España dice adiós a la final

Blanco - Errores de concepto mezclados con errores individuales, un extraño caldo que tuvo como resultante la eliminación del combinado español de esta Copa Confederaciones.

Estados Unidos manejó el registro óptimo, jugar contra España y ganarle simplemente se puede hacer tirando de hemeroteca, este equipo juega muy parecido al Barça de Pep, con distintas piezas claro está, la misma premisa nos sirve para pararla. Un repliegue intensivo, dos líneas muy juntas para que no haya espacio para las diagonales, ser contundentes a la contra y a balón parado. Si recordamos, Chelsea, Bilbao y Valencia se manejaron de esa manera para vencer o evitar caer ante el todopoderoso Barcelona.

A todo esto hay que unirle la dejadez del conjunto español, no se les puede recriminar nada, han salido y han peleado, un rival de entidad menor, en una semifinal y después de una larga temporada, donde los partidos iban de domingo a miércoles en un continúo hasta prácticamente principios de Junio. Craso error el de un entrenador que lo único que tenía que hacer era mantener motivada a la tropa, no quiero arremeter contra Del Bosque, genio y mejor persona, pero hoy no lo ha sido.

Obviando la primera parte, en la segunda España intentó jugar a todo, tirarse a la desesperada y ver que salía, cada jugador optó por emplear su mejor registro y la suma de individualidades no hizo más fuerte al colectivo, veíamos como Ramos y Riera intentaban abrir el campo, Fabregas trataba de cerrar espacios, achicar terreno y acercarse a Xavi, Alonso desde la distancia y Piqué se incorporaba con el balón al ataque. ¿No les parece que sobran piezas y falta un concepto? Vicente lo vio, limitó las subidas de Xabi y retiró a Cesc por Cazorla, dos bandas, pero el problema de Piqué siguió ahí.

Quiero aclarar antes que la salida de Cesc era necesaria, era el o Riera, pero no se puede jugar a dos cosas distintas a la vez, barrer y fregar se complementan pero no son compatibles a la vez, Cesc daba la falsa sensación de superioridad, pero el peligro no pasaba de los tiros a larga distancia.

Vicente optó por las bandas, sin duda la opción que este servidor suscribiría, cuando las líneas están muy juntas lo óptimo es abrir el campo, esta es una norma básica en táctica. Pero a Del Bosque se le olvidó que tenía en el banquillo a un delantero de 1.95 metros, un hombre capaz de hacer de pivote y a la vez fijar defensas, darle forma a un plan mal trazado, acabar de completar lo que empezaste, sin duda el riojano será el 9 de la roja en el futuro, pero a día de hoy era la variante necesaria para cambiar un partido que nunca merecimos ganar.

Dani Navedo - Me gustaría añadir un par de cosas a las ya comentadas por mi compañero, pues aunque en principio tenía pensado escribir algo más, me parece que poco hay que agregar.

Cuando España se había clasificado para semifinales como primera de grupo y estaba a la espera de conocer si su rival era Italia o Egipto, la gente empezó a hablar de la posible final contra Kaká y compañía, aunque eso si, eran muchos los que pedíamos cautela. Llegó el día y, ante la sorpresa general, se clasificó EEUU contra todo pronóstico. Perdimos el norte. Ya no había partido previo a la final, ya todos querían que llegase «el día del España-Brasil».

Recuerdo leer un par de artículos bastante prepotentes de periodistas deportivos bastante cotizados, hablando sobre los motivos por los que «es imposible que nos ganen los yanquis». No creo que el problema de hoy fuese esa mentalidad, pues confío en que los jugadores y Vicente del Bosque son buenos profesionales y no infravaloran a nadie; pero en el fondo, la falta de motivación de la que habla mi compañero, tiene su origen en este tipo de asuntos. Para aquellos que no entendían mi frase de la famosa red social facebook de hace un par de días, «De la confianza a la prepotencia hay un solo paso», espero que ahora lo hayan comprendido.

En el aspecto táctico si que no tengo nada que añadir, pues estoy completamente de acuerdo en todo y me parece que los errores más básicos han sido eso. A veces, un «salid ahí y haced lo que sabéis hacer», no es suficiente, y ante el gran planteamiento del rival que los futbolistas de la Selección Española se encontraron, no supieron reaccionar hasta que en el descanso, cuando el gran Del Bosque dejó las cosas bastante más claras a sus pupilos.