Benteler Arena e Ipurua, vidas paralelas
A finales de la pasada temporada 2013-14, en Alemania y en España dos pequeñas poblaciones celebraban, casi de manera simultánea, un hecho inédito en ambas ciudades: sus respectivos equipos de fútbol lograban el ascenso a la máxima división nacional y se preparaban para codearse con los gigantes de la nación. Paderborn y Eibar celebraban el triunfo de los modestos.
Paderborn es una modesta localidad de poco más de 140.000 habitantes situada en la región de Renania del Norte-Westfalia, a orillas del río Pader —el río más corto de Alemania, pues desde su nacimiento hasta su desembocadura en el río Lippe transcurren tan sólo cuatro kilómetros—. Ciudad fundada por Carlomagno, en la actualidad tiene una amplia comunidad estudiantil y una economía basada en un interesante tejido industrial formado, principalmente, por compañías tecnológicas.
Eibar, su parte, apenas suma 27.000 habitantes, y su nombre original fue el de Villanueva de San Andrés. Ubicada en la provincia de Guipúzcoa, cuenta al igual que Paderborn con un importante entramado industrial que da sustento a toda la comarca, si bien la base de la economía local no son —o han sido— las “tecnológicas” sino las empresas de armas y las metalúrgicas.
Vidas paralelas en el fútbol es el nexo común de ambas entidades en los últimos tiempos. El 12 de mayo los goles de Vrančić y Vucinovic remontaban el inicial de Pohjanpalo y le daba al club una victoria por 2-1 sobre el VfR Aalen, certificando un subcampeonato en 2. Bundesliga que lo ascendía, por primera vez, a la élite del fútbol alemán. Apenas dos semanas después, también en su propio feudo, el Eibar igualaba la gesta con una victoria por 1-0 ante los vecinos del Deportivo Alavés. ‘Jota’ Peleteiro, un canterano vigués del R.C. Celta y del Real Madrid —y actualmente en el Brentford inglés— sería el héroe de aquel partido al marcar el gol que ponía rumbo a la Liga BBVA a los chicos de Gaizka Garitano. Por el Benteler Arena y por Ipurua iban a tener que pasar las grandes estrellas del fútbol alemán y español.
Ambos equipos vivieron un verano buscando refuerzos de manera modesta, sin grandes alardes que desestabilizaran sus balances económicos. En primera, sí, pero sin locuras que hicieran peligrar el futuro de la entidad. El equipo de André Breitenreiter confió en las incorporaciones, como piezas importantes a priori, de Stoppelkamp, Lakić, Kutschke, ‘Rafa’ López, Bakalorz y la continuidad de Elías Kachunga. En Eibar las llegadas se redujeron a fichajes a coste cero y algunas cesiones: ‘Manu’ del Moral, Jaime, Boateng, Saúl Berjón o Borja Ekiza entre otros. Jugadores con pocos minutos en sus anteriores equipos que llegaban a uno modesto para reivindicar su valía en la élite.
La temporada en la élite comenzaba para ambos con la misma dinámica con la que terminaron el curso anterior. Pasaban las jornadas y en Alemania y en España la sensación era la misma; con un buen puñado de puntos en el zurrón, el milagro de llegar y quedarse se acercaba con cada victoria, con cada punto. Pero las cosas buenas suelen ser breves en la casa del modesto y con la llegada de las nieves, con la caída del invierno, las dudas se instalaron en ambos vestuarios. Los resultados ya no salían, el balón no entraba en la portería rival, y los que antes se hacían irreductibles y parecían gigantes ahora caían como muñecos de trapo en manos del titiritero. El averno se acercaba inexorablemente a ambos conjuntos… hasta hoy.
Cuatro jornadas para el final en ambos campeonatos. A orillas del río Pader, el equipo ocupa la 17ª plaza, lo que les manda de vuelta a 2. Bundesliga. Recibir a Wolfsburgo y Stuttgart, y visitas a los campos de Friburgo y Schalke 04, son las finales de los modestos alemanes. El partido de este fin de semana en la Selva Negra, y el último ante el Sttutgart, pueden ser la clave que permita seguir en la élite, un año más, al Paderborn 07.
En Ipurua las cosas, de momento, están ligeramente mejor. Salidas a Valencia y a Getafe, y recibir en el fortín a Espanyol y Córdoba. Es factible: sólo hay que creer y trabajar… y sacar un buen puñado de puntos. Dos unidades por encima del último equipo que descendería tiene de ventaja el equipo armero. Lo que hagan el Deportivo de la Coruña y la U.D. Almería también serán importantes en el devenir de lo que queda de temporada.
Dos equipos modestos, dos ciudades pequeñas que viven el sueño de pelear de tú a tú con los gigantes mundiales. En las próximas semanas veremos su futuro pero, si descendieran, ya hay otros conjuntos que ocuparán su lugar: AFC Bournemouth en Premier, Carpi FC 1909, o incluso el Girona en nuestro país, serán una realidad para la temporada 2015-16. El fútbol y los sueños también los disfrutan los más modestos.
Dani González