Dos empates que dejan todo en el aire

Si había un pronóstico claro en todas las porras, ese era el de esta eliminatoria, ya que nadie veía a los hombres de Jesualdo Ferreira plantando cara al todopoderoso Manchester United. Sin embargo, el fútbol a veces nos tienes deparadas sorpresas que nadie puede pronosticar.

Los tres medio centros
Sir Alex Ferguson formó un once inicial un tanto extraño, como sucedía en el partido de ida contra el Inter de Milán en la anterior eliminatoria. Si esta pasada jornada nadie se explicaba porqué metía a un tal Federico Macheda, hoy nos dejaba otra de sus alineaciones raras, esas que solo se pueden crear con una plantilla tan extensa como la que tiene a su disposición. Las importantes bajas de Ferdinand y Berbatov condicionaron el once de un Ferguson que finalmente optó por alinear a tres centro campistas en una disposición inusual.

El míster no fue fiel a su estilo y dejó solo a Rooney en punta con la suplencia inexplicable de Carlos Tévez. Formó un trivote en medio campo con Carrick, Scholes y Fletcher que en ningún momento dio resultados. Se suele decir que por muchos delanteros que reúnas sobre el campo, no vas a llegar más veces al área rival. En este caso, aunque sea en el medio campo, se puede aplicar la misma lógica en cuanto a intentar dominar esta parcela. El problema en este caso no fue el planteamiento, sino el rival. Me explico: Ferguson diseñó el citado trivote para crear las jugadas ya en el campo contrario, cuando el United ya estuviese posicionado para dar puñaladas una y otra vez, como es costumbre en Old Trafford. En esa situación, Carrick se escoraría a la izquierda ayudando por ese extremo, Fletcher al flanco derecho haciendo lo propio y Scholes se quedaría en el centro, distribuyendo a una banda o a la otra según fuese necesario. Lo que el escocés no esperaba es que el Oporto saliera a presionar a lo largo de todo el campo de forma incansable y, en consecuencia, anular ese medio campo que ahora tenía como tarea sacar el balón jugado desde su propia área. La tendencia de los tres futbolistas a irse hacia el medio, propiciaba que se entorpecieran entre ellos y facilitaba la labor de presión del Oporto que robaba continuamente el esférico en el campo del United.

Un partido imprevisible
En los primeros minutos era el Oporto quien llegaba con claridad a la portería de Van der Sar, permitiéndose el lujo de avisar al portero tulipán con un par de disparos antes de marcar el primer tanto alrededor del minuto 5. Una pérdida de Cristiano Ronaldo al tratar de sacar un contragolpe, acabó en un centro del Oporto que Evans no acertó a despejar, dejándo el balón en bandeja al «Cebolla» Rodríguez que se buscaría el hueco para sacar un disparo a la base del palo largo. Todas las previas, todos los comentarios de los expertos, absolutamente todo lo que se había dicho antes del choque, después de lo visto durante los cinco primeros minutos, no servía para nada.

Al cuarto de hora las cosas seguían pintando igual de mal para los hombres de Ferguson, sin embargo, un arranque de rabia (o impotencia) de Cristiano Ronaldo, que fue a presionar a toda velocidad, acabó con un pase hacia el portero por parte de Bruno Alves. Wayne Rooney lo había visto muy claro ya segundos antes y había hecho un sprint para interponerse en la trayectoria, logrando así cortar el balón y quedándose solo ante Helton, que, para colmo, se resbala y se queda sin opción ante el balón picadito de Rooney.

Se llegaría al descanso con el resultado de empate a un tanto, con un Manchester United perdido, sobretodo el coreano Park, que no dio ni una sola, y el joven Evans, al que parecía quedarle grande la responsabilidad. Tiempo de reflexión para Sir Alex y sus pupilos, que veían un horizonte muy negro y, como da vueltas el fútbol, daban gracias a dios por estar empatando al finalizar la primera mitad.

Los jugadores de nuevo sobre el césped, el balón rodando de nuevo y Sir Alex Ferguson de camino a su banquillo. Pese al mal primer tiempo, el técnico escocés no hizo ningún cambio al descanso, prueba de la fe ciega que tiene en Park, que estaba haciendo su peor partido en mucho tiempo. Fe si, pero tonto no. Al ver que las cosas no cambiaban y que Park seguía sin aportarle nada, dio entrada a Ryan Giggs. El galés metía una marcha más a su equipo, parecía que volveríamos a ver de ahí al final del partido al United de siempre, vertical, rápido, encerrando al rival en su campo y creando ocasiones de formas constante. Pero en realidad tan solo estábamos ante un espejismo. Tras tres ocasiones en apenas dos minutos de la mano del soldado Ryan, los Red Devils se volvieron a difuminar y el Oporto, pese al cansancio, seguía siendo el dominador del partido, que no del esférico.

