Proclamados oficialmente Campeones del Mundo

«Obligados a ganar» decían algunos antes del comienzo de esta final, incluso antes de empezar el torneo. Cumplieron. El Manchester United no solo logró el título de campeón del mundo (¿no estaba claro ya?), sino que también demostró que esta competición no tiene el nivel y la igualdad que sus creadores afirman. Muchos, entre los que me incluyo, comentan que lo único que hace este torneo es estorbar y que se lo podían haber ahorrado; aparte de eso, personalmente, pienso que hay fechas mucho mejores para jugar estos partidos.

Centrándonos ya en el terreno de juego, Ferguson no se guardaba nada y jugaba desde el inicio con Ronaldo, Rooney, Tevez y compañía; al igual que había hecho en la semifinal que ganaban sus pupilos por 5-3 frente al Gamba Osaka, quedando bastante claro que querían llevarse el título de Japón ya que les habían metido en este embrollo.

Las dudas de Liga de Quito
El partido empezaba bastante trabado, prueba de ello, la tarjeta amarilla para Bieler, a los 2 minutos de juego por una clara falta sobre Ronaldo en el medio campo. Ambos equipos buscaban el pelotazo largo a la espalda de los defensas, pero el fuerte viento dificultaba los pases y el esférico iba de portería a portería en la mayoría de las ocasiones sin apenas recibir patadas. Lógicamente, la mayor calidad de los jugadores del United, hacía que sus envíos en profundidad fueran más precisos y crearan más peligro; Rooney ponía a prueba una y otra vez a Cevallos tras escaparse de la zaga, mientras Cristiano Ronaldo no paraba de romper cinturas con sus vertiginosos regates en cuanto cazaba un balón. Liga de Quito estaba bien cerrada alrededor de su portero, pero las ocasiones rivales y los problemas (en forma de otra tarjeta amarilla, esta para Campos), se acumulaban.

El campeón de América tenía una seria duda en cuanto al planteamiento: encerrarse atrás significaba ceder todo el campo y dejar que el United tocara cómodo, creando peligro una y otra vez; por otra parte, adelantar la defensa era sinónimo de un buen desmarque de Rooney o Tevez para un pase largo en profundidad, con lo que también entrañaba mucho riesgo. Pese a todo, consiguieron mantener el empate a 0 en el electrónico al final de la primera mitad, ya con tres tarjetas amarillas tras la recibida al filo del descanso por el arquero, Cevallos, tras considerar el colegiado que estaba perdiendo tiempo.

45 minutos con un Red Devil menos
El comienzo de la segunda mitad nos tenía preparada una sorpresa, aunque mas que una sorpresa fue una estupidez: no habían pasado ni cinco minutos cuando Vidic hacía una entrada que ya de por si era tarjeta amarilla, pero debió pensar que no había quedado claro y le dio un codazo al jugador ecuatoriano en toda la cara; cazado y, por lo tanto, expulsado. ¿Intencionado? Puede que si, puede que no; las repeticiones no lo dejan muy claro, pero no parece que al serbio le sorprendiera mucho la tarjeta roja…

Liga de Quito empezaba a creérselo tras ver que con la expulsión el ritmo del United bajaba y por fin hacían trabajar a un Van der Sar que hasta el momento había sido un espectador más. Pese a todo, solo subían cuatro jugadores, como mucho cinco, conscientes de que las contras del Manchester son muy peligrosas, más todavía teniendo en cuanto que Cristiano Ronaldo estaba muy enchufado. Por el miedo de unos y por la paciencia de otros, el partido se estaba durmiendo entre faltas y obstrucciones. En una jugada más, que parecía no ir a ningún sitio y que por lo tanto el minuto 73 de este partido no sería recordado, el United movió bien el balón de un lado del campo al otro hasta encontrar un hueco. En ese espacio estaba Cristiano Ronaldo para recibir el cuero, pararlo, amagar y darlo a su izquierda, todo en medio segundo, para un Rooney que colocaba su disparo con el interior fuera del alcance de Cevallos.

El partido estaba acabado. Era tanta la superioridad del Manchester United que hasta con uno menos eran capaces de mantener el esférico con una serie de pases al primer toque para esquivar la presión de los jugadores de Liga de Quito. Tras el tanto, Ferguson comenzó con sus cambios para dar aire fresco al equipo tanto en defensa como en el medio campo, buscando velocidad para tapar las entradas por las bandas y para salir a la contra. Van der Sar tuvo que intervenir un par de veces más, mientras que el United también tuvo dos contras en las que pudo matar el choque; aunque tampoco pasarían mayores problemas en estos últimos minutos.

Resultado final de 0-1 favorable al Manchester United, logrando así proclamarse campeón del mundo a nivel de clubes oficialmente, gracias a un extraordinario Cristiano Ronaldo, a una pareja siempre peligrosa Rooney-Tevez y a un Van der Sar, que pese a que intervino poco, es todo un seguro de vida.