Chelsea 2.0, la madurez del campeón
Falta poco para que el árbitro dé comienzo a lo que probablemente será una gran fiesta en Stamford Bridge, pues el equipo dirigido por José Mourinho, de obtener una victoria, celebraría matemáticamente el título de la Premier League.
Ha sido un torneo apasionante y lleno de emociones, como es costumbre ya en la máxima división del fútbol inglés. El Chelsea se encuentra a 3 puntos de conseguir el objetivo, luego de 24 victorias, 8 empates y sólo 2 derrotas en 34 partidos, con 68 goles a favor y 27 en contra; son números, y difícilmente reflejan toda la magia que el espectador disfruta cuando ve a su equipo sobre el verde, pero de eso vive un campeón: de los despiadados e indiscutibles números que dicen que aquel con mayor cantidad de puntos es el mejor.
Es fácil leer esos números e interpretar ciertas cosas que explican cómo llegó el conjunto londinense a esta instancia. De hecho, comparemos los números de los primeros cinco equipos de la tabla, actualizada hasta los minutos previos al encuentro entre Chelsea y Crystal Palace:
Como se puede apreciar en la gráfica, el equipo ‘blue‘ cuenta con 68 goles a favor y está apenas a dos tantos de ser el ataque más prolífico de la liga, honor que por ahora pertenece al Manchester City de Pellegrini con 70. Además, la diferencia con el siguiente en esa lista (el Arsenal, con 63) es considerable, ya que es poco probable —pero no imposible— que el equipo de Wenger, con un partido menos, anote cinco goles en 90 minutos. Para comparar, el City campeón del año pasado terminó el torneo con 102 goles. El éxito del Chelsea este año encuentra la mitad de su origen en ese dato. El ataque ha mejorado considerablemente respecto al año pasado, cuando en todo el torneo el equipo de Mourinho anotó 71 dianas, y gran parte de ese mérito tiene nombre y apellido: Diego Costa.
El atacante hispano-brasileño ha marcado 19 goles hasta ahora, y se encuentra tercero en la lista de máximos goleadores del torneo, uno por detrás de Harry Kane y a dos del líder Sergio Agüero. Otro que ha aportado bastante a dicha causa es Eden Hazard, quien con sus 13 goles anotados se encuentra séptimo en la lista de máximos artilleros, pero ha sido su entrega y el desequilibrio que genera en las defensas contrarias su mejor aporte, abriendo espacios y creando oportunidades para que Costa y los demás compañeros logren perforar las redes. Su rendimiento le ha significado el premio al Jugador Más Valioso del torneo, votado por sus colegas. Si consideramos la tabla de goleadores del año pasado en la que no figuraba ningún jugador del Chelsea entre los primeros 8 marcadores, podemos entender el impacto que han tenido Costa y Hazard este año comparados con Torres, Eto’o y el mismo Hazard en su versión de la campaña anterior.
Ahora, para explicar la otra mitad del éxito debemos volver a la tabla de clasificación mostrada previamente. El Chelsea destaca primordialmente por un dato: goles en contra. Con tan solo 27 goles recibidos es la mejor defensa del torneo. Entre los primeros cinco clubes de la liga se puede apreciar la marcada diferencia que tiene ese rubro donde Arsenal es el siguiente con 32 goles al pasivo. El año pasado también fue la del equipo de Mourinho la mejor defensa del campeonato con 27 goles en contra luego de 38 jornadas. Está claro que la diferencia entre el año pasado y este ha sido el ataque, pero eso no le resta importancia al esfuerzo defensivo, pues sin él habría sido inútil el aporte de Costa y Hazard. Mantener el equilibrio entre defensa y ataque es una de las tareas más difíciles del fútbol, y debemos mencionar a dos jugadores que resaltan por encima de los demás en esa tarea: John Terry y ‘Cesc’ Fàbregas.
Según ‘Mou’, este ha sido el mejor año de Terry jugando con la camiseta del Chelsea. Los años han sido benévolos con el capitán ‘blue’ y le han otorgado un profundo conocimiento del deporte sin hacerle perder su fuerza física. El aporte de Terry en la defensa es inmenso, coordinando los movimientos de la zaga y despejando balones in extremis, pero la figura más representativa del equilibrio en esta nueva versión del Chelsea es sin lugar a dudas el exjugador de Arsenal y Barcelona. Fábregas es dueño y señor del mediocampo cada vez que juega, una evolución del rol que interpretó de maravilla en sus años vistiendo la camiseta ‘Gunner’. Su presencia tanto en ataque como en defensa y su perfecta compenetración con piezas claves como Matić, Oscar o el mismísimo Costa otorgaron al Chelsea un mayor dominio territorial ante equipos pequeños que facilitó la creación de ocasiones de gol, minimizando a la vez el peligro en el área de Courtois. La base del equipo es prácticamente la misma del año pasado, pero la compenetración entre los jugadores ha sido fundamentalmente mejor este año, y el aporte de las dos piezas nuevas, Costa y Fábregas, ha sido clave.
