Hace 9 meses España y Francia disputaron un partido que terminó en una victoria 2-0 para los eventuales campeones. Hoy se ven las caras nuevamente en Saint-Denis y, si bien para los Blues la venganza está servida en el plato, la Roja quizás tenga dificultades para reconocer a su víctima después de que ésta pasara por quirófano y se hiciera un extreme makeover.
La selección española no cambió nada desde que le pasó por encima a la Azzurra en la final de la Euro 2012 el pasado verano, con la excepción de un par de lesionados circunstanciales (Casillas y Jordi Alba) y el suspendido de turno (David Silva), pero los demás integrantes estarán presentes. Quizás la única novedad significativa es el retorno del Guaje al once, un jugador realmente distinto al resto de los que conforman la actual selección campeona del mundo y bicampeona de Europa.
Los franceses, como ya dijimos, sufrieron una metamorfosis kafkiana a partir de aquella derrota en Donetsk y son ahora un equipo competitivo y ordenado, aunque sigan lejos de mostrar todo su potencial. Didier Deschamps heredó una durísima tarea que Laurent Blanc no pudo terminar aunque haya dado los primeros pasos. Reconstruir una selección campeona del mundo a partir de las cenizas que dejó Raymond Domenech requería mucha paciencia y bastante amplitud de pensamiento, coraje para intentar cosas nuevas y provocar una evolución necesaria para la supervivencia del equipo. Para lograr el objetivo, Didier decidió esperar unos meses mientras analizaba sus opciones y aquel empate en el Calderón fue el punto de inflexión, la base del equipo era sólida y era el momento de pasar a la siguiente etapa.
En esta doble fecha de eliminatorias el seleccionador francés trae un par de jugadores nuevos que son la perfecta muestra del nuevo orden que se ha instaurado en la selección gala. Podemos decir que la portería siempre estuvo segura desde que Lloris es titular, y que Ribèry puede garantizar el desequilibrio en ataque independientemente de quién lo acompañe arriba, sabiendo que Benzema es aun joven y puede sólo mejorar. El problema estaba en la zona de cobertura pues Liliam Thuram, Patrick Vieira y Claude Makèlelè lamentablemente nunca fueron clonados y ha pasado una década sin que hayan aflorado sus dignos herederos, hasta la aparición de Raphaël Varane y Paul Pogba.
La explosión de uno en el Real Madrid y el otro en la Juventus (ambos siguen vivos en cuartos de la Champions y quién sabe si se enfrenten en semis… o en la final) ha dejado sin palabras a este servidor así como al resto de Europa, y significa un rayo de luz que atraviesa las nubes para mostrarle el camino a Deschamps en su ruta hacia el mundial de Brasil. Ambos nacieron en el ’93 y han mostrado la capacidad de desplegar su talento puro al máximo nivel de competición a pesar de cumplir apenas 20 años, imagino lo que podrán hacer dentro de 5 cuando ya tengan un mundial a sus espaldas.
En aquel encuentro de la Euro 2012 la selección entonces dirigida por Blanc se mostró demasiado respetuosa (más bien acongojada) ante un rival sí superior, pero no imbatible. Blanc quiso bloquear el mediocampo español con un 4-4-2 y a la vez anunció sus intenciones de aprovechar el espacio a espaldas de Jordi Alba, el lateral más ofensivo de todo el torneo. Llenó la banda derecha con dos laterales (Révellière y Debuchy) para que se complementaran en la marca y la salida pero ninguno supo hacer su trabajo. Se vio claramente que los jugadores no estaban cómodos con semejante planteamiento y no engranaba el equipo a nivel colectivo desaprovechando las cualidades naturales de los integrantes más ofensivos. La idea no era mala, como lo volvió a demostrar Finlandia hace unos días, pero la ejecución y la logística fue terrible.
Esta noche veremos una Francia muy diferente, mucho más equilibrada en todos los repartos con una buena mezcla de juventud y experiencia. El once será probablemente un 4-3-3 con Lloris en la puerta, Jallet, Varane, Sakho y Evra en la defensa. La media tendría a Gonalons como ancla acompañado por Pogba y Cabaye, mientras Valbuena y Ribèry ocuparían los extremos para crear oportunidades al delantero solitario, Karim Benzema.
