Nunca ha entrenado en un país de habla no hispana. Nunca ha durado más de tres años en un mismo club. Nunca ha disputado la Champions League. Por lo pronto, una de estas afirmaciones la va a romper. El Olympique de Marsella ha anunciado la contratación de Marcelo Bielsa como su nuevo técnico para las dos próximas temporada. El fútbol está de enhorabuena. El Loco ha vuelto.
La figura del entrenador argentino es única en el mundo del fútbol. Entrenador meticuloso hasta la extenuación, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que piensa las 24 horas del día en fútbol. Su dedicación a este deporte es total. Eso genera halagos y desencuentros, como el que tuvo hace dos veranos en Bilbao, cuando llegó a autodenunciarse por agredir al encargado de las obras de Lezama por estar haciendo mal su trabajo. Hasta ese punto llega la implicación del Loco por su trabajo. No quiere que se le escape ni el más mínimo detalle, lo que provoca un desgaste en sus equipos muy grande, que acaban “quemados” por no aguantar el ritmo del técnico rosarino. No obstante, así es el bueno de Marcelo. Sin esas excentricidades, no sería Marcelo Alberto Bielsa. No se habría ganado a pulso su famoso apodo. El talento del preparador argentino está fuera de toda duda. El mismo Pep Guardiola quiso conocerle y cambiar impresiones con él, antes de ser entrenador, en una charla que se extendió once horas. Pagaríamos por haber escuchado esa conversación.
A los 26 años, tan solo jugando tres partidos en la máxima división argentina, decidió hacer carrera en el banquillo, formándose con estudios para ello. Ingresó en las categorías de Newell´s Old Boys, donde descubrió a jugadores como Gabriel Batistuta o Mauricio Pochettino, aunque tuviera que ir a sus casas en plena noche para convencer a los padres y reclutarlos. Lo ganó todo en las categorías inferiores del club de “La Lepra”, recorriendo toda Argentina en busca de jóvenes talentos para el club. En 1990 le llegaría la oportunidad con el primer equipo. Ascendió hasta a diez jugadores del filial, y conquistó el torneo Apertura, el Nacional y el Clausura, uno en cada año. Durante su última temporada, además, fue finalista de la Copa Libertadores, que perdería en penaltis ante el São Paulo de Tele Santana (el último equipo que entrenó el mítico ex jugador y entrenador brasileño, ya tristemente fallecido).
Tras esta aventura exitosa en el club de su ciudad natal, quien en 2009 bautizaría con su nombre al estadio, El Loco se marchó a México. Tanto en el Atlas como en el América logró buenos resultados, si bien no tuvo recompensa en forma de títulos, le bastó para recibir una oferta para convertirse por primera vez en seleccionador, con México. Sin embargo, Bielsa la rechazó para volver a su país y poder sentarse en el banquillo de Vélez Sarsfield, con quienes conquistaría el torneo Clausura en 1998. En ese año, iría por primera vez a Europa, con un breve paso de poco más de tres meses en el RCD Espanyol. Le llegaba su gran oportunidad: la Selección argentina.
Es sabido que en Argentina la pasión por el fútbol va más allá de lo normal. Todo el país parece que depende del papel que haga su Selección. Bielsa inició su andadura como seleccionador ilusionando, con una gran fase de clasificación. Pero a la hora de la verdad, fracasaron cayendo eliminados en fase de grupos del Mundial de Corea y Japón del 2002. Un duro golpe al sueño de todo entrenador argentino, dirigir a su país. El Loco, quien sabemos que está hecho de otra pasta, no se rindió. A pesar de caer también en la Copa América de 2004, perdiendo la final ante Brasil (con lo que ello supone), ese mismo verano lograría la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas, con jugadores como Saviola, Aimar o Tévez. Así concluiría la etapa de Marcelo como seleccionador de Argentina, con un mal sabor de boca por lo que pudo ser y no fue.
Tras su primera experiencia como seleccionador, repitió en 2006, esta vez con Chile, a la que clasificó para el Mundial de Sudáfrica 2010 como segunda de grupo con un punto menos que Brasil. Esto llevó a que ganara el premio a “Mejor Entrenador de América” en 2009. En el Mundial en tierras africanas, lograría la clasificación como segundo en el grupo de España, posteriormente campeona, y fueron eliminados en octavos por Brasil. Los chilenos realizaron una gran actuación, tras regresar a un Mundial después de 12 años, y le guardan mucho cariño al Loco, siendo considerado el mejor técnico de la historia del país. Incluso un grupo chileno le dedicó una canción, llamada: “Dale Loco”.
