En una bella arte como es el fútbol, tocar el balón supone una simple pincelada de un enorme cuadro. Pero con un simple toque, puedes emborronar toda la obra o crear un lienzo grandioso. Si bien en este deporte todo se magnifica, el número de trazos a usar es muy limitado, no en vano, hay un oponente tratando de robar tu utensilio constantemente. Sólo unos pocos son capaces de acertar en todos y cada uno de sus toques. Uno de ellos es Robin van Persie.
Un futbolista apenas toca el balón durante un partido. Hablando de memoria y recordando datos, el tiempo estimado es de menos de cinco minutos por jugador. Claro está que ante tan pocos segundos de contacto, cada toque que pueda propinar un futbolista al esférico, debe ser acertado para poder rentabilizar al máximo sus apariciones. A continuación y ya con la pelota en otro lugar del césped, los movimientos deben ser rápidos e inteligentes, siempre intentando favorecer que el balón vuelva a los dominios propios o facilitando vías para que llegue a los pies de un compañero. Cuando todo esto se junta, sale una estrella.
A día de hoy, Van Persie destaca en el Manchester United como el mejor jugador del encuentro partido tras partido pese a estar rodeado de grandes artistas. No es fácil ser el hombre destacado de un equipo que cuenta con Wayne Rooney. Robin dispone de esa privilegiada capacidad para convertir todo toque de balón en lo que estamos pensando. Eso que nosotros vemos de forma tan sencilla en el televisor de nuestra casa. «Abre a la…» y antes de poder acabar tu frase, cierto holandés ya habrá colocado un preciso balón sobre la carrera del lateral de turno que sube la banda. Escoge la acción indicada en el momento adecuado.
Por supuesto, su capacidad para rozar la perfección en sus toques de balón no es su única característica destacable, pero quizás en un fútbol que necesita dinamismo constante como es el de la Premier League y, en concreto, el del Manchester United, es una cualidad de las más importantes. Será otro el día en el que hablemos de su velocidad, sus desmarques, su juego en equipo, su tiro a puerta, su precisión en los centros, su capacidad para ganar partidos… Y, sobre todo, de su tremendo parecido con otro «van» que convirtió The Theatre of Dreams en su propio sueño hecho realidad.
Sus decisiones se adaptan al tempo del partido y al movimiento de sus compañeros. Unos lo llaman inteligencia, otros crear una magnífica obra de arte. La toca y abre el campo. La toca y crea juego. La toca y pared. La toca y se mueve. La toca y pasa. La toca y regatea. La toca y marca. Es una delicia verle tocar. Sólo un deseo en la mente de los Red Devills: tócala otra vez, van.
1 Comentario
Un puto crack Van Persie.
Saludos desde La Escuadra de Mago