No obstante, la responsabilidad de lograr el resultado positivo recae naturalmente sobre el favorito, y el favorito es siempre el campeón. España ha recibido tanta alabanza como crítica en sus 4 años dorados porque está rompiendo con muchos paradigmas del deporte rey. Nadie había ganado un mundial perdiendo el primer partido (Italia estuvo a un penal de lograrlo en 1994), nadie había ganado un mundial anotando tan pocos goles, prácticamente uno por partido (8 goles en 7 juegos) y nadie había ganado 3 torneos continentales seguidos (Euro-Mundial-Euro). Esta selección está en los libros de historia como una de las grandes, pero el afán de muchos de convertirla en la mejor de todas es lo que polariza la opinión tanto del público como de la prensa.
El famoso (o infame, según los gustos) estilo tiki-taka que practican los hijos de Del Bosque (podríamos decir nietos de Guardiola) tiene una característica muy particular que es la posesión de la pelota. Las reglas del juego no indican en ningún lado que se obtengan beneficios o puntos por retener la esférica entre los pies, simplemente establecen que la pelota debe atravesar la línea de gol para sacar ventaja sobre el rival. Muchos entienden las ocasiones de gol como dominio del partido y otros incluso meten en la misma categoría la simple posesión. Yo soy pragmático y me gusta recordar a todos que tanto las ocasiones como la posesión son estériles si no se convierten goles, así de simple.
Por supuesto, el éxito de España viene de la mano con la posesión pero no porque lleve al gol sino porque lo evita. De tantas maneras que existen para jugar este deporte los españoles eligieron el suyo y no pretenden dejarlo más nunca. Podemos decir que los italianos inventaron el Catenaccio y los ingleses el centro al área; que los brasileros bailarán siempre la samba y los argentinos el tango con la pelota, la famosa gambeta; que los holandeses inventaron el total Football y ahora que los españoles lo transformaron en tiki-taka. Cada estilo tiene sus fortalezas y sus debilidades, ninguno es perfecto. Lo más importante de todo es que cada estilo fue diseñado no por gusto o capricho sino fundamentalmente porque nace de la necesidad, la madre de todas las invenciones. Cada estilo tiene éxito en cuanto logra explotar el máximo potencial que poseen sus ejecutores, porque no se ha visto un italiano bailando samba, difícilmente veremos un alemán gambeteando la pelota como un tango y no creo ver tampoco un español volver a lanzar el centro al área. Al César lo del César.
En este sentido Del Bosque tiene razón en decir que su estilo es la única vía y que no cambiarán. Yo me quejo porque siempre busco la perfección, o lo que más se le acerque, pero estadísticamente la selección española tiene mayores oportunidades de éxito con el tiki-taka que con cualquier otro sistema, así lo dicen la historia y las matemáticas. La Roja es una ruleta de 10 números donde 9 son rojos y uno negro, y Del Bosque naturalmente le apuesta siempre todo al rojo. El partido de Finlandia fue como el de Suiza del Mundial 2010 o el de USA en la Confecup 2009, la pelota cayó en la casilla negra y España perdió la apuesta. Lo mismo argumenté hace poco respecto al Barcelona pues al menos una vez al año la suerte y la estadística indican que la ruleta otorga el color negro ganador.
Estoy convencido que España estará en el mundial 2014, ya sea pasando por encima de Francia o sufriendo en el playoff ante algún pobre diablo que vea su sueño de clasificación roto a un paso de la meta por el gigante español. Estoy más convencido aún que España seguirá jugando al tiki-taka incluso después del bigotón, pues el camino que inició Aragonés ya no es negociable, ya no hay vuelta atrás. La historia indicará con el tiempo que no es el estilo sino sus ejecutores los que lograron el éxito, porque muchos italianos, brasileños, argentinos y alemanes lo han intentado a su manera pero no todos fueron campeones.
La generación de oro española le pertenece a Casillas y Xavi, las dos columnas del Madrid y el Barcelona que se unen para dar seguridad y estilo a la selección. En aquel empate del Calderón fue Casillas quien salvó en repetidas ocasiones el resultado y quizás sea el retorno de Xavi hoy quien haga lo propio en Saint-Denis. La ruleta del tiki-taka ha hecho a España el nuevo magnate del gran Casino del fútbol mundial. Solo queda una pregunta, ¿caerá hoy la esférica en el Rojo o en el Bleu? El pronóstico lo haré al conocer los onces de inicio. Hasta entonces, a girar la ruleta y que ruede la pelota.
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