Dani Navedo - En tiempos de exámenes para los estudiantes y frío para el resto de habitantes, disfrutar del fútbol se convierte en algo muy complicado puesto que el tiempo no excesivo. Sin valer esto de excusa, pues huecos siempre se pueden encontrar, me gustaría que no cayese en saco roto la jugada del gol deportivista el pasado domingo en Almería, donde tres jugadores de refresco, valga la expresión para estos días de baja temperatura, trenzaron una gran jugada que rescató un punto para el Dépor.
El Deportivo llegaba a Almería con bastantes bajas importantes, como son el caso de Riki, Juca, Lassad e incluso Guardado, quien prefirió no forzar en vistas al importante partido del próximo fin de semana en Riazor frente al Valencia. Aún así, Lotina plantó un once competente en el Estadio Juegos del Mediterráneo, con Adrián López y Mista en el lugar de los delanteros habituales y, sorprendentemente, con Juan Domínguez en la banda izquierda. Así pues, el esquema base era un 1-4-4-2 con hasta cuatro medio centros natos en la cancha. Lotina buscaba posesión y entrar por el medio, pero no funcionó el invento.
Y eso que la primera mitad no fue nada mala por parte del Deportivo. No en vano, una volea de Juan Rodríguez y un sensacional disparo de Antonio Tomás hicieron temblar la portería local al estrellarse ambos en el larguero, pero al descanso el empate inicial se mantenía en el electrónico. Pero a Lotina parecía que no le convencía su propio «apaño» y al comienzo de los segundos cuarenta y cinco minutos, en seguida mandó calentar a Juan Carlos Valerón y a Iván Pérez.
Poco antes del gol almeriense, había saltado al campo «El Mago de Arguineguín» en lugar de Juan Domínguez. Hubo unos minutos de desorden, donde no se podía observar un sistema fijo y algunos jugadores no parecían tener clara su posición, pues con la entrada de Valerón quedaba un hueco una banda izquierda a la que no llegó el tapón a tiempo. Dos minutos después de la entrada de Juan Carlos, el Almería aprovechó esa misma banda para meter un centro que Uche cabecearía a la perfección. Mista intentó defender esa jugada, pero Filipe, quien no tenía claro a quien debía marcar, no acompañó en la cobertura. Mucho mérito también por parte de Michel y Uche, uno por su centro perfecto y otro por su remate de cabeza inapelable.
Diez minutos después del primer cambio, los de Lotina no habían dado dos pases seguidos. Por ello el técnico de Meñaka cesó las probaturas y regresó al esquema con dos verdaderos volantes: Iván Pérez y Pablo Álvarez entrarían al campo por Sergio y Mista. Ahora si tenía coherencia el esquema del Deportivo, ya que Juan Rodríguez volvería a su puesto natural de medio centro, Valerón solo tendría que preocuparse de la media punta y tanto Pablo Álvarez como Iván Pérez tendrían su sitio en la banda. Ahora si podíamos ver al Dépor de siempre, bien organizado y con velocidad a las contras.
No tardaría mucho en llegar el gol del empate. Valerón inicia la contra cerca de su propio área desahogando hacia el centro y sube acompañando la jugada. Iván Pérez, aunque fuera de su lugar habitual, se libra con un toque de calidad del intento de cortar el contragolpe de un jugador del Almería y abre a la banda derecha, donde ya está Manuel Pablo preparado para poner el centro a la cabeza de un Valerón que da un sutil pase con la cabeza al segundo palo, donde aparece Pablo Álvarez para poner el empate también con la testa. Un contragolpe perfecto.
¿Qué aportan estos tres jugadores?
O mejor todavía: ¿Porqué no son titulares Iván, Juan Carlos y Pablo? Es indudable que tanto Iván Pérez como Valerón tienen una calidad técnica envidiable, mientras que Pablo Álvarez se deja siempre hasta el último aliento sobre el campo, pero parece que a Lotina hay algo que no le convence. Las únicas explicaciones que personalmente encuentro son las siguientes:
Iván Pérez es un jugador joven, sin experiencia en la primera división. El único punto en su contra, pues su calidad, su visión de juego y su desparpajo juegan a su favor. El problema es que en su banda natural, la izquierda, juega un tal Andrés Guardado que ni es manco ni cojo, por lo que un puesto en el once titular es realmente complicado, pero si que creo que debería jugar en más ocasiones, pues el mexicano también debe descansar de vez en cuando.
Valerón tiene ya una edad en la que la velocidad brilla por su ausencia. Dejando este contra a un lado, todo son aportaciones, pues este año, todos coincidimos en los primeros partidos en que estaba en forma y que podría aguantar perfectamente los noventa minutos de un choque o, al menos una hora. Su visión de juego es algo irrepetible y me parece realmente un pecado desaprovechar los últimos toques del «Mago de Arguineguín». Viendo la exigencia de Lotina a la hora de defender, quizás encontremos su punto flaco, pues no defiende con la misma intensidad que el resto.
Pablo Álvarez era el extremo llamado a suplir a Lafita. La marcha del maño se daba por sentada y al cántabro se le renovó pensando en cubrir esa banda, pero al extremo le ha salido competencia inesperada. Lotina prefiere cubrir la banda derecha o bien con Juan Rodríguez o bien con Riki o Adrían López en su defecto. Pese a que, personalmente, me gusta más la forma de jugar de los futbolistas anteriores, creo que Pablo Álvarez debería tener su oportunidad, pues sería la pieza que equilibraría la balanza, pues muchas veces falta alguien que tenga la tendencia de atacar en el segundo palo los centros de Guardado, algo que los jugadores que juegan en esta posición últimamente no tienen por costumbre. La estadística de los goles marcados mediante jugada elaborada, apoyan esta tesis, aunque ya sabemos que muchas veces entre la teoría y la práctica hay un abismo…
1 Comentario
Los sufrimos en nuestras carnes jej.
Saludos desde La Escuadra de Mago