La campaña del Chelsea puede ser dibujada como una caricatura de Dr. Jekyll y Mr. Hyde a partir del momento en que Diego Costa empieza a perder partidos por lesión, prácticamente en la segunda mitad de la temporada. Durante esa primera mitad, el juego del equipo era bastante fluido, la posesión del balón era prolongada y las ocasiones de gol eran abundantes; Diego Costa fue líder de la tabla de goleadores gran parte del torneo gracias a esa dinámica inicial. A partir de su lesión, sin embargo, las cosas cambiaron radicalmente: la posesión disminuyó bastante al igual que las ocasiones de gol creadas. Una derrota en liga ante el Tottenham y la eliminación en FA Cup ante el Bradford hicieron sonar la alarma y Mourinho decidió adaptar el juego del equipo a la situación.
El comportamiento del equipo en lo que va de 2015 ha sido muy distinto: han recibido 8 goles en 13 partidos desde enero, una media de 0,6 goles por encuentro, cuando previamente la media era de 0,9 (19 goles en 21 partidos). La media ofensiva también cambió, pasando de 2,3 a 1,5 goles anotados por encuentro. Evidentemente, el equipo ha casi duplicado sus esfuerzos defensivos sacrificando la mitad del peso ofensivo. El Chelsea ha manejado los partidos de forma más cautelosa, sacrificando aquella fluidez por una mayor solidez defensiva, logrando así el control no solo de cada encuentro sino de la liga.
Si alguien pidiera una postal que ilustrase dicho cambio tendría que ser el partido más reciente ante el Arsenal en el Emirates Stadium. Los ‘Gunners’ llegaron al duelo segundos en la tabla y con esperanzas de acortar distancias, pero fueron incapaces de violar la meta de Courtois durante 90 minutos. Los aficionados locales pasaron gran parte del encuentro cantando “Chelsea es aburrido” en relación al estilo defensivo que había adoptado el club de Mourinho. La respuesta del entrenador portugués al respecto en rueda de prensa fue lapidaria: “aburrido es no ganar la liga en diez años”. Wenger y Pellegrini alegan que José Mourinho no respeta a sus colegas, pero el portugués siempre mostró respeto hacia Ferguson, y ha mostrado respeto a Simeone y Ancelotti entre otros. Algo deben tener Ferguson, Simeone y Ancelotti que no tengan Wenger y Pellegrini…
Comportamiento del entrenador aparte; es mi humilde opinión y será criticada por algunos y quizás compartida por otros, pero creo que esa forma de modificar el estilo de juego y controlar los partidos adaptándose a las diferentes situaciones que enfrentas durante una larga campaña es sinónimo de madurez. Hablo de los jugadores, del equipo y el club como un todo. Ayer la Juventus se coronó tetracampeona de la Serie A italiana ganando un partido por la mínima, controlando el ritmo del partido durante casi una hora, sin apretar el acelerador y sin despeinarse igual que hizo con el Mónaco en cuartos de Champions. En otras ocasiones, al igual que el Chelsea, la ‘Juve’ ha necesitado un ritmo más acelerado y ha logrado marcar, por ejemplo, tres goles en el Westfalenstadion de Dortmund. También ayer, el Barcelona sentenció el descenso del Córdoba con 8 goles a domicilio, pero no hace mucho le vi ganar un partido en Vigo por la mínima luego de sudar sangre sobre el campo. Actualmente, esa victoria en tierras gallegas es lo que le separa del Madrid y podría significar eventualmente el título de la Liga BBVA.
Ganar anotando muchos goles y haciendo que la pelota gire de forma fluida por el campo es fácil cuando el rival lo permite, pero hay adversarios que se dedican a hacerte la vida imposible y representan verdaderos retos. Es allí donde se separan los niños de los hombres, y es entonces cuando hay que tener la madurez necesaria para dejar de lado la estética y enfocarse en lo importante: la victoria (‘Paco’ Jémez tendría un par de cosas para decirme si leyera ésto). El Chelsea de Mourinho versión 2.0 habrá sentenciado probablemente la liga al momento en que muchos lectores terminen este texto; quizás incluso algunos lo lean justo antes del encuentro ante el Crystal Palace. Pase lo que pase, la Premier será ‘blue’, y el año que viene los muchachos de ‘Mou’ buscarán dar el siguiente paso y asaltar la ‘Orejona’ que dos veces se les escapó. ¿Tendrán ya la suficiente madurez para conquistar la corona europea? El tiempo lo dirá. Que ruede la pelota.
Arturo Loaiza
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