Josep Guardiola y el FC Barcelona han estado unidos por el destino desde la infancia. La presencia del jugador de Santpedor ha coincidido casi siempre con los momentos de gloria del club, desde la primera Champions en 1992 pasando por el Triplete del 2009 y culminando con la última corona europea del 2011. Primero como jugador y luego como entrenador, Pep ha sido siempre protagonista.
No podemos decir que haya sido Guardiola el hombre que inventó el estilo de juego que hoy por hoy llamamos tiki-taka pero sí ha sido su máximo exponente. Empezando por la filosofía holandesa del Total Football sembrada por Rinus Michels en los ’70 que Johan Cruyff interpretó a la perfección y que luego exportó al Barcelona donde su heredero fue justamente Pep, pasando por Frank Rijkaard quien a pesar de ser un pupilo de Sacchi también lleva la escuela holandesa en la sangre y hasta llegar a los días de la era Messi, el estilo que se enseña en La Masía y se practica en el Camp Nou es una marca de la casa que nunca más deberá ser sustituida, tan solo mejorada y evolucionada, si es que el Barcelona quiere permanecer en la senda del éxito a través de los años.
La salida de Pep sin embargo marcó un punto muy álgido en la historia del club porque, si la filosofía de Cruyff y Guardiola viajó primero de Amsterdam a Barcelona, ahora emigra de la ciudad condal para echar raíces en tierras bávaras. Al mismo tiempo, un pupilo de Guardiola llamado Tito Vilanova trató de perpetuar el estilo en ausencia del “filósofo” pero fracasó rotundamente, y su enfermedad no tuvo nada que ver pues durante el tiempo que estuvo sentado en el banquillo en otoño cometió errores que provocaron el fracaso de la primavera. Ahora que Tito ya no está, en su lugar no llega otro hijo de “La Masía” para continuar la “línea real” sino que el trono tiene como inquilino a un usurpador nacido en Rosario, bien lejos de tierras catalanas.
Aunque sea el Tata un pupilo de Bielsa, quien a su vez es bastante afín con el Total Football del que nació el tiki-taka, sigue siendo distinto en su proceder; la torta huele igual y se ve igual pero tiene ingredientes distintos y no sale del mismo horno, así que no sabrá igual. Existe ahora un paralelismo muy curioso entre Pep, Tito y Tata que me lleva a hacer este análisis, y quiero dejar claro que hasta ahora he estado simplemente creando algo de contexto porque esto no será una pieza dialéctica sobre filosofía o sobrenombres, esto es un análisis de lo que depara el futuro para el FCB, sea FC Bayern o FC Barcelona.
GUARDIOLIZANDO EL BAYERN
Antes de la llegada de Guardiola, incluso antes de anunciar su contratación, el conjunto bávaro era sub-campeón de Europa y finalista en dos de los tres últimos años en Champions, habiendo perdido la final del año pasado apenas por penales. Podemos afirmar con toda seguridad que el Bayern no era un equipo necesitado de cambios, ya era una máquina bien aceitada que había estado ganando metros poco a poco, cada vez más cerca de la cima europea finalmente alcanzada este año, con Triplete incluido.
Su estilo era una mezcla bastante eficiente de horizontalidad española y verticalidad alemana. Jugando al 4-2-3-1 (que en Italia llaman esquema español) la defensa nunca estaba desprotegida porque Lahm y Alaba se turnaban en las subidas y la aportación de Schweinsteiger en defensa ayudaba a quitar carga de Javi Martínez. Durante las fases de no-posesión el equipo mantenía el dibujo táctico y no ofrecía muchos espacios al rival para maniobrar, logrando recuperar la pelota rápidamente y en zona de ataque. La tarea de Mandžukić no solo era de anotar goles sino de presionar constantemente al defensor rival para complicar su salida, pero seguía siendo un delantero puro capaz de crear espacios en el área con su físico y jugar balones por aire si era necesario.
