Increíble. Maravilloso. Una vez más. Tan solo un año después de haber bajado a los infiernos de la Segunda División, el RC Deportivo de La Coruña se ha levantado para regresar al lugar que por historia le corresponde: Primera División. Los grandes volverán a Riazor, donde serán bien recibidos por las famosas “meigas”. Regresa el Dépor.
Las circunstancias de este ascenso son bien distintas a las del de hace dos temporadas. Aquel año, el club volvía a la categoría de plata del fútbol español tras haber estado dos décadas en Primera, codeándose con los grandes de España y Europa, con la leyenda del SúperDépor. Había mantenido en la plantilla a Guardado, Colotto, Aranzubía y Valerón, el mítico 21. El mexicano y el argentino acababan contrato, pero se fueron del club dejando al Deportivo en Primera. Tras un mal año, se volvió a descender, pero la situación cambiaba radicalmente. Valerón, considerado un Dios en tierras gallegas, regresaba a Gran Canaria, su isla, y los aficionados blanquiazules lo despedían llenos de gratitud, pero con un vacío interior enorme. Además, la entidad se veía con el agua al cuello: Lendoiro debía a sus jugadores un dinero que llevaban tiempo reclamando, y no fue hasta el último día del plazo, el 31 de julio, en el que se llegó a un acuerdo con los futbolistas, que pusieron de su parte para evitar una situación que habría llevado al Deportivo de La Coruña a la Segunda División B. Con el comienzo de temporada, el club estaba inmerso en el concurso de acreedores, teniendo que dejar salir a hombres importantes como Aranzubía o Bruno Gama, por no poder hacerse cargo de su ficha. Otros, como el pichichi del año pasado en Primera, Riki, acababan contrato.
Por tanto, comenzaba una etapa nueva en el Dépor: se lucharía por el ascenso, pero se era consciente de que podían tocar varios años en Segunda. A través de cesiones, jugadores libres y hombres de la casa, se construyó un equipo que, a diferencia de hace dos temporadas, no era el mejor de la categoría. En invierno llegó otro cambio, muy importante: tras 25 años, Augusto César Lendoiro dejaba la presidencia del Deportivo de La Coruña. El mejor presidente de la historia del club, se hacía a un lado (un paso que quizás debió haber acometido antes) y se abría una nueva era. En el mercado invernal llegaron varios jugadores con categoría: Lopo, Toché, Sissoko o Ifrán, todos por la misma fórmula, cedidos o a coste cero. La plantilla daba un salto cualitativo de calidad en las posiciones privilegiadas de la tabla. Durante el último mes de competición, el Dépor ha encadenado una racha de encuentros sin conocer la victoria. La igualdad que ha reinado durante todo el año en la Segunda División ha permitido que no se descolgaran de los dos primeros puestos (los que permiten ascender de forma directa), con los equipos que vienen de atrás fallando en el momento en el que podían dar caza al campeón de Liga de la temporada 1999/2000.
Finalmente, el ansiado ascenso llegó, en casa, en Riazor, con el campo lleno hasta la bandera. Los jugadores pudieron celebrar en casa que la temporada que viene volverán a estar entre los 20 mejores equipos de España. No se engañen: lo que ha hecho el Deportivo tiene un valor enorme, y un mérito increíble. Aunque se diga que ha ascendido el menos malo, debido a lo apretado de la categoría (debido a que la calidad ha bajado), los deportivistas han logrado el ascenso al primer intento. Si bien no se lograron los magníficos 91 puntos de hace dos campañas, al igual que en aquel año, se ha ascendido tras estar solo un año en Segunda. Y eso es mucho más difícil de lo que parece. El Deportivo regresa a la Primera División, dispuesto a afianzarse y dejar de ser un “equipo ascensor”. Vuelven al lugar que les correspondía.
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