Guardiola se juega la vida ante el Madrid más italiano de la temporada. Es la semifinal de la UEFA Champions League. Todo un clásico de Europa en el Allianz Arena: Bayern München vs Real Madrid.
El partido de ida me dejó un par de sorpresas interesantes que realmente cambian todo el panorama que había previsto. Son detalles tácticos, principalmente, que transforman esta eliminatoria en algo mucho más interesante de lo que yo esperaba, equilibrando la balanza al punto que ya no hay un claro favorito ante mis ojos.
Si recordamos lo que había escrito en la previa de la ida, el Bayern era claro favorito no solo para clasificar, sino incluso para humillar al Real Madrid en el resultado global. Mis argumentos se basaban en lo que había hecho toda la temporada Carlo Ancelotti al mando del equipo, especialmente frente a los equipos grandes, ante los cuales tenía un registro deprimente. Esa actitud tan ibérica de ver el fútbol como un espectáculo de circo o una obra de teatro con luces y colores contrasta demasiado con mi visión más italianizada de ver este deporte. Para mi sorpresa, Ancelotti, quien toda la temporada ha estado guardando sus orígenes transalpinos en un baúl para dar vida a lo que yo puedo entender como los caprichos del presidente (y la afición) a quien quiere complacer, recuperó la sensatez a tiempo y desempolvó el viejo Catenaccio, el truco más viejo del libro, para dar un golpe de efecto a las apuestas y a la eliminatoria.
Hablo de sensatez porque es evidente que a los equipos de Guardiola hay que cerrarles el paso y jugarles a la contra, igual que al Barcelona que el mismo Pep construyó. Luego de ver la forma tan ingenua en que el Madrid perdió el último Clásico en el Bernabéu, tirando la Liga a la basura, me resultaba difícil creer que el entrenador italiano cambiase de repente su estrategia. Pero quién diría, mejor tarde que nunca, y el 1-0 le ha dado un giro de 180 grados al pronóstico, no por el resultado sino por cómo se gestó.
Si Ancelotti fue capaz de modificar su 4-3-2-1 ultra ofensivo en pro de un 4-4-2 más conservador y aun así tener a la afición de su parte, la lógica nos hace pensar que en München repita la misma medicina, especialmente ahora que no es suya la responsabilidad de buscar el gol. La duda es solo una: quién jugará de lateral izquierdo entre Coentrão y Marcelo. El portugués es más inteligente en cuanto al posicionamiento táctico se refiere, y es capaz de ofrecer alternativas en ataque de igual forma, pero nunca al nivel de Marcelo, quien como buen brasileño nació para atacar. Ancelotti no es un entrenador que típicamente deje un titular habitual en la banca aunque el suplente esté haciendo un buen trabajo. Para él, un suplente es solo eso, diga lo que diga ante la prensa, sus acciones hablan por él. Si Marcelo no juega será porque Carletto considera que el brasileño no está aun en su mejor estado físico, y creo que será ese el caso. Para mí, debería jugar Coentrão.
Siguiendo el mismo argumento, Bale debería ser también titular en el Allianz a pesar del buen partido que hizo Isco en el Bernabéu. En la ida, Ancelotti cambió a Di María de lado para acumular gente por el medio, dejando la banda a los laterales Carvajal y Coentrão. Siendo Isco diestro y Di María zurdo, ambos tienden a hacer la diagonal cuando juegan por la banda opuesta, aumentando la densidad del medio, estrategia perfecta ante un Bayern que ataca primordialmente por vía central.
Esta noche es probable que Di María regrese a la banda izquierda y sea Bale quien retrase su línea de influencia unos metros por la derecha para formar el 4-4-2. Lo bueno del galés es que, aun partiendo desde atrás es capaz de llegar a la zona de gol en poco tiempo y luego regresar, sin despeinarse y con aire en los pulmones luego de los 90 minutos, tal como quedó evidenciado en la final de Copa del Rey. Ancelotti ciertamente le podría pedir ese sacrificio esta noche. El once del Madrid sería este: 4-4-2 con Casillas en la puerta; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos y Coentrão en defensa; Bale, Modrić, Xabi Alonso y Di María en la media; arriba Benzema y Cristiano.
La estrategia del Real Madrid está anunciada, y el equipo se mantendrá cerca de Casillas el tiempo que sea necesario hasta recuperar la pelota. Será entonces cuando salgan disparados como balas los 4 jugadores de ataque: Bale, Benzema, Cristiano y Di María. ¿Qué hacer para detenerlos? Realmente, una vez que parten en velocidad no es posible detenerlos. Podrán fallar una o dos ocasiones, pero no será porque los detuviste sino porque ellos cometieron lo que se conoce como “error no forzado”. De hecho, detener las contras del Madrid nunca fue parte de la ecuación en este duelo. El objetivo nunca fue “evitar que el Madrid anote” sino anotar uno más que ellos. Así trabaja Guardiola.
