La continuidad como cultura laboral

Cuando la forma de trabajar que gobierna un club se rige por sus propios ideales, los resultados pueden llegar a poner en entredicho esa organización. Dentro de todo gran club hay un dueño; un presidente o mandatario en general que está en la cúspide del organigrama y cuyas decisiones marcan el devenir del club de turno en los diferentes aspectos que tiene que llevar a cabo.

Es decir, este ápice de la pirámide de obligaciones para con el club que representa deberá tomar las decisiones finales que llevarán al mismo a funcionar, o a constituir una etapa para olvidar. Las relaciones interprofesionales, así como la cultura del mismo y del club en general, ya sea por parte histórica como por criterios, ordenan la mayoría de las decisiones desde la sombra.

El Real Madrid CF ha fichado a Rafael Benítez; un trotamundos que salió desde la propia factoría ‘merengue’, y que paso a paso se ha convertido en un entrenador con el billete de vuelta en el bolsillo. El Valencia CF lo vio crecer como entrenador profesional, vivió una etapa gloriosa en Anfield, haciendo al Liverpool FC una mayor potencia europea, y después pasó por el Internazionale FC, el Chelsea FC y el SSC Napoli para recaer finalmente en su casa, Madrid. Entre lágrimas fue presentado por Florentino Pérez, presidente y mandatario blanco.

Pero esta es la parte que nos interesa: la presentación de Florentino Pérez. Y es que, en sus dos etapas como presidente del Real Madrid CF, Vicente del Bosque, Carlos Queiroz, José Antonio Camacho, Mariano García Remón, Vanderlei Luxemburgo, Juan Ramón López Caro, Manuel Pellegrini, José Mourinho y Carlo Ancelotti han pasado por el banquillo blanco, siendo el portugués el que más ha aguantado en el mismo, llegando a los tres años —Vicente del Bosque estuvo más tiempo, pero antes de que él llegara a la presidencia— pero siendo finalmente relevado de su puesto.

En total, nueve entrenadores que no han cumplido las expectativas presidenciales, a pesar de contar, en muchos momentos, con el apoyo incondicional de todos menos de él mismo. Sin embargo, sin que el pulso le tiemble, ha ido estrechando la mano de todos y cada uno en un emotivo discurso haciendo referencia a que están dentro de la historia y que han sido muy majos.

Es una forma de verlo; una cultura diferente en cuanto al tratamiento y el respeto hacia una transición, que difiere mucho de otros grandes europeos. Y el caso es que muchos de estos entrenadores han ganado títulos y han ofrecido un juego muy del agrado del Santiago Bernabéu; pero aun así, el camino a seguir por ellos siempre ha sido el mismo, siguiendo la estela imaginaria del brazo alzado de Florentino Pérez.

Arsène Wenger lleva siendo el entrenador del Arsenal FC desde 1996; es decir, 19 años en el banquillo del equipo de Holloway. Etapas de todos los colores le han acompañado durante su carrera, con más o menos títulos, jugadores con los que compartía amistad y con los que no, rachas de victorias y de derrotas… pero 19 años sí dan lugar a ser una leyenda de un club.

Sir ‘Alex’ Ferguson es otra leyenda viviente para un club inglés, el Manchester United FC: desde su retirada en el año 2013, el club inglés no encuentra la estabilidad que antaño le acompañaba por Europa. Y es que el exentrenador escocés estuvo sentado temporada tras temporada en el banquillo de Old Trafford durante 27 años; casi tres décadas en las que fueron encontrándose títulos y magia futbolística, a la par que años decepcionantes, pero todo bajo el orden de la estabilidad.

Son simplemente tres muestras de dos culturas a la hora de gestionar un club. Y es que, por mucho que un año no funcionen las cosas como se pensaban en el campo, la tranquilidad y estabilidad de un entrenador que conoce tan bien al club no se encuentra en dos años.

Ahora la papeleta es para Rafael Benítez, pues tiene que suplir al entrenador que le ha dado la ‘décima’ a un club que la ansiaba como agua en el desierto, y veremos a ver qué tal resulta el invento. Pero una cosa está clara: la manera de sentir que se deben de hacer las cosas, así como la manera de tomar las decisiones, varía tanto que igual ése será un mayor problema que el del entrenador que no sabe hacer jugar a su equipo.