La clave para que todo este sistema funcionase era el ritmo y el dinamismo. El entrenador Heynckes logró distribuir las energías físicas de sus jugadores a lo largo de la temporada de manera que no llegasen a la primavera fundidos como sí le sucedió al Barcelona. Guardiola hizo lo mismo durante su primer año en el banquillo culé y los resultados fueron los mismos: Triplete.
Entonces tenemos una mezcla de factores: sistema táctico eficiente, tiempo para similar los mecanismos, distribución de energías y calidad individual de los jugadores. El único punto débil del Bayern era la ausencia de un plan B pero afortunadamente nadie tuvo la lucidez o el talento suficiente para exponerlos. La suerte sin embargo, no estará de su lado toda la vida.
Uno se pregunta por qué debió cambiar la dirigencia del Bayern una pieza tan importante como el entrenador del equipo campeón. Realmante, la decisión se tomó mucho antes de llegar a ganar un título, y eventualmente Heynckes se retiraría así que el cambio era inevitable. La verdadera pregunta es ¿por qué Guardiola? Sí, el estilo de Pep se parece algo a lo que practica el Bayern, pero eso en la superficie apenas porque la realidad es otra. Se supone que un juguete que no está roto no se debe arreglar, y ahora llega Pep con su caja de herramientas para rearmarlo sin leer las instrucciones.
Para empezar, tal como me temía, Guardiola eliminó la figura del 9 verdadero introduciendo uno falso como hizo con Messi. Si la dirigencia estaba pensando en traer a Lewandowski al mismo tiempo que a Guardiola es que no tienen ni la más remota idea de quién es su nuevo entrenador, o era todo un bluff para entretener a la prensa, o fue el mismo Pep quien frenó todo pensando que no quería otra experiencia “Ibra”. No tengo idea de qué sucedió, pero intriga.
La pretemporada muestra que uno entre Ribèry y Müller harán de falso 9, aumentando exponencialmente su influencia en cada jugada de ataque, bajando constantemente a la zona del 10 para dialogar con los dos internos o abriéndose por banda para intercambiar con los extremos. El dibujo nuevo es un 4-3-3 que contempla la misma defensa de Heynckes pero con Javi Martínez como “Busquets” en solitario. A su lado estarían Kroos (Iniesta) por izquierda y Schweinsteiger (Xavi) por derecha. Arriba estaría uno entre Robben y Shaqiri (Pedro) por derecha mientras por izquierda uno entre Ribèry o Müller (Villa). Siempre las bandas a pierna cambiada para entrar en diagonal, nunca hasta el fondo.
La fórmula es la misma de siempre, así como las ventajas y desventajas. Como siempre, aumentará la posesión de la pelota, los laterales subirán bastante y al mismo tiempo, los centrales quedarán expuestos al contragolpe y el centro al área dependerá de la incursión de los mediocampistas. El portero no volverá a lanzar la pelota más allá de Javi Martínez y la ilusión de Thiago (habían olvidado a Thiago verdad?) por ser titular se esfumará apenas aprenda a pronunciar el apellido de Bastian, su nuevo Xavi. A Götze le sucederá lo mismo.
El equipo no tendrá muchos problemas de adaptación porque realmente Pep es buen motivador, pero tan obsesivo con su filosofía de juego que lleva consigo las mismas gríngolas de un caballo, esas que les ponen en un hipódromo para limitar la visión periférica y hacer que vean sólo hacia delante. Los primeros que le lancen golpes de frente al Bayern se llevarán una paliza como le sucedió al Barça (7-0) pero eventualmente llegará un Muhammad Alí que soporte la embestida y con un gancho lateral le tire a la lona.
