Homenaje al presente superando el pasado
El orden de juego, la magnitud del rival y el nivel de impacto ubicaron al Manchester United en todas las portadas de los principales rotativos de Inglaterra tras el bombazo de la semana pasada del Cambrige United (4ª División inglesa) en la cuarta ronda de FA Cup. La jornada del viernes y el sábado estuvo tan cargada de estruendos —Chelsea, Manchester City, Tottenham, Swansea City y Southampton también cayeron eliminados ante equipos de menor entidad— que, para cuando se jugó el Liverpool-Bolton (era el único enfrentamiento que se jugaba a las seis de la tarde), parecía que no podría haber más hueco para la sorpresa. Pero la hubo.
Aunque el Liverpool no nos regale las exhibiciones del año pasado, que Anfield no sea decisivo en una eliminatoria de 90 minutos ante un equipo (el Bolton) que merodea la media tabla de la Championship no deja de tener impacto. Además, seguramente si la presente no fuera una temporada particular, el aficionado podría excusar al equipo con que la prioridad es la Liga y después llegar lo más lejos en las competiciones cortas. Pero, como es sabido, 2015 no es un número cualquiera, porque es el año en que Steven Gerrard abandona las islas. En resumen: el objetivo es encontrar un final que quede en la memoria y pueda servir de broche para cerrar una relación de amor eterno.
A falta de rivales “acomodados” (Manchester United y Arsenal son ahora mismo las dos amenazas del cuadro), el Liverpool luchará contra el vértigo que caracteriza a la competición más antigua del mundo. Quien se toma un respiro lo paga cayendo eliminado; sin ir más lejos, el rival contra el que se enfrenta esta noche (20.45h), el Bolton de Neil Lennon, dejó una de esas historias por las que la FA Cup se convierte en la competición nacional más especial del continente.
Corría la temporada 1992-93 cuando Graeme Souness dirigía la primera etapa de la era post-Kenny Dalglish. The Kop apuraba sus gargantas coreando nombres que veían cómo se apagaba la luz de su época dorada (John Barnes, Ian Rush, ‘Ronnie’ Whelan, ‘Steve’ Nicol, Bruce Grobbelaar…) y al mismo tiempo también irrumpía una generación (‘Robbie’ Fowler, Jamie Redknapp, ‘Steve’ McManaman…) que asumió el encargo de liderar una transición a la que nunca pudieron estar a la altura. Es entonces cuando la bandera del fútbol británico cambió de color rojo ‘Pool para dar paso al vigoroso tono de los ‘Red Devils’
En enero del 93, el Bolton Wanderers, que por entonces ocupaba plaza en la Tercera División, debía visitar Anfield para jugar el replay de un duelo de la tercera ronda, en el que del 2-2 del primer partido no salió ningún vencedor (el Bolton llegó a desperdiciar una ventaja de 2-0). La vuelta, en cambio, tuvo un dominador y un vencido desde el primer cántico del “You’ll never walk alone”. El gol de John McGinlay a los tres minutos de partido agitó los ánimos de los más de 8.000 aficionados que se acercaron a Liverpool a vivir una noche que quedó marcada en sus calendarios; luego la sentencia de ‘Andy’ Walker (78′) premiaría al equipo de Bruce Rioch, que debió cerrar el encuentro minutos antes. Según los testimonios de varios jugadores que recuerdan la hazaña, los Trotters salieron fuertemente ovacionados por la afición de Anfield, desesperada por poner punto final a aquel desastre.
‘Robbie’ Fowler: “Me alegré de no haber entrado en el campo. No creo que estuviera preparado. Recuerdo que estar envuelto en aquella eliminatoria era precioso, pero fue un resultado muy, muy duro. Nunca se me ocurrió que podíamos perder“
Sin embargo, y pese a que el Liverpool deambulaba en tierra de nadie sin concretizar su posición en la clasificación, Souness aguantó en el cargo unos meses más; para el mes de enero de 1994, también a causa de un traspié en la FA Cup (esta vez contra el Bristol City), su puesto quedaría finalmente vacante y Roy Evans sería el elegido.
Este año el destino ha jugueteado tanto con la suerte, que la final de Londres se celebra el 30 de mayo, día en que Gerrard cumplirá 35 años. Dado que la Liga es un imposible y la Europa League es cada año más difícil de levantar —y el nivel del equipo tampoco acompaña para soñar con una final en Varsovia—, ganar la FA Cup, competición que en 2012 se les escapó ante el Chelsea de Di Matteo, es la mejor opción para darle un último adiós al activo más importante de la historia del club. La afición está mentalizada, los jugadores lo saben y el propio Steven tiene entre ceja y ceja un último homenaje en Wembley.
Xabi Esnaola