Corrían los minutos. El United seguía sin reaccionar y la gente ya empezaba a pensar en «es un mal resultado pero el descalabro podía haber sido peor». Sir Alex hace sus dos últimos cambios: se marcha Scholes dando entrada a Tévez, que acompañará a Rooney en punta; y se va Evans, tocado, saltando al verde Gary Neville, que se incrustaría en el lateral derecho, pasando así O´Shea a la posición de central. Ironías del fútbol y de Sir Alex, iba a acabar el partido con el esquema habitual, sin experimentos raros en el medio campo y con dos puntas. A toro pasado es muy fácil decirlo, pero pienso que habría sido distinto si Ferguson hubiera apostado por los jugadores que acabaron el choque desde un principio.

En el tramo final se empezó a romper el partido. Los que atacaban no defendían y viceversa. La pólvora que había metido Ferguson dio sus frutos y un magnífico toque de espuela por parte de Rooney, llegó a Tévez, que al primer toque la enchufó por la escuadra haciendo el 2-1 y dejando al Oporto con cara de tonto. Sin embargo, el fútbol no fue injusto y poco después una nueva llegada en masa de los hombres del Oporto a un centro de Lucho, acabó en el empate gracias a Mariano, que batió a un Van der Sar que solo pudo salir a la desesperada y que, pese a cubrir bien su meta, no logró evitar el tanto del empate.

¿Se acuerdan de las claves?
En la previa de la eliminatoria que enfrentaba a Inter y Manchester United, os daba algunas de las claves para derrotar a este equipo. El resultado ha sido de empate en el electrónico y ha estado cerca de ser una victoria local tras el 2-1 del minuto 85, pero a los puntos habría ganado un Oporto superior sobre el césped. Recordando aquellas claves, intentaré explicar porqué el partido se desarrolló tal y como vimos.

Balones largos a la espalda de los defensas
Hubo una secuencia de acontecimientos que sucedió una y otra vez. El Oporto roba el balón en el medio del campo, manda un pase largo al desmarque de Hulk, Lisandro o «Cebolla» Rodríguez y toda la defensa del United se descolocaba. En este aspecto, el no contar con la velocidad y veteranía de Ferdinand, jugó una muy mala pasada a Sir Alex Ferguson, que no pudo detener esta jugada.

Atacar por la banda de Cristiano Ronaldo
Ya es una acostumbre que Cristiano no baje a defender excepto en los balones parados, sin embargo, no es habitual ver a Park tan perdido. En ambas bandas las únicas ayudas que llegaron fueron las de Fletcher y Carrick, seguramente, tal y como lo había planeado Sir Alex. Pero con la gran cantidad de efectivos con los que llegaba el Oporto, eso no bastaba. Tanto Lisandro como el «Cebolla» Rodríguez se encontraban con la banda vacía hasta llegar al lateral correspondiente, por no hablar del lateral francés Cissokho, que llegó más de media docena de veces a la línea de fondo. Llegó un momento en el que Ferguson le indicó a Cristiano que se pusiera de segundo delantero, pero el portugués se encontró muy tapado en ese puesto, sin los espacios que necesita para desbordar.

La conexión entre los dos puntas
La llegada de Berbatov a Manchester significaba completar una plantilla ya de por si extraordinaria con el nueve referencia que todo equipo necesita. Al comenzar la temporada nos preguntábamos como gestionaría esto Sir Alex, ya que tendría a Tévez, Rooney y Berbatov, tres estrellas, para tan solo dos puestos. Ferguson apostó fuerte por la dupla Berba-Rooney, pese a que algunos empezaron muy pronto a criticar al búlgaro, que no parecía adaptarse. Aún así, la pareja de delanteros de los Red Devils es una de las más temidas, jueguen los dos que jueguen. No contaba con el búlgaro en este partido, sin embargo, no optó por la opción que parecía más normal, Carlos Tévez. El no contar en el once inicial con el Apache, destruye automáticamente una de las armas más poderosas de los Red Devils, la conexión entre el dúo de killers.