Si quieres detener la contra del Madrid debes quitarles el espacio para que no tengan hacia dónde correr, entonces los verás desesperados con la pelota en los pies pero sin ideas de qué hacer con ella. Es la naturaleza de un equipo que juega al contragolpe, reglas básicas de este deporte. Es justamente lo que hizo Mourinho con el Atlético en el Calderón, y lo que hizo Ancelotti con el Bayern. Pep necesitaría renunciar a su propia filosofía para desactivar el peligro de la contra merengue, pero yo no apostaría nunca por algo así. La única solución es darse contra el muro de frente, una y otra vez, esperando que se rompa el muro antes que tu frente.
Imagino que Guardiola habrá analizado los errores que llevaron a la derrota del Bernabéu. Uno de los principales detalles a corregir es la posición de Lahm. Tal como lo advertí en la previa, su presencia en la banda ayudaría mucho a controlar las contras de CR7, algo que Rafinha no pudo hacer. Por ahí llegó el gol. Esta vez es probable que el capitán bávaro regrese a su demarcación natural. Como dije, las contras del Madrid no podrán ser detenidas nunca mientras haya espacio a espaldas de los defensores, y lo habrá, pero seguramente un jugador como Lahm es capaz de reducir considerablemente las probabilidades de gol en cada contra. Ahora, el siguiente paso para Guardiola sería aumentar las probabilidades de batir a Casillas.
Mi pronóstico para la ida era un empate 1-1, incluso con la posibilidad de un 1-2 a favor del Bayern. Yo estaba apostando por un equipo mucho más ofensivo, no en nombres o actitud, sino en eficacia e inteligencia. La presencia de Mandžukić fue auspiciada como una buena señal pues a los centrales del Madrid les hace mucho daño un delantero alto y fuerte siempre y cuando se encuentre en el área chica. Guardiola evidentemente le dio la orden al atacante croata de salir del área y participar en el juego, tratando de arrastrar la marca de los centrales para el ingreso de las media puntas. Eso nunca sucedió, pues la defensa del Madrid estaba varios metros más atrás de lo esperado y tanto Ribèry como Robben encontraron pocos metros a espaldas de Carvajal y Coentrão. Ramos y Pepe lograron hacer relevos toda la noche, y los centros al área encontraron solo camisetas blancas, ninguna roja.
Si la filosofía no ha de cambiar, entonces deberá mejorar su rendimiento. Es probable que esta vez sea Götze el titular en el rol de falso 9, saliendo siempre del área para combinar con sus compañeros y abrir espacios entre los centrales. Pero el ex jugador del Dortmund no puede solucionar las cosas por sí solo, necesita de mayor apoyo, ahí es donde entra el efecto Lahm. Como habíamos dicho, el capitán es la pieza angular de este equipo y el jugador más importante en el esquema de Guardiola. Desplazarlo a la banda significa que alguien tendrá que ocupar su lugar en el medio. La mejor alternativa es Javi Martínez, lo más parecido que hay a Sergio Busquets.
Con Javi de mediocentro, Pep puede liberar a sus dos acompañantes como hacía en el Barcelona y ofrecer siempre un socio para Götze. El candidato perfecto es Müller. La asociación entre Müller y Götze es bastante parecida a lo que hacen Iniesta y Messi en el Barcelona, cambiando ligeramente el perfil zurdo de la pulga por al ambidiestro de Götze. El once probable del Bayern sería este: 4-3-3 con Neuer en la puerta; Lahm, Boateng, Dante y Alaba en defensa; Müller, Javi Martínez y Schweinsteiger en la media; Robben, Götze y Ribèry arriba.
Sobre el papel, el Madrid es favorito, pues cuenta con dos de tres resultados para pasar a la final. El Bayern está obligado a buscar un gol y esa obligación les dejará vulnerables, ahora más que nunca, a la contra del Madrid. Por su parte, los de Ancelotti se llevaron un susto en su última visita a tierras germanas cuando tenían que defender un 3-0 a favor. No lograron anotar un solo gol y de no ser por Casillas estarían ahora mismo en casa junto al Barcelona al que tanto mofan. Es probable que el Madrid vuelva a anotar, al menos una vez, en cuyo caso el Bayern necesitaría anotar 3. Si el Madrid fuese nuevamente el que viajó al Westfalenstadion diría que se tragan 3 o 4 esta noche, tal como había imaginado antes de la ida. La pregunta es: ¿podrá el tiki-taka de Guardiola anotar dos goles más que el Catenaccio de Ancelotti? Yo creo que no.
Es probable que el Bayern gane este partido, pero no creo que logre volver a llevarse la ventaja de 2 goles que sí logró el Dortmund. Mi pronóstico es un 2-1 para el Bayern. Ancelotti mostró sensatez sacrificando la filosofía del espectáculo por la eficacia del resultado, se adaptó a la situación, aunque haya sido tarde, justo a tiempo. Guardiola no ha mostrado jamás en su carrera como entrenador hacer algo semejante, siempre fiel al tiki-taka y a la posesión. El peor enemigo de Guardiola es él mismo y podría ser su condena. Por supuesto, eso mismo pensé de Carletto antes de la ida y me sorprendió. Quizás Guardiola me sorprenda también, nunca se sabe. Que ruede la pelota.
1 Comentario
‘Sobre posesiones, incendios, bestias negras y mucho morbo’, en Balompedicamente.blogspot.com