Una gabarra timonea la gloria del Athletic
Han pasado más de 30 años desde que la Gabarra “Athletic”, la embarcación en la que el equipo vasco garbea victorioso las aguas bilbaínas, surcó por última vez la ría de Nervión en medio de un jolgorio apabullante. Aunque parezca una tradición veterana, esta manera tan particular que tiene el Athletic de festejar sus éxitos se remonta tan sólo a 1983. Fue con motivo de la primera de las dos ligas conquistadas por los leones con Clemente como entrenador y quien, en vísperas de su consecución, planteó a los dirigentes del club cómo, en caso de conseguirla, celebrarla de un modo especial tras cinco lustros sin ganarla.
Cuentan que fue un directivo, Cecilio Gerrikabeitia, quien sugirió al presidente de la entidad por aquel entonces, Pedro Aurtenetxe, materializar una idea salida de una canción que rezaba: “por el río Nervión, bajaba una gabarra”. Fue así cómo la Gabarra nº1 pasó a llamarse Gabarra “Athletic” y se convirtió en el emblema de los triunfos del club bilbaíno; en realidad esta embarcación no es una gabarra como tal, sino un pontón (una plataforma flotante sin propulsión), por eso es remolcada en su subida por la ría.
La primera vez que esto ocurrió fue un 3 de mayo de 1983, y ninguno de los allí presentes ha olvidado ese día. Las crónicas cuentan que alrededor de un millón de personas se agolparon a uno y otro lado de la ría para ovacionar a los jugadores y vitorearlos durante su paseo en la gabarra, que tuvo lugar desde la desembocadura de la ría en Getxo hasta el ayuntamiento de Bilbao. Este recibimiento estuvo totalmente justificado, pues esos jugadores fueron los artífices de un hecho impensable, casi milagroso: ganar nuevamente la Liga, 27 años después.
Lo que ningún seguidor rojibanco podía esperar entonces era que dicha hazaña tuviera repetición al año siguiente; y no sólo se igualó, sino que los resultados fueron aún mejores. El Athletic volvió por sus fueros y ganó sobre la bocina el campeonato doméstico —dirimido a tres bandas en una última jornada de infarto—; venció también en la Copa del Rey ante el Barcelona de Diego Armando Maradona (la final de la tangana) gracias aun gol de Endika; y a estas dos conquistas se les sumó automáticamente la Supercopa de España. Este histórico triplete fue celebrado por todo lo alto a lomos de la gabarra, repitiéndose la estampa del año anterior con la afición reunida en torno a la ría para jalear a sus héroes rojiblancos. Sería la última vez que la Gabarra “Athletic” surcase la ría de Nervión.
Sin embargo, aunque este festejo tan peculiar sea a menudo relacionado exclusivamente con el Athletic, lo cierto es que ya existió con anterioridad otro club bilbaíno que celebró sus victorias embarcado en una gabarra: se trata del Acero Club, del barrio de Olabeaga. Ellos son los auténticos donantes de la tradición de la gabarra, los primeros que pensaron en navegar la ría para celebrar con la hinchada.
Este hecho sin precedentes tuvo lugar en 1924, cuando la Liga española (disputada por vez primera en 1929) aún no había irrumpido en el panorama futbolístico español. El Acero Club se ganó el derecho de representar a la Federación vizcaína en el campeonato nacional de la serie B, tras proclamarse campeón provincial un año antes. En dicho campeonato alcanzaría la final, disputada en Sevilla, contra el Osasuna. El equipo, que precisó incluso de una ayuda económica de la Federación por ser incapaz de asumir los gastos del viaje, obtuvo finalmente la victoria contra pronóstico, por 2 goles a 1.
El recibimiento de los aficionados fue colosal; de hecho, desde Orduña se les recibió con clamores en cada estación de tren. Una vez ya en Bilbao, el armador Manu Sota ideó remolcar a todo el equipo subido en una gabarra iluminada con antorchas, desde el puente del Arenal hasta el muelle de Olabeaga. Fue así cómo se originó la costumbre que más tarde adoptaría el Athletic como propia y que ha quedado para la posteridad como un símbolo más de la mitología del club de San Mamés.
El próximo capítulo de la gabarra se gestará este sábado en el Camp Nou, donde el club vasco tendrá la oportunidad de engrosar su leyenda y de devolver la nave rojiblanca a la ría de Nervión, después de tanto tiempo sin navegar la senda de la victoria. Su rival, el Barcelona de Messi y Luis Enrique, parte como favorito y no será, a priori, fácil de doblegar. Sin embargo, la oportunidad de vencer a los catalanes en su propio feudo y la ilusión por sacar a flote de nuevo la embarcación bilbaína (por primera vez en el siglo XXI) son razones suficientes para creer en la gesta vasca. Una gesta que la gabarra pide a gritos tras 30 años de espera.
Javi Ortega