No es solo la Curling Cup

El Manchester United se llevó la final de la Carling Cup en los penaltis frente al Tottenham Hotspur. Pero este título, no solo es «El trébol del United», no solo significa que los Red Devils «comienzan a saciar su ambición», sino que también es una clara muestra de la amplia plantilla con la que cuenta Ferguson y de porqué ahora mismo es el equipo más temido del mundo.

Fiel a sus alineaciones en la Carling Cup y dando su merecido premio a los jugadores que habían llegado hasta la finalísima, Sir Alex formó su ya habitual once de la copa de la liga: Ben Foster; Evra, Ferdinand, Evans, O`Shea; Nani, Gibson, Scholes, Ronaldo; Tévez, Welbeck. Así, los menos habituales en Premier, sobretodo Danny Welbeck y Darron Gibson, disputaban «su» final. Por parte de los Spurs toda la armada en el campo: Gomes; Corluka, Dawson, King, Assou-Ekotto; Lennon, Zokora, Jenas, Modric; Bent, Pavluchenko.

Cristiano Ronaldo había confesado en la previa que tenía «muchas ganas de ganar este título» y así lo demostró en el campo, saliendo muy enchufado, cargando todo el peso del equipo sobre su espalda. En los primeros quince minutos Wembley parecía el Teatro de los Sueños, tanto por el acoso y derribo visto en el campo como por el ensordecedor griterío de los seguidores de camiseta roja. Sin embargo, poco a poco los chicos de Harry Redknapp se fueron metiendo en el partido gracias a un Lennon, que le dio la tarde a Evra; y a un Modric que tomó toda la responsabilidad a la hora de organizar el ataque, pese a que en principio esa no era su función en la banda zurda. Al descanso se llegaría con el resultado inicial de 0-0, pese a las constantes llegadas de ambos equipos, eso si, sin apenas trabajo para los porteros.

Ferguson no se atrevió a hacer un cambio al inicio de la segunda parte que seguramente tenía pensado ya desde el minuto quince de juego. Y es que el medio campo no estaba siendo dominado como seguramente había visualizado antes del choque. Por ello, al cuarto de era de la segunda mitad, saltó al campo Anderson en el lugar de Welbeck, para reforzar el medio campo y, por lo tanto, para dominar el encuentro como le gusta a Sir Alex. Quizás el más indicado para conseguir ese mandato en el centro del campo sería Rodrigo Possebon, pero eso conllevaría dejar demasiado solo a Carlos Tévez en la punta del ataque.

El objetivo no se vio cumplido de todo y el choque estaba roto, sin un dominio claro. Foster sería uno de los protagonistas de los segundos cuarenta y cinco minutos haciendo un par de paradas de mucho mérito, demostrando que pese a todo, tiene sus reflejos intactos. O`Shea se estaba volviendo loco en su labor de parar a Modric, recibiendo una tarjeta amarilla y a punto de ser expulsado; menos mal que Fergie reaccionó a tiempo para meter a Nemanja Vidic en su lugar. En este cambio se refleja uno de los problemas que tuvieron los Spurs delante: sus titulares iban perdiendo fuelle con el paso de los minutos, sin embargo, cada cambio del United significaba la entrada de un jugador todavía mejor que el sustituido.

A rachas, Cristiano Ronaldo apretaba la corbata de Harry Redknapp. Un pisotón al crack luso dentro del área acababa en tarjeta amarilla para el propio jugador de Madeira, en lugar del penalti que se debería haber pitado. Y ya en la última jugada del choque, al filo de la prórroga en la que ya estaban pensando todos, Cristiano mandaba un zurdazo al poste después de dejar sentado a Ekotto en una jugada que de acabar en gol, aseguraría la Carling Cup para los Red Devils y el galardón de mejor jugador de la final para el mejor jugador del mundo.

Sin Spurs en la prórroga
En busca de no tener que jugársela en los penaltis, salía Ryan Giggs al comienzo del tiempo extra, para aportar la calma y el buen criterio que Gibson no consiguió dar en este choque. El «efecto Giggs» tardó unos minutos en funcionar, pero en cuanto se hizo visible, el United se hizo dueño y señor del balón. Mientras tanto, el cansancio hacía mella en Lennon, que tenía que abandonar el terreno de juego con un calambre -todo un alivio para un Evra que seguramente esta noche se lo encontraría de nuevo en sueños-.

El Tottenham había desaparecido en combate y ya solo se acercaba con las jugadas a balón parado ante un United que dominaba sin profundidad en sus jugadas. Bent se encontraba un balón suelto dentro del área y obligaba a Ben Foster a hacer de nuevo una gran parada, en esta ocasión con los pies. Todo en una previa de lo que casi todo el mundo estaba esperando ya: la tanda de penaltis.

La no lotería de los penaltis
Empezaría lanzando el Manchester United, cierto «joven» galés que se puso nervioso -ironía- mandando un zurdazo tan ajustado que dio en el palo y se fue para dentro (hasta estoy dudando si lo hizo por darle emoción a su disparo…) El primero por parte de los Spurs sería O`Hara, que vio como su disparo era detenido por Foster, que adivinó bien la trayectoria del balón.