SIN TITO Y CON TATA
Los jugadores del FC Barcelona llevan toda su carrera futbolística aprendiendo y adoctrinándose en una filosofía bastante clara donde el fin no justifica los medios, tanto así que a veces el jugador confunde el medio con el fin, como le sucede a Xavi Hernández cada ve que abre la boca. Esa continuidad de trabajo le permitió a Guardiola dar el salto del equipo B al A sin mayores problemas porque conocía a media plantilla y ellos a su estilo. Del mismo modo, Tito tampoco tuvo problemas de adaptación pues ya era ayudante de Pep y sus deméritos son más bien falta de creatividad e innovación.
Ahora llega Gerardo Martino, mejor conocido como el Tata, uno que no es español ni creció mamando tetero culé, argentino de nacimiento y rosarino como Messi, cosa que ya dijo el propio entrenador fue un factor clave en su contratación. Si el problema de Pep era que sus jugadores nuevos se adaptasen al modelo culé, el del Tata es adaptarse él al tiki-taka de la plantilla. El mismo Puyol lo dijo a la prensa que cualquiera que fuese el nuevo entrenador seguramente se adaptaría bien al estilo de los jugadores. No es mala idea, pero en el Camp Nou la cosa va exagerada.
El Tata es pupilo de Marcelo Bielsa, fundamentalista romántico que enamora a tanto a jugadores como a la afición durante el primer año y medio gracias al dinamismo, el toque elegante de la pelota y el trabajo continuo del colectivo, pero que al tercer año ha gastado las baterías de todo el mundo y su falta de flexibilidad le causa siempre el mismo conflicto que arruina todo lo construido hasta el momento. Martino no es fundamentalista sino pragmático. A pesar de adorar la posesión y la estética del juego colectivo como dicta la escuela bielsista al igual que la culé, el Tata se permite de vez en cuando sacar la nariz del ombligo y mirar el mundo a 360 grados para ver hacia qué lado gira la esférica.
El ejemplo más ilustrativo es la selección de Paraguay que dirigió durante 5 años llevando a la albirroja a los cuartos del mundial 2010 donde un penal mal pateado por Cardozo permitió a España seguir con vida, y un año más tarde llegó a la final de la Copa América cayendo en la tanda fatídica sin haber perdido nunca un partido, recibiendo 2 goles y anotando 3 en todo el torneo, siempre con un 4-4-2 clásico y jugando a la contra. Quien haya visto eso sabrá que lo que se avecina en el Camp Nou es una pequeña tormenta que podría limpiar el sucio acumulado durante años de malcriadez culé.
La mayoría ve la influencia de Messi en la contratación de Martino como algo negativo o escandaloso, pero jamás será más escandaloso que haber fichado un delantero por €40M + Eto’o + Hleb para usarlo 6 meses y luego venderlo por €24 al Milan bajo la excusa de que “no se adaptó”. Realmente no es cuestión de forzar un cuadrado en un hueco circular sino de buscar un plan B donde encaje el cuadrado de forma natural cuando el círculo no funcione. La pregunta es si el Tata lo logrará, o si lo intentará.
Los movimientos en ofensiva serán siempre los mismos, un 4-3-3 donde todo gira en torno a Messi, Xavi buscará hacer los pases siempre en horizontal e Iniesta buscará asociarse con los de arriba cada vez que pueda. Busquets será siempre el llanero solitario delante de Piqué y parece que Mascherano seguirá siendo central adaptado toda la temporada antes que Bartra o algún otro canterano. La inercia lleva a pensar eso, pero hay alternativas interesantes.
Digamos que el Tata acepta al inicio adaptarse a los jugadores y al estilo de juego, y los resultados probablemente le den la razón al inicio. Seamos sinceros, no hay competencia en la Liga aunque el equipo carezca de entrenador, basta que Xavi les diga por dónde jugar y es como un partido de barrio o una partida de “FIFA Street”, ya juegan de memoria. El reto vendrá cuando hayan pasado semanas y semanas y poco a poco el entrenador argentino vea que ciertos movimientos ofensivos dejan demasiado descuidada la defensa, cosa que nunca le ha gustado al Tata, en ninguno de sus equipos, justamente lo que lo diferencia de Bielsa y los hijos de la Masía.
