Pocas cosas llevan la razón del ser humano hasta el límite que lo lleva el deporte. No en vano, muchas veces cuando hablamos de fútbol usamos términos relacionados con un sentimiento imposible de controlar: pasión de multitudes. El problema llega cuando esa pasión nos anula la capacidad de razonar y nos dejamos llevar por nuestros instintos más primitivos. Lamentablemente, la pasión incontrolada suele desembocar en rabia y esa rabia en acciones de lo más detestables.
En pleno siglo XXI y no somos capaces de impedir que un niñato con un láser nos fastidie el precioso espectáculo que debe ser un partido de fútbol. Son cada vez más los campos en los que las manchas verdes aparecen en las caras de los futbolistas rivales intentando entorpecer su juego y hacer que pierda la concentración. ¿Os imagináis que sucediera lo mismo en otros deportes? ¿Os imagináis a Nadal siendo molestado de esta forma? ¿O a cualquier otro deportista de cualquier otra disciplina? Desde luego, yo no, el remedio me parece fácil: sanciones ejemplares, que duelan tanto a nivel económico como a nivel deportivo.
La misma solución pero quizás llevada a un extremo superior me parece la adecuada para erradicar otro tipo de comportamientos todavía más detestables. Existe una gran diferencia entre bromear con el color de piel de una persona y el propio acto racista. ¿Quién no recuerda a Luis Aragonés y su «dígale al negro que usted es mejor» hablando de Henry con Reyes? El asunto transcendió a nivel Mundial, cuando, al menos en la opinión de un servidor y atendiendo a las palabras del propio ex-seleccionador, se trataba simplemente de una broma para motivar a su jugador, quizás un tanto inadecuada, pero no tenía la menor intención de hacer daño.
En cambio, no son pocos los estadios en los que tenemos que escuchar gritos racistas con la intención de hacer el mayor daño posible. A estas alturas y que tengamos que aguantar a los de siempre discriminando por el color de piel. Incomprensible. ¿No se acabarían estos comportamientos con sanciones duras? No creo que sea tan difícil establecer una serie de normas anti-racismo en las que vengan recogidas todas las sanciones posibles en caso de ser la primera vez o que una afición sea reincidente. Sanción deportiva con pérdida de puntos, quizás suspensión a nivel europeo por cierto tiempo, multa económica… y más posibilidades que fijo que se me escapan, pero que tengan la suficiente dureza como para erradicar esto.
No quiero acabar sin olvidarme de lo sucedido en el día de ayer en el encuentro que enfrentaba al Granada y al Mallorca, lo cual me ha llevado a escribir estás líneas, un tanto cansado de tanto cafre en las gradas. Quizás lo más lamentable de todo el asunto sucedido en el día de ayer es que quién ha acertado a darle al linier, ha sido un niño de 15 años marroquí que ha salido en todo tipo de noticiarios y periódicos. Lejos de querer dar una lección de moral aludiendo a la corta edad del detenido y lo triste que es inculcar este tipo de comportamiento en un chaval así, me gustaría destacar que él ha sido quien ha acertado, pero son muchos los objetos que llovieron en muchos otros partidos desde la grada. Desde Mestalla hasta Los Cármenes, pasando por muchos otros estadios en los que con asiduidad vuelan todo tipo de objetos en busca de un rival o un árbitro. Repetiría las soluciones, pero solo tengo que remitiros a unas líneas más arriba. Este tipo de comportamientos se acabarían de inmediato.
Y os preguntaréis: ¿Y los monos del título de este mismo artículo?¿No vas a hablar de cuando la afición corea al unísono a un jugador «mono» «mono»? Pues no. El mono del nombre de este post se lo dedico a aquellos que no son capaces de diferenciar el aspecto futbolístico del personal. Para todos aquellos que piensan que de un botellazo van a sacar algo positivo. Para todos aquellos que prefieren tirar monedas al árbitro antes que tomarse un refresco. Para todos aquellos que piensan que por tener otros color de piel, son distintos. Para todos ellos, y ya que su inteligencia es similar o inferior, va ese «mono» del título.
1 Comentario
Algo parecido he puesto yo en mi blog. Es una auténtica vergüenza lo que están haciendo algunos impresentables con este bonito deporte….