De cómo me convertí en Red Devil

Dani Navedo - Un día como otro cualquiera, me disponía a coger mi paquete de cereales para tomarme un buen tazón con leche antes de marcharme a clase. Pero algo suena dentro, junto con los cereales, pues los Choco Krispies no se mueven con igual soltura que otros días… al mirar compruebo que dentro, viene una especie de bolsita con un disco dentro, y es que no me había fijado en la promoción de la caja debido a las altas horas de la mañana en las que me encontraba. «Championship Manager 2001/2002 Demo» ponía en el disco. Después de un duro día de trabajo en el aula, llego a casa y me dispongo a mirar la sorpresa que nada más despertar me había encontrado. Instalo el juego, introduzco mi nombre y me encuentro con una lista enorme de equipos. Busco el único club del que sabía algo, el Deportivo de la Coruña, pero no lo encuentro. De pronto, me doy cuenta de que en esta demo del juego, tan solo se te permite jugar con equipo ingleses… ¡Pero si yo no se nada de estos clubes!

No tengo ni idea de a que equipo escoger, pues a mis 9 años ya me cuesta reconocer a los jugadores del Dépor cuando los veo por la tele, como para saber algo del fútbol de otro país. Empiezo mi búsqueda con tan solo dos cosas claras: elegiré a un equipo de la primera división inglesa y, entre ellos, el que más me llame la atención. Leeds me gusta, es rápido, sencillo y fácil de recordar; Manchester me encanta todavía más, pues suena a «poderoso»; Torquay también está bien, pero no está en la máxima división y mi cabeza ya había decidido despreciando mi voluntad. Pensando ahora con más calma, me doy cuenta de que a lo mejor mi subconsciente escogió ese tal «Manchester United», porque era el único que me podía sonar de algo, ya que el Dépor había jugado contra este equipo en la UEFA Champions League hace relativamente poco.

Pulso sobre el equipo. Me encuentro con una plantilla que no conozco de nada, pues en mi vida había oído hablar de Blanc, Keane, Giggs, Beckham, Verón, Scholes, Solskjaer, Van Nistelrooy… Tan solo un nombre me llamó la atención: «Barthez», me sonaba de algo, pero tampoco se a ciencia cierta de que. Por supuesto, ahora me doy cuenta de que había oído hablar de él porque había sido el protagonista negativo de la victoria por 2-3 del equipo de Irureta en Old Trafford. Para uno que me suena lo meto a jugar, eso está claro. Sin embargo, ante mi ignorancia, me tengo que guiar por las pistas que da el juego sobre las posiciones en la que cada uno puede jugar, pero surge otro problema: demasiados jugadores de medio campo. En este momento empieza mi afición por el sistema 3-5-2, el cual aún uso en la actualidad cuando toca ponerse serio jugando al Pro Evolution Soccer o cuando quiero practicar “fútbol total”, así que me queda la siguiente alineación:

Esa era la primera vez que veía al Manchester United. Poco a poco fui poniéndole cara a esos nombres a base de investigar, cambié las impresiones que me habían dado en el juego por sus actuaciones reales, me fui enterando de la grandiosa historia de un club lleno de gloria, con una tragedia de por medio y con decenas de leyendas en sus filas. Me enamoró un futbolista en concreto, Van Nistelrooy, pues si eran pocos los goles que metía en el juego, verlo en un partido real era un gozada.

El como me fueron las cosas en el juego y como Jimmy Floyd Hasselbaink, Juan Carlos Valerón y Djalminha acabaron jugando en mi equipo, ya forman parte de otra historia. Azar o destino, llamadlo como queráis, empecé a jugar con el Manchester United y no con cualquier otro. Ocho años después, animo, sufro y celebro los triunfos del equipo de Sir Alex Ferguson como un Red Devil más, aunque todavía tengo un sueño sin cumplir: vivir un partido en Old Trafford.