David Stern (alto comisionado de la NBA desde 1984) vino a decir un día, que la mejor manera de cautivar el interés global de los seguidores por todas las partes del mundo, es tener una competición lo más equilibrada posible. Hablamos que a principios de los 80, la NBA era una extrapolación de lo que hoy puede ser la Liga española. Los RMA y FCB de entonces, eran los Boston Celtics y los Angeles Lakers allí.
La NBA de hoy, no es perfecta ni mucho menos. En una cultura donde el espectáculo, casi siempre prima sobre lo deportivo, nos encontramos con un control de lo deportivo, social y económico fuera de lo común y desde mi punto de vista excesivamente riguroso y encorsetado en algunos temas, para luego ser demasiado condescendiente para efectuar numerosas modificaciones en su normativa.
Este informe no pretende crear una comparación de lo que podría ser la Liga con un modelo NBA. Lo que trata de conseguir, es hacer entender que entre el actual modelo Liga –en franca regresión- y el modelo de la mejor competición del mundo, hay varios puntos en común de los que la primera se podría servir para mejorar. Pero no solo de la NBA. El ejemplo más próximo al que se puede llegar, es el modelo Premier League, aunque puede ser mucho más mejorable.
PUNTOS DE INTERÉS:
Dentro de lo farragosa peculiaridad que tiene la liga de baloncesto profesional americana, hay unos cuantos conceptos generales aplicables a cualquier competición:
-GESTION DE LOS DERECHOS AUDIOVISUALES. La NBA gestiona prácticamente hasta el último dólar que genera la competición por derechos de TV (las franquicias están liberadas para negociar con televisiones locales, generalmente por cable, la emisión de sus partidos caseros) Es un tema que se cae por su propio peso, porque aunque no se pueda negar el tirón mediático que tienen ciertos equipos, es obligado que se pongan en funcionamiento mecanismos desde la propia Liga para evitar que se bipolarice la competición. En la Premier League, aparte de las fórmulas de reparto existentes, con un porcentaje que es para todos igual y otro en base a clasificación e histórico del club, la propia Liga pone el condicionamiento de un mínimo y un máximo de partidos para cada equipo. Una vez más, vemos una Liga potente al que las TV aparte de pagar más que aquí, rinden pleitesía a la competición y no al contrario.
-TOPE SALARIAL. Es la norma más llamativa de la competición americana. Desconocida y malinterpretada por la mayoría. Complicadísima de comprender en su totalidad por la gran cantidad de excepciones que se han ido metiendo a lo largo de su historia. Pero la idea en su origen es buena y se podría resumir de la siguiente manera: “Como club, dispones de un techo salarial para las fichas anuales de los jugadores. Si lo sobrepasas, la única sanción es pagar un euro a la Liga por cada euro que pases el límite”. Si te pasas 10 millones de euros en los salarios, depositas 10 millones de euros en la Liga. Nada te impide no hacerlo. En la NBA, normalmente la gran parte de ese dinero se revierte en los equipos que no han pasado el tope salarial. Seria un gran acierto para nuestra competición, como forma de frenar en cierta manera, los desmanes económicos que tenemos al orden del día, como hasta hace nada por los supercontratos televisivos y hoy con la llegada de los petrodólares o de los rublogases.
CONTRADICCIONES:
Queda claro, que ningún modelo es perfecto. También queda claro, que peor que es el actual modelo de competición en España, tampoco puede ser. La lógica dice que unos criterios básicos si pueden adaptarse a nuestra Liga, aunque la monstruosidad de la NBA, ni es fácil de lograr, ni es recomendable. Una cosa es un trato más equiparado entre equipos en la vertiente deportiva que es al fin y al cabo lo que se busca (derechos de TV, emisiones y horarios, sorteo de calendario…) y otra cosa es como un club gestione o promocione su propia marca y por lo tanto su merchandising. La injerencia de la competición en los ingresos extradeportivos no se comprende en los tiempos que corren. Como tampoco se puede admitir que la propia Liga, prohíba ciertos traspasos entre equipos como forma de controlar futuras desigualdades. Las normas deben ser las que sean y si se cumplen, nada que objetar. La misión de quien administra la competición, es que funcione de acuerdo con lo establecido y velar por que se cumpla con ello y por supuesto, debe de tener la capacidad de castigar a quien incumpla o vulnere las normas.
CONCLUSIONES:
Después de todo lo expuesto, se puede concluir que el modelo ideal para la gestión de la Liga española debería tener un modelo de ingresos a lo Premier, es decir, un contrato conjunto con una parte de reparto fija para todos y otra variable en función de clasificación e histórico. Además, como forma de proteger la competición de la llegada de ciertos elementos inversores extranjeros, se debería incluir una sencilla norma de tope salarial por equipo, que al menos, aunque sea vulnerada, repercuta en la viabilidad de los equipos que sí cumplan la norma. Así mismo, se debe hacer especial hincapié, en que el órgano rector de la Liga, tenga todo el poder, sea independiente y que defienda el interés común de la competición frente a quienes sacan provecho mediático de ello. Una gestión donde el primero y el último tengan similares derechos en la parte deportiva como son horarios, emisiones y sorteos de calendario.
2 Comentarios
Hay otra liga en la que creo que debería fijarse más la gente. La NFL, gracias a medidas como el ‘draft’ en el que los peores equipos eligen a los mejores jugadores jóvenes, o la repartición a prtes iguales de los beneficios y derechos televisivos ha llegado a ser el deporte más popular de Estados Unidos, por encima de la NBA, la MLB y la NHL. Pero hay otra cosa que parece que aquí, en Europa ni se plantea y que podría hacer mucho bien: un tope salarial, como el que hay en la NFL. Las dos medidas anteriores favorecen la igualdad y la competitividad, pero el tope salarial favorece la sostenibilidad del modelo, que es algo esencial.
¡Buen artículo!
Pedazo de artículo, la reestructuración es irreversible… aunque tengo la teoría de que sólo la caída de la Mediapro de turno hará reaccionar a Tebas, Astiazarán & co.