De la Copa de Alemania y otras divagaciones

Damián – Ayer se completaron los cuartos de final de la DFB-Pokal, la Copa de Alemania para entendernos. Cuatro partidos repletos de emoción y con un gran ambiente en las gradas a pesar del intenso frío que padecen en tierras germanas. Sin ir más lejos en el Allianz Arena de Munich se congregaron cerca de 55000 espectadores para presenciar el Bayern – Greuther Fürth a pesar de los nueve grados bajo cero y la nevada que caía sobre el estadio que hizo necesario jugar con el balón rojo.

Antes de otras consideraciones comentar sucintamente el aspecto deportivo de la jornada. El Bayern de Munich se clasificó para semifinales al golear por 6-2 a sus vecinos de Fürth, club de la Bundesliga 2. A pesar del claro marcador no lo pasaron bien los locales durante la primera mitad, a la que se llegó con ventaja visitante por 1-2. Una pésima defensa y un portero, Rensing, muy nervioso y sin confianza les dieron alas a los visitantes. La segunda mitad ya fue otra historia. La bronca de Van Gaal al intermedio seguramente fue de aupa y sus pupilos acabaron goleando a un rival que no aguantó el ritmo.

Los bávaros se verán las caras con el Schalke 04 en Gelsenkirchen después de que los hombres de Magath apearan al Osnabrück, líder de la Bundesliga 3, al vencer por 0-1 con un gol de Kevin Kuranyi. La otra semifinal la disputarán el Werder Bremen, que se deshizo del Hoffenheim el martes al derrotarle por 2-1 (con dos golazos conseguidos por Naldo y Hugo Almeida), y el Augsburgo de la Bundesliga 2, la revelación del torneo, que se impuso a un desquiciado Colonia (acabó con ocho jugadores) por 2-0. Los encuentros de semifinales (a partido único) se disputarán los días 23 y 24 de marzo.

Además de la emoción de los encuentros, a lo que contribuye sobremanera el que sean a partido único en todas sus eliminatorias, destaca el gran ambiente que se registra en todos los estadios. Eso ocurre tanto si la eliminatoria se disputa en el campo del club de menor categoría como si es en el de superior. Las grandes entradas están siempre aseguradas aunque la climatología no acompañe lo más mínimo como ocurrió en la jornada de ayer.

El ambiente que se vive en la DFB-Pokal sólo es comparable al que se registra en la FA Cup inglesa, estando a años luz nuestra Copa del Rey o la Coppa de Italia. Para justificar el arraigo de la Copa inglesa se suele aludir a que es la competición más antigua del mundo (su primera edición data de 1871), sin embargo nos quedamos sin argumentos ante la Copa alemana que fue disputada por primera vez en 1935.

Por qué entonces la Copa del Rey, la competición más añeja de nuestro fútbol que se comenzó a disputar en 1902, goza de tan poco seguimiento en nuestro país, con campos semivacíos que sólo se pueblan, y hasta cierto punto, a partir de cuartos de final. Realmente no lo sé. Supongo que los clubes y la Federación tienen buena parte de culpa de que el nuestro sea un trofeo casi clandestino. Sin ir más lejos no entiendo que se siga disputando a doble partido cuando el calendario está tan cargado, una de las causas que puede influir.

También los clubes le han dado la espalda. Aquí preferimos un cuarto puesto a avanzar en la competición del KO. Está claro que el factor económico es muy importante, meterse en la Champions da mucho dinero. Sin embargo dentro de veinticinco años nadie recordará el cuarto puesto logrado, pero por el contrario si que permanecería en la memoria la Copa ganada esa campaña. No se le da el valor que tiene.

Y por último conviene reconocer que, por lo general, en nuestro país se es del Barcelona y del Real Madrid y después del equipo de la ciudad. No ocurre lo mismo en Alemania e Inglaterra. Allí los aficionados son en primer lugar del club de su ciudad y lo siguen con fervor y pasión tanto en su estadio como lejos de él. Les da igual que sea partido de Liga o de Copa, en domingo o en miércoles, ellos siempre estarán al lado de su equipo. Aquí no es así. Cuando Real Madrid o Barcelona visitan cualquier estadio es fácil ver entre el público local a seguidores de esos clubes, en gran número en muchas ocasiones. En otros lugares eso es impensable. Los seguidores del equipo visitante están en su zona acotada y nada más, el resto del estadio sólo tiene un color y ese es el del equipo de casa. Al menos así lo veo yo.