoria posiblemente elevará los ánimos de los tifossi, dándole así unas semanas de tranquilidad, cuando la soga aprieta toca jugársela con todo lo que tenga.

Pero antes de empezar, recordemos que era esta Juve, retrotraigamos unos años atrás, un joven Pavel, un joven Del Piero y un mediocampo resistente. La Juve jugaba al K.O. técnico, golpeaba, replegaba, golpeaba, replegaba, hasta que el equipo rival decía basta, bajaba los brazos y los cracks hacían su trabajo. Ahora veamos esta Juve, una plantilla muy veterana, pocos jugadores aguantan los 90 minuntos al 100%, las segundas partes muy, muy flojas, y la filosofía Ranieri sigue siendo la misma, cansar, hacer cambios en el 60 y ganar el partido. Si la Juve plantea eso se muere antes de llegar, la única opción era provocar el colpaso total en los primeros minutos, desgastarse atacando y rezar para golpear primero y aguantar después.

Así salieron a jugar, y el milagro apareció, quizás fuera la Sabana Santa, quizás fuera un error de Shuster al no conseguir mentalizar a la plantilla, pero el Madrid salió idiotizado al césped del Comunale. Primer punto resuelto, la providencia estaba, ahora era cuestión de aprovecharla, y eso hicieron, las bandas se convirtieron en autopistas bianconeri, por las que Nedved y Gryguera trataban de cometer sus fechorías, delante Amauri se convertía en un sicario mientras permitía que «Il Capitano» fuera un espectador de lujo del espectáculo inicial, la defensa blanca estaba nerviosa, cada vez que Amauri aparecía, fijaba un lateral y de rebote el central de su lado, dejando una autopista para que Del Piero avanzara metros. Y todo esto solo en cuatro minutos, la intensidad fue la nota clave para que Amauri pusiera un balón en los pies de «Il Pinturichio», y como si de un cuadro se tratara, retrató un gol que guardaremos todos en nuestras retinas. Casillas impotente, Gago out y Shuster con una cara de os lo avisé que tiraba para atrás.

La Juve se veía con fuerzas, Sissoko era capaz de fijar a Gago, provocando la bajada de Van der Vaart, algo que los comentaristas de Antena 3 ignoraron, es más me sorprendieron al decir que Sissoko no es que lo estuviera haciendo bien, es que solo tenía uno enfrente. Esto es fútbol señores, va precisamente de eso… Marchisio de «Regista», liberadísimo gracias a la labor de su compañero. Bueno como decía (la puntualización me parecía bastante importante), VdV tenía que bajar a apoyar la salida de balón y a presionar a la Juve en fase ofensiva, este hecho resultó determinante en el devenir de los primeros 50 minutos, VdV es el enganche natural con Van Nistelrooy y su compatriota Sneijder, ambos se vieron obligados a bajar para poder recibir el balón. Van Gol no es nadie fuera del área, lento en la banda y con demasiada distancia para tirar, poco a poco fue ahogado por la táctica juventina. Lo de Snejder fue el acabose, simplemente estuvo desaparecido en combate. La primera parte termino con un sabor de boca extraño, el Madrid no era capaz de progresar y la Juve estaba demasiado limitada técnicamente como para poder tirarse a por el partido definitivamente, solo un error de la defensa madridista podría empujar a la Vechia Signora a por la victoria.

Creo que cualquiera de nosotros hubiera dado lo que fuera por estar en esos 15 minutos en el vestuario madridista, un Shuster desatado, recomponer al equipo era una obligación, el 1-0 era un resultado remontable ante un equipo tan flojo como el que tenían en frente, que prácticamente tenía tan solo un recurso, balones a las bandas, interiores convertidos y Amauri.

La Juve volvió a salir más enchufada que el Madrid, que pese a la charla, y un ligero atisbo de mejora en la lontananza vio como un error infantil de la defensa, una de las estupideces de Sergio Ramos y de los dos centrales provocaban un centro a placer de la Juve y un remate casi veraniego de Amauri, poniendo el 2-0 en el marcador del estadio Olímpico. A partir de ahí lo bien sabido por todos, a la Vechia Signora le pesa demasiado el avance de los minutos en el reloj, Ranieri decidió juntar líneas, buscar balones largos y rezar, la renta era más que suficiente si el Madrid no hacía de las suyas. Sissoko cansado y con la ayuda de un banda puro como es Nedved, propició la liberación de Van der Vaart, ahora el Comunale callaba y el Madrid apretaba, con VdV unos metros más hacia la zona de ataque, pudo liberar a VN de su prisión en la banda y comenzar a suministrar balones Sneijder para que comenzara a sacar la magia que lleva en sus botas.

Van Gol apareció y la sombra del Calderón planeó sobre Turín, pero la Vieja Dama supo cuidar de que no sucediera lo mismo y que la remontada tan solo fuese eso, un leve murmullo en el viento madridista.

Partidazo, en el que Ranieri supo estar a la altura del cargo, y que puede ser la llave de como debe jugar esta vieja gloria del fútbol mundial.

Saludos Cordiales.