Debut histórico ante una Armenia que no fue rival

Al fin debutó la gran esperanza del futuro del fútbol español: Bojan Krkić Pérez. Rondaba el minuto 65 cuando Santi Cazorla salía del campo y todo el Carlos Belmonte se ponía en pie para recibir a Bojan. Todo el mundo cámara en mano inmortalizando el momento ya que sabían que estaban ante un debut histórico, quizás mas tarde de lo esperado por muchos (entre los que me incluyo), pero al fin tuvo su oportunidad el joven jugador del Barsa, y no la desaprovechó. Cada balón que tocaba daba sensación de peligro y sus compañeros no hacían mas que pasársela para que lograra un gol en su primer partido; pero este no llegó. Tal era la euforia que se vivía en ese momento que ese equipo que había estado jugando con el freno de mano puesto desde el segundo gol en el minuto 16, nos regaló unos diez últimos minutos de fútbol de toque y precisión, llegando así los dos últimos goles.

El partido contra Armenia no será recordado ni por el resultado ni por el juego de España. Será recordado por el debut de Bojan, por ser el partido en el que se batió el record de Alemania de 36 partidos invicto en partidos de clasificación para un mundial y por los dos goles de Villa, que con 21 goles en 38 partidos, se convierte en el séptimo máximo goleador de «la Roja», superando a Zarra con tan solo 26 años.

Por parte del equipo visitante no se vio gran cosa, ya que los dos goles en los primeros 15 minutos les dejaron sin opciones. Mi opinión antes del partido era que sería difícil abrir la lata ante este equipo, o al menos eso decían sus anteriores resultados. En los ocho partidos que había jugado este año hasta ayer, su peor derrota había sido por una diferencia de dos goles y con empate a 0 al descanso, pero en el encuentro contra España el primer gol tempranero rompió completamente el partido. Sin duda, esta selección no fue ese equipo bien organizado en defensa esperado por algunos, aunque también es cierto que otros muchos ya decían que la impresionante precisión en los pases de nuestros medios centros y nuestros extremos romperían ese duro cerrojo defensivo, y así fue. El partido terminó a los 15 minutos.