Tévez con su carrerilla en curva hacía el segundo para el United disparando raso, a la base del mismo palo que había golpeado Giggs. Mientras que Corluka no fallaba engañando por completo a Foster.

Cristiano era el encargado de lanzar el tercero. Pese a que el disparo no fue del todo bueno, Gomes se tiró al lado contrario y el balón entró bastante centrado. Por su parte Bentley fallaba su oportunidad, mandando el esférico fuera, rozando la madera.

Anderson tenía en sus botas un nuevo título. No se puso nervioso e hizo un giro de tobillo que engañó por completo a un Gomes que no vio ninguna de las penas máximas. Final de la tanda de penaltis y la mayor calidad del United (no es ninguna lotería, por mucho que se empeñen algunos) se impuso de nuevo, logrando así su tercera Carling Cup.

El iPod anti Spurs
En los momentos previos a la tanda de penaltis, Ben Foster se fue a hablar con Eric Steele, entrenador de portero del Manchester United. Para sorpresa de muchos, Eric, en lugar de contar con una hoja con el análisis de como lanzan los jugadores del Tottenham, usó un iPod para darle los últimos apuntes a Foster; resultado: Ben se luce en las penas máximas. Pero no solo lo utilizó en ese momento, como explican en Brit Corner: “En los últimos días, me habéis podido ver mirando un IPod con el entrenador de porteros, Eric Steele“, contó Foster a los periodistas tras el partido. “Eran vídeos preparados por él, con las técnicas de lanzar los penaltis que tienen todos los jugadores del Tottenham, es algo nuevo que nos ayuda mucho“.

Esperemos que a la FIFA no se le de por meter el zanco en todo este asunto y deje como válidas las declaraciones de la Federación Inglesa que ya se han apresurado a decir que «no incumple ninguna norma». Y es que algunos se empeñan en que este deporte no evolucione, pero me parece que en este caso no puede haber debate ninguno.

Nani, promesa incumplida
Hace ya un par de años, llegaba a Manchester un chaval semi desconocido, procedente del Sporting de Lisboa, del que la gente hablaba maravillas. Ese chico se llamaba y se llama Luís Carlos Almeida da Cunha, más conocido como «Nani». Muchos lo comparaban con Ricardo Quaresma y, los más exagerados, lo nombraban el nuevo Cristiano Ronaldo. Sin embargo, actualmente el rendimiento del cabo verdiano deja mucho que desear.

Durante su primera campaña en los Red Devils, la 2007/2008, logró un total de tres goles en 26 partidos correspondiente a la Premier y dejó algunos detalles que si hacían justicia a los comentarios previos a su llegada. Sin embargo, poco a poco fue perdiendo protagonismo y dejando su sitio en el campo a Park, que se ganó el puesto a base de trabajar y trabajar. Esta campaña tan solo ha disfrutado de la titularidad en las copas y su rendimiento no ha sido del todo bueno.

En la final de la Carling Cup, volvió a ser titular. Se pudo observar a un jugador cabizbajo, como sin ganas de jugar, que no pide el balón tanto como cuando llegó, que prácticamente no intenta desbordar, que cuando dispara lo hace sin fe… parece estar triste. No se cual la situación exacta de Nani dentro del club, si está enfadado por su situación o si simplemente tiene problemas extra deportivos, pero parece que el único culpable de que nos estemos perdiendo un jugadorazo, es del propio Nani. Por el bien del fútbol de espectáculo, que alguien le ayude.

No es solo un título
Son casi dos. Mientras el Manchester United consigue la Carling Cup prácticamente con su segundo once, el Liverpool pierde por 2-0 en el campo del Middlesbrough y se queda a siete puntos de los Red Devils, la misma distancia a la que está el Chelsea, que sufrió para superar en casa al Wigan por 2-1; ambos con un partido más. Para algunos la Premier League está ya decidida, no solo por la distancia de siete puntos que puede verse aumentada hasta diez; sino porque nadie parece ser capaz de parar a este Manchester United y tampoco parece que el cansancio les afecte, gracias a los recambios de garantías de los que dispone Ferguson.

Además, la Carling no solo es un plus de moral para toda la plantilla, sino que también supone un paso más en la búsqueda de lograr todos los títulos que están al alcance de los Red Devils, que ya poseen en el palmarés de esta temporada la Community Shield y el Mundial de Clubes. Con la Premier por buen camino, en los cuartos de final de la FA Cup ante el Fulham y con un duro partido de vuelta de los octavos de la Champions League en Old Trafford frente al Inter, no es una quimera el pensar en ganar todos los títulos, algo que seguro que Sir Alex no quiere que los suyos digan ni en broma. Eso si, en dos semanas se puede pasar de soñar con hacer historia, a solo contar con la Premier, ya que el próximo sábado se juega el choque de FA Cup y el siguiente miércoles la vuelta de la Liga de Campeones. Una vez más, es la hora de la verdad.