El equipo de Dnipropetrovsk
El río Dniéper atraviesa Ucrania de norte a sur; nace en Rusia, pasa brevemente por Bielorrusia y nutre a Ucrania a lo largo de todo su trayecto hacia el Mar Negro: más de 2.000 kilómetros de recorrido. Ya en sus últimas etapas, el Dniéper pasa por la ciudad de Dnipropetrovsk, la tercera ciudad en importancia del país tras las conocidas Kiev y Donetsk.
Como el río, los principales problemas de Ucrania nacen en la vecina Rusia; la crisis de Crimea del 2014 marcó un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países y dio comienzo a un periodo de maniobras militares. Rusia considera la península de Crimea como algo propio y realizó los movimientos calculados para anexionarse un territorio de alto valor estratégico; Ucrania respondió, y la situación se enquistó con una escalada de la inestabilidad en la zona este del país. Regiones como Donetsk, Lugansk o Kharkov son testigo directo de la lucha por el control de la zona.
Ucrania es, técnicamente, un país en guerra. Pero, a su vez, es un país en el que el fútbol no se ha detenido. El Dynamo de Kiev —el histórico Dynamo— busca levantar un título de liga que le es esquivo en las últimas temporadas, en las cuales la tiranía del millonario Shakhtar Donetsk ha marcado el campeonato local; 13 ligas para los de la capital por 9 del club del este. Sólo un equipo, aparte de los dos gigantes, tiene una liga nacional: el Tavriya Simferopol venció en la temporada inaugural. Hoy, este equipo ya no existe: Simferopol es la capital de Crimea, y esta región pertenece ahora a Rusia; el Tavriya pasó a la historia pocas semanas después de la anexión rusa.
Hoy en día el tercer equipo, la alternativa a los dos gigantes, es el único equipo que, junto a éstos, ha disputado todas las ediciones del campeonato local. El Dnipro sólo ha logrado ser subcampeón, aunque en la década de los 80 levantó títulos de liga y copa en el campeonato soviético. Sin haber conseguido aún ningún trofeo en Ucrania, puede dar un título continental a su país seis años después de que el propio Shakhtar lo lograra.
Enfrente tendrá a todo un veterano y especialista en la segunda competición europea a nivel de clubes. Un Sevilla CF al que si algo se le da bien es, precisamente, ganar la Europa League. El conjunto de Myron Markevych no lo pondrá fácil; nadie les invitó a esta fiesta. Fiesta de la que estuvieron a punto de ausentarse, si no se hubiera anulado un gol legal a los azeríes del Qarabag en la última jornada de la fase de grupos.
Pero aquí están: el equipo de Kalinić, Seleznyov y, sobre todo, Konoplianka y Boyko, buscará su momento de gloria, y lo hará superando las adversidades del conflicto de su país. Superando el haber disputado la competición fuera de su Dnipro Arena, como también lo hicieron antes el Al Ahli egipcio o el Erbil iraquí en sus confederaciones. Y lo intentará para escribir su propia página en la historia, para que el mundo sepa que por Dnipropetrovsk pasa el río Dniéper y, también, que un grupo de jugadores triunfaron, si no lo han hecho ya, a pesar de todas las adversidades.
Dani González