Análisis del partido: Real Madrid – Atlético de Madrid

Punto de inflexión para dos equipos que necesitan la victoria como el comer, semana fatídica, tan larga como ardua, tres partidos que pueden marcar el final de temporada de ambos.

Juande optó por su ya clásico 1-4-4-2, con Casillas; Lass, Ramos, Cannavaro y Heinze; Robben, Gago, Guti y Marcelo; Huntelaar y Raúl.

Cambien Pepe por Cannavaro y la llegada de un lateral de perfil zurdo y ya tienen la que puede ser presumiblemente la defensa del año que viene de este Real Madrid. Tirones de pelos, sorpresas por el cambio de Lass al lateral, la explicación es sencilla. El Madrid inicia juego desde la primera linea y ahí, la salida de balón la marca Pepe, un central con una gran conducción y bastante preciso en los pases largos, o si no por las conducciones de Sergio Ramos. Desactivar a Pepe, es ganar las transiciones, recuperar cerca y matar. La posición de Lass atendía precisamente a ayudar en la salida de balón, un mediocentro defensivo, con capacidad de conducción y de pase podía ser la solución.

El medio de campo madridista era arriesgado para cualquier otro rival, pero no para un atleti que a penas elabora en estático, todo son conducciones o robos en 3/4. Guti de lanzador y Gago asegurando los pases (como siempre, cuando este chaval se meta entre líneas puede llegar a ser demoledor, mientras tanto será un mediocentro más, que no destaque por nada en concreto) y el robo. Luego ya, Marcelo, ese gran descubrimiento de Juande para regocijo del fútbol en general, malo en fase defensiva, extremo puro en la ofensiva, un jugador que está creciendo día a día, ya no se espera de el que sea Roberto Carlos, algo que lo tiene que aliviar bastante la verdad. Y Robben aportando la calidad diferencial, el juego a los espacios, las diagonales y la quinta marcha. El ataque madridista, una constante de las últimas jornadas, un delantero estático como es Huntelaar, de escaso juego colectivo, pero que siempre cumple, salvando las distancias, al estilo Van Nistelrooy y el sempiterno Raúl, ultimamente redescubriendose a si mismo y trabajando en áreas inusuales para el, con gran resultado por cierto.

Resino al igual que Ramos utilizó el 1-4-4-2, con Franco; Antonio López, Ujfalusi, Pablo y Heitinga; Simao, Assunçao, Camacho y Maxi; Forlán y Agüero.

Una defensa impuesta y para nada la que el elegiría de haber podido planificar la plantilla, una defensa que tiene que adaptarse a un sistema antagónico a sus características. En el medio Abel se arriesgó, dejar a Maniche en el banco para darle paso a Camacho, un jugador que llevaba meses esperando una oportunidad, Assunçao una garantía en el centro, Maxi, un jugador capaz de lo mejor y de lo peor y Siamo el atacante más completo de la liga, si en vez de futbolista fuera ciclista, diríamos que es un escalador, un contrarrelojista y un esprinter, en fútbol diremos que es un volante con capacidades defensivas, puede bajar a recuperar en el centro, hábil en el 1×1 y gran pasador, si fuera un puntito más brillante…

De la delantera poco que decir que no se haya dicho ya, una de las mejores duplas de Europa, garantizan un gol por partido mínimo (algo fundamental en el fútbol moderno, se complementan a la perfección, el uruguayo letal en las distancias cortas, una visión de juego propia de un mediapunta y una movilidad absoluta, Agüero es un futbolista diferente, aporta la calidad diferencial, las largas conducciones con finalización incluida, aún está lejos de ser quien debería llegar a ser. Si se aleja de las malas compañías marcará una época.

Victoria de Abel, el secreto para ganar este Atleti es muy simple, tener una buena salida de balón para desactivar la delantera, un mediocampo capaz de enviar balones al espacio y una delantera veloz que pueda tirar desmarques de ruptura, coger la espalda de la lenta defensa atlética y asestar un frío golpe. A priori el Madrid con Pepe cumplía todas esas condiciones, los desmarques, como no los tendría que tirar Robben, pero con Guti en el campo, la victoria parecía rápida e indolora, ante una zaga tremendamente lenta y con un portero que dista mucho de ser Molina, a penas sale del arco y en el esquema de Abel, sería fundamental un portero capaz de jugar a la espalda de la defensa. Resino ha optado por un planteamiento futbolístico muy vistoso, pero muy arriesgado, hasta ayer, no le veía fondo a la cuestión, riegos por riesgo, como decía hasta ayer. Ayer el equipo jugó como conjunto, el achique al estilo Huesca lo realizaban todos y cada uno de los jugadores, el equipo era uno en fase defensiva, Agüero y Forlán bajaban a presionar por el interior a Gago y Guti, esto propiciaba una penosa transición del Madrid, que en ningún momento pudo jugar al espacio como debería, 3×2 en el centro, y Assunçao bajaba a dar cobertura a los centrales en la batalla con Robben y Marcelo. La clave de la victoria en el centro fue Camacho, un jugador espectacular, que será pieza angular en el futuro Atlético, con el en el campo el equipo ganaba en solided y en velocidad, una y otra vez Guti perdía el balón ante Camacho y obligaba a Marcelo a replegar antes.

En la zaga la salida de balón era insufrible, el pase ya había sido descartado, Agüero, el solo había anulado por completo a Ramos, si cambiaba a fase ofensiva, si trataba de hacer una conducción el Madrid perdería irremediablemente, la otra baza, Lass, fue tapada perfectamente por Simao y las ayudas de un Forlán magistral, solo les quedaban las conducciones, entregar el balón a Robben o a Marcelo y rezar por la épica una vez más.

Pasó lo que tenía que pasar, el Atlético marcó, comunión entre los dos killers, robo en transición ofensiva sin dar tiempo a la defensiva y gol de Forlán, a partir de ahí no hubo cambios en el guión. Un Madrid que se ahogaba sin posibilidad de perdón, un Robben que clamaba al cielo, una pieza aventajada que desentona, un jugador con quinta marcha, en un equipo que no pasa de la cuarta y forzando, poca movilidad, no había balones al hueco… Y entre medias empata el Madrid, una vez más, conjura del Bernabeu y ayuda arbitral (todo hay que decirlo), otro holandés, el desaparecido en combate, anotaba el que a la postre sería el 1-1 definitivo. La segunda parte fue un intercambio de golpes que solo podían acabar de una forma, con un Madrid destrozado, pero el fútbol es injusto…A veces y está fue una de esas, Agüero, perdió todos los mano a mano contra Casillas, rubricando el empate, una lástima.

Abel puede marcar una época en Madrid, si se le deja, si se le da tiempo y se le deja planificar, el Calderón puede vivir años de gloria y buen fútbol, veamos si la caprichosa junta y si el banquillo del Atleti no hacen que las etapas se quemen demasiado rápido… Ahora la Champions.

Un abrazo.