En una encuesta reciente del diario deportivo más leído de este país para elegir a los mayores fiascos de la pasada temporada, uno de los elegidos en ese 11 de la deshonra fue Alexis Sánchez. El chileno se ha convertido en la piñata favorita, tanto en Barcelona como en el resto del país. Le han caído de todos los colores. Por resumir, se ha dicho de él que es muy malo y que no tiene el nivel necesario para vestir la camiseta blaugrana. Cada vez que figuraba su nombra en una alineación, especialmente si el partido era de calado, lamentos, bufidos y juramentos en arameo.
La temporada de Alexis, segunda en el Barça, no ha sido para tirar cohetes. En Liga, 8 goles y 9 asistencias (cifras maquilladas por un notable final de campaña). En Champions, 1 gol y 3 asistencias. Más allá de los fríos datos, al extremo de Tocopilla se le ha visto, por momentos, torpe y falto de confianza, ciego de cara a puerta, romo en el remate, cayendo incluso en la pifia. Él mismo echó sal a la herida asegurando ser «un jugadorazo». Alexis no es, como dicen los pedantes, un jugador top, al menos de momento; pero lo que nunca será, por mucho que se empeñen algunos, es un mal jugador. Su problema es muy sencillo: su fichaje costó casi 40 millones.
Y el aficionado medio ya no ve más allá. Su mente solo piensa en esa abultada (lo es) cifra. Da por hecho que, ante tamaño desembolso, Alexis bien podrá enchufar 20 chicharros y dar la mitad de asistencias. Resulta que el bueno de Alexis nunca ha sido un goleador. Que en el Udinese anotó 3 y 5 tantos, respectivamente, en sus 2 primeras temporadas; hasta que explotó en la 2010/11 con 12 (y 6 asistencias). Cifra estimable, tratándose del rácano Calcio, y motivo, entre otros, del interés del Barça por contratarle. Ya a las órdenes de Guardiola, y a pesar de las lesiones (sólo 25 partidos en Liga), Alexis repitió anotación en el torneo doméstico, incluyendo un buen gol en duelo contra el Real Madrid. Se esperaba que, sano y adaptado al engranaje azulgrana, sus prestaciones aumentaran en su segundo año. Lejos de suceder, llegó el bache y la caída en su producción, con el consiguiente racimo de críticas desaforadas.
¿Qué hubiera ocurrido si Alexis, en lugar de 40, hubiera costado 20 o 10 millones? Más aún, ¿y si hubiera llegado gratis? Tomemos el ejemplo de Adrián López, contratado por el Atlético de Madrid sin pagar un céntimo gracias a la impericia del señor Lendoiro, presidente del Deportivo. En su mejor año en A Coruña, el último, Adrián alcanzó la modesta cifra de 8 goles. Ya a orillas del Manzanares, firmó 7, uno menos. Esta temporada, al igual que Alexis, el asturiano ha pegado un bajón que se ha traducido en apenas 3 dianas. ¿Por qué no le llueven los mismos palos a Adrián? En primer lugar, porque todavía es uno de los favoritos del Calderón: aunque en la pasada Liga su bagaje no fue precisamente de killer, se salió con 11 aciertos en la Europa League que acabó conquistando su club. Y a eso se ha dedicado el bueno de Adrián: a vivir de rentas. ¿Qué hubiera ocurrido si hubiera costado, pongamos, 10-15 millones, los que realmente valía? Que no habría podido vivir tan tranquilo.
Alexis y Adrián son sólo dos caras de la misma moneda. Ejemplos hay a patadas. Coentrao es un estimable lateral que vive con la losa de haber costado una fortuna. Con Cesc también sucede, entre otras cosas, que se mira con recelo el coste de su billete de vuelta a Can Barça. En Inglaterra aún se frotan los ojos por el ridículo precio de Michu, mientras de Varane se alaba el buen ojo de Zidane y lo barato de su contratación. En su día, el Toro Acuña le costó al Deportivo ¡15! millones. Etcétera, etcétera. ¿Qué sucede, pues? Que los futbolistas acaban siendo esclavos del precio que otros les ponen. La existencia de Alexis sería más plácida si su traspaso se hubiera efectuado a un precio razonable. 40 kilos es una barbaridad para un jugador que ni es de la élite ni el capricho de un magnate uzbeko.
