Si yo fuera Carlo
Llega la hora de la verdad. La hora de los valientes que toman decisiones. Real Madrid y Atlético de Madrid se enfrentan en el, seguramente, duelo más importante de la temporada. El acceso a semifinales ante sus ojos y, por medio, el balón. ¿Seguirá Carlo Ancelotti con su ceja fija, o moldeará de una vez su equilibrado lastre? ¿Y Simeone? ¿Saldrá a por el partido o mantendrá la defensa numantina esperando su oportunidad?
Si yo fuera Carlo, ante el oscuro panorama en Liga que oteo y la escasa paciencia de mi jefe, cambiaría de armas para esta final anticipada. La baja de Marcelo parece obligar al italiano a alinear a su sustituto anti-natura, Coentrão. Voces de antaño recomendaban la valentía (o estupidez) de colocar a Bale en ese costado defensivo, con lo que en mi cabeza se formulaba la siguiente cuestión: ¿crucificamos al galés por no defender arriba y ahora queremos colocarlo en retaguardia? La lesión ha zanjado el debate si de verdad lo hubo. Pero la baja más sensible e importante se encuentra en la línea más castigada del equipo: Modrić se pierde el tramo fundamental de la temporada. Un verdadero quebradero de cabeza y un regalo para el rival. Pero caer en victimismos de este tipo es de mediocres. En momentos como éste es cuando debemos ver de qué madera está hecho el director de orquesta.
Si yo fuera Carlo —y como bien recordaban ayer algunas tertulias radiofónicas— tal vez recurrir a aciertos de técnicos de antaño podría ser una posibilidad disparatada pero efectiva, teniendo en cuenta las piezas disponibles. ¿Nadie se acuerda de la final de la octava ‘Orejona’? ¡Iván Campo como titular! Don Vicente del Bosque, en una de las mejores maniobras que le recuerdo, plantó cinco defensas de inicio en lo que parecía un 5-2-1-2. El resultado ya lo sabemos; el temido medio campo valenciano desapareció. Con dos laterales de largo recorrido y con una calidad excelsa arriba, logró hacer desaparecer el gran peligro rival: su medular que, a la postre, es lo que tiene comido el cráneo a los blancos. Cierto es que, por aquel entonces, jugaba un tal Fernando Redondo. El Atlético puede saltarse esa línea a la hora de atacar enviando pases largos a Mandžukić, pero a la hora de defender lo tendría más complicado en inferioridad. ¿Por qué discutir la exactitud de la matemática?
Ese sistema otorgaría más seguridad defensiva y en ataque, pasando a un 3-4-1-2: superioridad en centro campo, circulación y espacios, fijando a alguien entre líneas, siempre una ventaja en este deporte; por lo que James o ‘Isco’ podrían crearle un auténtico quebradero de cabeza al sistema erigido por Simeone. Una alienación compuesta por Casillas, Ramos, ‘Pepe’, Varane, Carvajal, ‘Isco’, Kroos, Coentrão, James, Cristiano y ‘Chicharito’. Un once que metiera al rival atrás y que tuviera velocidad a la hora de tocar el balón, con el campo abierto y con posibilidad de recuperación y salida rápida, a la par que un equipo de líneas juntas a la hora de replegar, sabiendo que tienes a tres baluartes centrales de rapidez contrastada y pólvora arriba. Al menos, remate.
Resulta evidente que el Atlético de Madrid tiene cogida la medida a las ideas italianas del vecino; no ha sido una o dos las ocasiones en las que lo ha demostrado. Simeone no variará nada porque no le hace falta. Tendrá un plan “B” en caso de necesidad de remontada o igualada, pero seguirá la línea con la que tan bien le ha ido en estos últimos derbis. Es el italiano quien debe dar un paso al frente si quiere terminar de una vez por todas con esta racha, aunque no lo veo muy predispuesto al cambio. Parece que nunca lo está.
La prensa habló de un cambio en el primer tiempo del pasado martes, pero lo único que mis retinas presenciaron fue un cambio de actitud, no de sistema o idea, que es lo que necesita Carlo si quiere vencer a su rival colchonero puesto que, una vez agotado el depósito, el equipo volvió a la misma mediocridad de los anteriores duelos. Que nadie dude de que los pupilos de Simeone saldrán a morder desde el minuto uno buscando el gol que le allane su plan “A”. Si el italiano espera un equipo encerrado tras el pitido inicial, volverá a errar y, esta vez, ya no habrá margen que cubra su terquería. Los primeros susurros carroñeros sobre la inminente contratación de Klopp ya han llegado a los tímpanos del italiano. Lo de siempre en Concha Espina.
Javi Ferrer
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