Champions, análisis Inter-Chelsea

Blanco, El Once de Blanco - Órdago para la Calcio, los tres ingleses con los tres italianos más la Vecchia Signora fuera de combate, decir que serán tres partidos interesantes de cara al espectáculo será faltar fehacientemente a la verdad, dos intensidades de juego, dos modelos de fútbol antagónicos, la Premier en claro ascenso, la Calcio tocando las últimas fases del declive.

En Italia ya no quedan a penas estrellas, ya lo hemos hablado alguna que otra vez, pero tras la marcha de Kaka’ e Ibrahimovic la Calcio se ha quedado sin sus dueños de cuota de mercado, sus marcas internacionales y sus emblemas como una de las mejores ligas del mundo, las que hay o son producto nacional o son viejas glorias en pleno declive, no me salgan con Eto’o, el nunca ha sido un monstruo mediático, solo un gran delantero.

El sorteo ha sido de nuevo caprichoso y ha juntado destinos, si el año pasado era Ferguson contra Mourinho, este toca la vuelta del portugués al equipo que llevo al éxito y paradójicamente la vuelta a Milán de Carletto.

Ver el Chelsea actual es ver el reflejo de lo que fue hace 5-6 años, José lo dotó de filosofía, de aquello que hablamos le falta al Madrid y le sobra al Barça, volver al Chelsea de los triunfos pasaba por reinventar, acoplar ideas y volver por los antiguos fueros, una transición eléctrica, un cambio de ritmo brutal y una intensidad defensiva que desconectan al rival, Ancelotti resolvió el problema Deco-Ballack-Lampard y encontró la tecla para tener a Drogba y Anelka en el 11. Paso a paso este nuevo Chelsea se ha convertido en una apisonadora, capaz de jugar a otro nivel que el resto de Europa, incluso por encima del Barça actúal. 1-4-4-2 claro, laterales carrileros como en la época de Cafú y Serginho en el Milan, pareja de centrales que ha hecho prácticamente doscientas guerras juntos, la innovación llega en el medio, Essien o Mikel en el vértice, Lampard y Ballack de pareja, perfectamente sincronizada y en armonía, de 10 Joe Cole o Deco y la dupla atacante Anelka y Drogba.

Un equipo perfectamente sincronizado, juegan de memoria y a un nivel de ritmo frenético durante los 90’, en los laterales comienza a entrar Zhirkov un auténtico crack, domina su rol y hace jugar al resto, potencia, 1×1 y varias posiciones en ataque, aunque en el lateral lo borda, Deco de 10 aporta la pausa, el desequilibrio y el peligro en segunda línea, ya no se tropieza ni cortocircuita, hay balón para los dos que están a sus espaldas, Lampard desequilibra con un pase y Ballack rompe en las transiciones, son un trío que jamás pareció que pudieran acabar jugando juntos, si a esto le sumas a Joe Cole en las rotaciones tienes un equipo con un sin fin de variantes.

En el otro lado tienes un Inter más que fútbol vende humo, lo hemos visto ante el Barça, un equipo bien plantado a nivel defensivo, un trabajo táctico brutal, pero una o dos intensidades menos que el rival, si se ponían a correr el Barça los ajusticiaba sin perdón. Mourinho no consigue encontrar la tecla que los haga jugar a otro nivel, precisamente porque en casa no lo necesitan, es una losa, pero la Champions la terminas jugando tal y como juegas en liga y en Italia no hay nadie que pueda poner en apuros a este Inter, seguirá ganando y destrozando rivales jugando a un nivel muy inferior que al de las dos grandes ligas europeas, The Special One lo sabía, y lo sabe, creyó que podía cambiar esta dinámica, que podía hacer jugar al equipo indistintamente del grueso de los rivales, pero eso es una quimera, solo hay que echar la vista atrás y recordar el Madrid del año pasado, ganaba por inercia con cuatro variantes y una contra letal, pero la intesidad Premier y el Barça los mataron sin anestesia.

Al equipo italiano no le interesa que haya muchos minutos de juego efectivo, el balón debe ser del Chelsea, portería a cero en el Meazza para ganar sobre la bocina en Stamford Bridge y a la contra, Mourinho planteará una eliminatoria muy parecida a ida con el Barça, buscará vender peligro, un equipo capaz de más, pero sabedor de que intentarlo puede hundirlo en el más absoluto fracaso, de nuevo un cara o cruz ante el destino, un equipo muy superior en ritmo y estilo, el coco, el que nadie quería para dejarles fuera una vez más a las primeras de cambio. Algo tiene que cambiar en Italia para volver a ver un equipo trasalpino levantar la mítica copa de las dos “orejas”.

Por el contrario, este es el año del Chelsea, tienen hambre, fútbol y la suerte de cara, si a día de hoy toca pronosticar un ganador es sin duda el inglés, por dos motivos, uno el juego actual y que ningún equipo en la historia consiguió revalidar título.

Un abrazo.