Y ahí entramos en el meollo de la cuestión y en lo delicado del asunto. ¿Quién decide que Alexis cuesta 40 kilos? Suponemos que Udinese, Barça, representante del jugador y vaya usted a saber cuántos intermediarios. Lo hemos visto recientemente en el caso de Neymar. Una fortuna para el padre, otra talegada para su club, otra para un fondo de inversión. Un rosario de siglas, nombres e intereses cuyo único afán es engordar costes y trincar. Sacar pan y mojar. Llevarse su tajada. La víctima, al final, es el jugador, el que salta al campo con un letrero de neón en su frente con el importe del traspaso. Juegan Alexis, Cesc y tantos otros y los aficionados les juzgan en función de lo que han costado. De la relación calidad/precio surge la correspondiente ración de aplausos y silbidos.
He discutido mucho con un amigo el caso concreto de Alexis. No niego que su segundo año ha sido mediocre, del montón, y que puede dar mucho más. Pero me indigna que arrastre la mochila del precio que pactaron otros. Supongo que su agente y el Udinese harían el negocio de sus vidas. A Alexis, desde luego, le hicieron un flaco favor.
8 Comentarios
Me recuerda mucho a lo que escribí sobre Torres y los 60 kilos. La memoria es muy injusta con este tipo de cosas a la hora de juzgar las posibilidades de un jugador. En el caso de Alexis además no es que sólo pesen las monedas, encima le exigen goles. Como bien dices. nunca ha destacado por acertar de cara al gol (de hecho de los 12 goles de la 2010/11, 4 son del famoso 7-0 ante el Palermo). Es un recurso muy válido, pero su coste le obliga a ser determinante todos los días, y así no hay quien lo soporte.
En ambos casos, alexis y Torres, el precio y la afición no han sido el problema sino la prensa. Si nosotros, que nos consideramos la alternativa a la prensa deportiva establecida, somos capaces de analizar con criterio y serenidad la situación de ambos futbolistas y llegar a la conclusión que los futbolistas en cuestión no han de ser clavados en la cruz por delitos que no llevan su firma exclusiva, ¿por qué no lo son también aquellos que ponen la tinta sobre el papel cada día y llegan a millones de lectores dentro y fuera del país? Esto funciona así: un periodista escribe en el diario más leído de España que un jugador es muy bueno. En otro diario menos leido hay otro periodista que dice que ese jugador es un fenómeno. Ese día, un redactor de un canal de TV lee la prensa y decide proponerle a su editor la noticia con VTR de 2 mins en el noticiero deportivo nocturno, y entonces tenemos que el medio más poderoso del país le dice a los espectadores que ese jugador es el heredero de Pelé o Maradona. Al día siguiente la prensa internacional se hace eco de la historia y sale una reseña del mismo jugador en cada país, sin contar que actualmente todo esto se multiplica exponencialmente gracias a las redes sociales. La gente tiene su opinión y criterio, y siempre habrán detractores y fanáticos, pero independientemente de lo que piensen algunos pocos, es LA PRENSA DEPORTIVA la que tiene el poder en las manos de manipular la imagen de cualquier jugador.
Tengan por seguro que opino como ustedes. Alexis y Torres son dos buenos delanteros (Torres lo fue hace 5 años, Alexis aun lo es) pero las exigencias puestas sobre ellos son causadas por el boom mediático que la prensa ha creado alrededor del precio de su fichaje. ¿Y por qué tan alto el precio entonces si no son tan buenos? Eso es otro tema, pero un curso didáctico de «Economy for dummies» nos recuerda las reglas del mercado, el precio, la oferta y la demanda. Ahora, el valor verdadero del jugador se mide en función de lo que nosotros, periodistas analíticos sin tendencia política, somos capaces de proyectar sobre lo mostrado por el jugador en las circunstancias adecuadas. Hay un factor táctico que nadie ha mencionado y para mí es la clave, tal como mencioné en mi artículo de Calciomercato, que es el juego más o menos favorable para las características de ambos delanteros en cuestión. Alexis en el Udinese nunca fue un delantero goleador como bien dicen los números, pero eso se debe a que el equipo estaba diseñado (y todavía es así) para aprovechar la velocidad y el desequilibrio de un joven veloz como lo era Alexis y lo es hoy Muriel y crear oportunidades para Di Natale, el terminal ofensivo de Guidolin. Del mismo modo, el Barça es un equipo que Pep construyó y diseñó a la medida de Messi, de manera que todos los goles terminen con su firma, pasando primero por las botas de los demás intermediarios. Con Torres sucedió algo similar en el Liverpool mientras estuvo Benítez. Es fácil ver que Alexis es muy influyente cuando juega a la contra, creando espacios para que el 9 (Totó) los explote, bastaba ver un par de vídeos, y me pregunto cómo diablos hicieron los del Barça para no darse cuenta que ellos jamás juegan así. Hay que ser obtuso, realmente. En mi opinión Alexis cuesta realmente los 30 millones que se pagaron por él, pero siempre y cuando mantenga su juventud que es la fuente de esa velocidad punta, y sea empleado en un equipo que juegue a la contra, con otro 9 por delante, convirtiéndolo a él en un 11. ¿Qué opinan?
