AC Milan, la capital del fútbol es una postal en blanco y negro
Con el ‘1’, ‘Dida'; con el ‘2’, ‘Cafú'; con el ‘3’, Paolo Maldini; con el ‘5’ Alessandro Costacurta; con el ‘7’ Andriy Shevchenko; con el ‘8’, Gennaro Gattuso; con el ’10’, Rui Costa; con el ’13’, Alessandro Nesta; con el ’20’, Clarence Seedorf; con el ’21’, Andrea Pirlo; y con el ’22’… ¡’Kaká’!.
Estas letras estarían impresas hace exactamente diez temporadas en la hoja del speaker del AC Milan, cuando los rossoneri disputaban sus encuentros en el mítico San Siro. Un once de gala que hace parecer al equipo actual una parodia; ‘Xabi’ Alonso en pijama frente a ‘Danny’ DeVito con su traje remendado. La historia del Milan es la del segundo equipo más ganador del viejo continente que se encuentra a sí mismo en el pozo sin fondo. Tras disputar sus 38 encuentros de la actual campaña (la 14-15), los discípulos del intenso Filippo Inzaghi —quien curiosamente militó en el equipo que “anunciamos” al principio de este artículo, resultando un revulsivo goleador de lujo)— quedarán décimos en la tabla clasificatoria de la Serie A, a aproximadamente 10 puntos de Europa League. Una plaza tan inconcebible como comprensible, teniendo en cuenta la plantilla y el propio técnico.
La idea de juego de Inzaghi para su Milan era un 4-3-3 ofensivo, con extremos o jugadores de banda a pierna cambiada y dos interiores más pintores de caballete que de rodillo. En escasas ocasiones hemos podido contemplar el potencial de ese equipo, debido a las lesiones de jugadores importantes en el esquema como Montolivo y El Shaarawy, sumada a la falta de adaptación de recién llegados como Alessio Cerci —procedente del Atlético de Madrid, en ese intercambio esperado a gritos por el delantero Fernando Torres— y la ausencia de Keisuke Honda, quien en lances como contra la Roma (y antes, en la propia Copa Asiática 2015, por la que estuvo ausente) ha demostrado su importancia para el equipo. Además, la inexperiencia del propio Inzaghi en los banquillos ha sido otra variable importante en las actuaciones de los milanesas. Mientras el otro equipo de la capital del fútbol contrataba a un Roberto Mancini de elegante americana con coderas curtidas en mil batallas y cuello italiano, los de Milanello se debatían entre la esperanza y la decepción, contagiados por el genio de Inzaghi, quien perdía a ratos la cobertura en el interior de su lámpara, dejando algunas buenas actuaciones —vs. Lazio en el partido inaugural, o Roma en la segunda vuelta— pero siendo la mayoría de ellas deleznables o insuficientes.
¿Cuál es el futuro cercano del Milan? A corto plazo, se prevé que Silvio Berlusconi (presidente y máximo accionista del club desde hace años) venda un paquete de acciones a inversores extranjeros para conseguir laa inyección monetaria necesaria para sanear las cuentas del club y, ante todo, realizar fichajes que mejoren la plantilla actual. A pesar de que el propio Berlusconi declarase recientemente que tienen un buen equipo en el que “abundan los jugadores italianos”, esa política de fichajes es cuanto menos ineficiente si vemos el estado actual de la propia selección italiana incluso estando comandada por Antonio Conte, uno de los mejores preparadores patrios, que de hecho es una opción para sustituir a Inzaghi en el banquillo milanés. El Milan ha sido durante mucho tiempo el arma política de un Berlusconi que aún no parece resuelto a vender la mayoría accionarial (que sin duda sería más beneficioso para el club), y además supedita la operación a los procesos de índole política en los que se haya envuelto.
Además, el Milan está buscando un nuevo entrenador. La primera opción es Carlo Ancelotti, uno de los técnicos que más sienten la causa rossonera, sumado a su obvia capacidad para liderar proyectos; tras varias reuniones con Adriano Galliani (la mano derecha ejecutiva de Berlusconi en el Milan), parece que el italiano decidirá quedarse en Madrid a vivir durante un año de retiro sabático. Las alternativas a Ancelotti son tan variadas como esperanzadoras para los aficionados milaneses: Unai Emery (quien dejaría la actual comodidad del Sevilla con el que acaba de ganar la Europa League y competirá en Champions la temporada que viene), Maurizio Sarri, Antonio Conte, Cristian Brocchi…prácticamente todas opciones más positivas que mantener al ciclotímico conjunto de Inzaghi una temporada más.
¿Qué jugadores podrían recalar en el Milan este verano? Tras dos temporadas desastrosas en cuanto a fútbol y clasificación con Seedorf e Inzaghi en el banquillo, y tras la (probablemente errónea) marcha de Massimiliano Allegri, el club necesita sangre nueva capaz de revivir las viejas arterias del vetusto gigante europeo. Gabriel Barbosa ‘Gabigol’, İlkay Gündoğan, Carlos Bacca, Mario Mandžukić, Ibrahimović, Edin Džeko, Kondogbia; son los nombres propios que más suenan en la prensa italiana. El patrón parece claro: buscar un delantero goleador ante la gris cesión de Mattia Destro, que volverá a la Roma, y la polémica en torno a Jeremy Ménez a quien, a pesar de ejecutar la temporada más goleadora en su carrera y ser el mejor jugador del club rossonero junto a Diego López, se le acusa de individualista y pretenden “hacer caja” con él. No obstante, todo fichaje ilusionante parece supeditado a la llegada de Ancelotti, que Berlusconi da por segura.
La lista de la compra veraniega debería incluir, al menos, dos defensas centrales y un lateral izquierdo de garantías, siendo la defensa la mayor falla del conjunto rossonero y la parcela que más variaciones ha sufrido. A esto hay que sumarle otro mediocentro defensivo que sea alternativa de De Jong (que podría quedarse finalmente), un interior organizador (Montolivo es de cristal y el resto son llegadores), y un delantero estrella. La esperanza son futbolistas como Mattia De Sciglio (joven carrilero derecho italiano que puede jugar en ambos laterales), Marco van Ginkel (el jugador cedido por el Chelsea es un interior llegador y técnico con buen físico, que podría fichar definitivamente por el equipo de San Siro) y Giacomo Bonaventura (probablemente uno de los mejores fichajes: puede jugar de interior o como centrocampista de banda, calidad y trabajo asegurado). Mientras tanto Milan, seguirá siendo la capital del fútbol en una postal en blanco y negro.
Sergio G. Arias