Cuando llegue el momento en que Martino le diga a Jordi Alba y Dani Alves que tienen que estar más pendiente de su posición respecto al central, cuando le diga a Piqué que tiene que concentrarse más en el entrenamiento y en los partidos si no quiere ir al banquillo, cuando le diga a Xavi que no puede jugar siempre porque lo necesita fresco en partidos claves o le recuerde que la portería está al frente y busque algo más de verticalidad y velocidad, cuando le diga a Neymar que no puede jugar exclusivamente arriba porque necesita apoyo defensivo en la banda, cuando le diga a la plantilla y a la dirigencia que Mascherano es un 5 y no un 4 así que necesita traer un central de verdad… cuando todo eso suceda, ¿pueden imaginar el escenario?
El Tata no es español como ya dije, no tiene esa admiración reverencial que tienen Guardiola, Tito y todos en el mundo culé hacia esta generación de oro que les impide ver con claridad sus defectos, así como no existe madre que hable mal de su hijo, es la naturaleza humana de la que no podemos escapar. El trato que les dará Martino podrá ser bastante profesional y hasta cariñoso pero jamás tratará a los españoles tan bien como lo hicieron Pep o Tito, y quién sabe si entonces alguien se quejará del trato preferencial a Messi. El equilibrio psicológico de un vestuario es el mismo de un equipo de trabajo, hace falta un jefe que dé las órdenes o de lo contrario jamás lograrán 11 mentes pensar lo mismo al mismo tiempo.
Otro asunto que me viene a la cabeza cuando analizo el posible enfoque del Tata en el Barça es el 9. Como buen observador táctico que es, Martino se habrá dado cuenta que la ausencia del 9 puro le permite a Messi dirigir toda la orquesta en ataque pero una defensa sistemática hace corto circuito en ese motor y deja al club blaugrana vulnerable detrás, así que un plan B no sería mala idea para evitar otro “7up” como el que se bebieron ante el Bayern en Champions, o ante una muralla como la del Chelsea 2012. De nuevo considero que un argentino será mucho menos intransigente a la hora de modificar el estilo de juego de acuerdo a la necesidad incluyendo un 9 junto a Messi que pueda hacerle de pivote por aire o en profundidad, como el mismo Bielsa hacía con Crespo y Ortega en la Albiceleste.
Partiendo de la premisa que no existe un modo único y perfecto para jugar al fútbol, y que todo esquema tiene su punto débil, lo mejor que se puede hacer en este deporte es reducir la probabilidad del error propio y aumentar la probabilidad del error contrario, o lo que es lo mismo, jugar a la italiana. Atención, no dije Catenaccio que es un esquema de la filosofía italiana, me refiero a pensar como los italianos, darse cuenta que la pelota y el campo deben compartirse con el rival y hay más probabilidades de éxito si se anulan las virtudes rivales y se transforman los defectos propios en virtudes, sea con la pelota o sin ella. Esta filosofía ha logrado más títulos que ninguna otra en toda la historia del fútbol a lo largo de un siglo.
Quizás la situación requería una apuesta menos drástica pues habían pocas cosas que corregir en ambos equipos. En mi opinión tanto el Bayern como el Barça hicieron una apuesta de alto riesgo pero de alto potencial. A corto plazo corren el riesgo de no tener tiempo suficiente para lograr el potencial buscado y verse superados por equipos que ya tienen un equilibrio establecido, y le tengo el ojo puesto a la Juventus y al Dortmund. El tiempo dirá en qué me equivoco, siempre hay un capricho del entrenador que no somos capaces de prever, pero tengo muchas ganas de ver cómo se desarrolla la historia del Pep, el Tito y el Tata. Que ruede la pelota.
No Hay Comentarios