Volvería a dirigir a un club en el 2011, regresando a Europa y a España, al fichar por el Athletic de Bilbao. No logró ningún título, fue el último técnico local en sentarse en el banquillo del mítico San Mamés, y en su último año dejó un mal sabor de boca, con Llorente en el banquillo, conflictos ya mencionados, y quedando eliminados en fase de grupos de la Europa League y en dieciseiseavos de la Copa del Rey. Pero su primer año nos regaló uno de los equipos más divertidos que hemos tenido la fortuna de ver. Todos nos volvimos un poco leones, y gritábamos hasta quedarnos sin aire junto a los bilbaínos: “¡¡Athleeeeeeeeeeeetiic!!”. Tras un comienzo dubitativo, en el que los puntos no acompañaban al buen juego, alcanzó dos finales: en la Europa League y en la Copa del Rey. Lamentablemente, perdió ambas finales 3-0. En Europa, sucumbió ante el Atlético de Madrid, con los zarpazos del “Tigre” Falcao y ante un Simeone que acababa de llegar y se estaba preparando para lo que venía. En la Copa del Rey, no pudo evitar que Guardiola, quien le había pedido consejo en sus inicios, lograra su último título con el FC Barcelona, con quien se convirtió en el mejor entrenador del mundo. Para el recuerdo queda la noche en Old Trafford, quien se convirtió en el Teatro de los Sueños de todo un pueblo con identidad propia, y al que Marcelo Bielsa consiguió devolverles la ilusión. El recuerdo de un conjunto que nos maravilló a todos. Hoy el Athletic está luchando por entrar en la Champions la próxima temporada. Parte del gran mérito de los de Valverde, está en Bielsa.
Ahora Marcelo se lleva sus locuras a Francia. A una ciudad singular como Marsella, y a un equipo que sabe lo que es el éxito. Único club francés en levantar la Liga de Campeones. Se encontrará a una plantilla con jugadores que tienen mucho futuro: Imbula, Ayew o Thauvin. Otros consagrados como Valbuena y Mandanda, aunque ya se comenta que pueden salir. Veremos como se adapta al país, un proyecto muy interesante comienza con él. Los millonarios París Saint-Germain y Mónaco se enfrentarán al juego ofensivo, presión intensa y gusto por el balón de los equipos de Bielsa. Por tierras francesas le observaremos pasear por la línea del área técnica de su banquillo, agachar la cabeza mientras suelta uno de sus sublimes discursos en rueda de prensa. Un genio El Loco. “¡Marsella carajo!”. No duden que lo escucharán gritarlo desde la banda.
4 Comentarios
Gran artículo una vez más,felicitaciones. Personalmente me volví un gran seguidor de Bielsa desde que asumió cómo seleccionador de Chile. No solamente logró clasificarnos al mundial,lo importante fue como lo hizo y la huella que ha dejado en todos los chilenos. Mas allá de las victorias,quiero destacar lo verdaderamente importante que él fue capaz de lograr: cambiar la mentalidad de todo un país. Chile era un país que entraba derrotado a las grandes citas. Su fútbol se resumía en encerrarse atrás y rezar para que una individualidad nos diera una alegría. Cuando el llegó,se encontró con una selección que venía de grandes escándalos fuera de los campos de juego,el decidió apostar por la profesionalidad y de la mano de una muy joven generación,logró clasificar al mundial. Chile jugaba de igual a igual contra todos,era un equipo valiente,que ahogaba con una enorme presión,era la firma de Don Marcelo. El deja huella ahí donde va. Dejo huella en Chile,pero Chile también dejó huella en el. Cuando el se fue dijo: «Considero estos 3 últimos años y medio,un regalo de la vida. Yo aprendí a amar la vida tambien estando aquí. Se positivamente que soy yo quien pierde al irse…»
Bielsa es un hombre humilde,respira fútbol. Para los amantes del buen fútbol,estamos de enhorabuena,espero volver a disfrutar de un equipo de Don Marcelo Bielsa,tal como lo hice con Chile o con el Athletic.
Me quedo con lo que dijo un día;
Yo les voy a leer lo que para mí es el Fútbol
«Éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, la pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible. Atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver atacar y esperábamos la compañía de la suerte. Ése es el fútbol muchachos» Marcelo Bielsa.
Exacto Diego, la labor más importante que realizó Bielsa con Chile fue el devolver la ilusión, dotarles de carácter, hacer que se lo creyeran. Lo defines muy bien, y creo que es algo parecido a lo que consiguió con el Athletic de Bilbao. Se nota el cariño mutuo que se tienen El Loco y el pueblo chileno, magnífica esa frase que comentas que dejó al marcharse.
Es fácil cogerle aprecio al bueno de Marcelo, es un entrenador de los «románticos». Hay muchas, muchas ganas de ver que hace en el Olympique de Marsella. Personalmente, tengo unas ganas locas (nunca mejor dicho ^^) de ver a Bielsa en la Champions.
Gracias por comentar, ¡saludos!
P.D: Brutal la última frase. Es un genio este hombre
Como chileno y amante del buen fútbol, es una propuesta interesante la de Bielsa en el Marsella. Si tiene el poder y le respetan el proceso tal cual pasó con la selección chilena, no me cabe duda que podrá romper con las afirmaciones que se esbozan al principio del artículo. Este técnico es de los que escasean, el que puede sacar un 110% de cada jugador y hacerlo responsablemente. A comprar la camiseta del equipo del Velodrome!!!
Ya en el último partido de Ligue 1, en el OM – Olympique de Lyon, la grada sacó una gigantesca bandera argentina con el lema «Loco, haznos soñar»
Así que parece que allá van a estar todos con él. Yo creo que si lo dejan trabajar, puede conseguir grandes cosas, como bien dices. Sobre todo que siente una base, para que el Marsella vuelva
P.D: Si te vas a comprar la camiseta del OM, píllate la de Thauvin Valbuena creo que se marcha