Empezando por lo primero, el tema de la prensa, imposible de rebatir. La capacidad para vender un producto («El Niño Maravilla», «la alegría y el regate que le falta al Barcelona ya está aquí», etc.) y convencer al público lo tienen tan fácil como enseñar un par de vídeos diariamente a la misma hora. Y en el caso contrario también son los grandes especialistas, la prensa es la primera en recordarnos que Alexis costó 40M. Precio, que por otro lado, no me parece nada desproporcionado viendo la que montó en Italia. Por eso me gustaría que probara en otro lugar que no sea el Camp Nou. Pero bueno, esto ya se ha convertido en el pan de cada día, en este momento el periodismo no da para más.
En cuanto al segundo punto, nada que no hayas comentado, Aléxis llega al «peor» sitio (por dificultad de adaptación al esquema más complicado del mundo) y es exigido desde el primer día a cosas que no son de su registro futbolístico.
El papel decisivo de la prensa a la hora de crear mitos para después, con mayor regocijo aún, derribarlos, es incuestionable.
En este texto en concreto, mi idea era reflexionar sobre la tiranía que supone para un jugador la cuantía de su fichaje, teniendo en cuenta que él no entra en ese proceso. El jugador no se pone precio, sino que se lo ponen otros. Y aunque en el texto paso de soslayo, estoy convencido de que abundan los casos en los que se inflan los costes para sacar tajada.
Aunque no pretendía centrar el debate en Alexis, su caso sí me parece sintomático. Discrepo y creo que no vale todavía los 40 kilos que se pagaron por él, pero sí coincido que el Barça no es el equipo idóneo para que explote todas sus virtudes. Al mismo tiempo, es innegable que durante la primera mitad de la temporada (y algo más) estuvo descentrado y torpe.
Quizás 40 son excesivos, más bien 20-25M? Reflexionando sería más fácil hacer una tabla comparativa partiendo del mejor jugador del mundo, otorgándole un precio tope y bajando el de los demás en función de ese tope, una campana de Gauss, como si fuese el Fantasy Football de la UEFA.
PD: me encanta poder discutir sobre este deporte con gente que tiene opiniones diferentes a la mía y es capaz de expresarla de manera inteligente. No tienen idea de lo difícil que me resulta encontrar gente capaz de argumentar estas cosas tan triviales de manera tan seria y coherente. Thank you guys
Caray, el placer es recíproco! Un saludo!
Pues en mi opinión las críticas a Alexis no han sido excesivas. El Alexis que yo vi hace 4 años en las eliminatorias para el mundial de Sudáfrica era una auténtica bomba. Desbordes eléctricos, rapidez y peligro constante. En el Barça su evolución ha sido constante pero hacia peor. Sobre todo me ha decepcionado en el tema concreto del desborde, es que hoy parece que no es capaz de irse ni del defensor más limitado. Posiblemente en otro equipo pueda progresar más pero para ser un grande hay que triunfar en un grande.
Un saludo
Pepe, el artículo no pretendía centrarse en Alexis, como ya he apuntado, pero sí me parece un ejemplo sintomático, y por mi debilidad por el fútbol chileno quise deliberadamente traer su caso a colación. Estoy muy de acuerdo con algo que se ha apuntado aquí, y es que quizás el Barça no sea el club más adecuado para él. En el tema del desborde, intuyo que aún juega cohibido y algo superado por estar donde está y rodeado de gente que le supera en caché. En concreto, la obsesión de Alexis por buscar a Messi es enfermiza. Actúa totalmente subordinado (y subyugado). Apenas se la juega. Y es una lástima, porque creo que fue en la penúltima jornada (¿Espanyol?) cuando se sacó de la chistera una jugada espectacular, yéndose de un par de rivales y clavándola. Alexis da para eso y para mucho más.
De todas formas, insisto en que tampoco esto pretendía ser un panegírico a favor de Alexis. Soy el primero que está convencido de que no le hemos visto a su nivel real. Pero mantengo que el altísimo coste de su fichaje es una losa. No la única, pero una muy grande.
Un saludo.