Dani Navedo - Tottenham y Manchester City, Manchester City y Tottenham… dos equipos llamados a romper la hegemonía de los cuatros grandes, unos por la progresión de los últimos años y los otros por la gran cantidad de millones invertidos. Si bien son dos clubes con el mismo objetivo a largo plazo, la forma de llegar a la meta preestablecida es muy distinta o, al menos, eso reflejan de momento sobre el campo.
Si bien los Citizens buscan el fútbol de combinación y llegar tocando al área rival, algo harto complicado sobretodo cuando casi todo el equipo es nuevo, pues no hay ni compenetración ni una serie de automatismos que todo equipo que desee jugar así debe tener. Mark Hughes ha llegado más lejos de lo que muchos pensábamos, pues el equipo comenzó fuerte hasta entrar en una racha de empates un tanto extraños y el juego en equipo estaba por encima incluso que el de otro proyecto similar con base en España, pero detalles como la profundidad o las ayudas a la hora defender, le han restado potencia que no potencial al City.
En el otro lado del campo, un proyecto similar en ciertos aspectos, pero completamente distinto en la forma de plasmar el objetivo, sobretodo, después de la importante baja de Luka Modric. Se notó y mucho en los Spurs la baja de la estrella croata, sobretodo, en los primeros partidos sin él, donde el equipo no parecía tener un plan fijo. Redknapp ha sabido adaptar a sus futbolistas a las nuevas circunstancias y, aunque de una forma más eficaz que bonita, el Tottenham vuelve a soñar gracias a un delantero alto, a un compatriota del citado lesionado y a un Liverpool muy bajo de forma.
Comenzaba el choque y era el Manchester City quien dominaba. Los locales, bien organizados atrás, tendían la trampa a Tévez y compañía, entregando la posesión y observando, cual lobo a su presa. La premisa de los hombres de Harry Redknapp era clara: balón largo a Peter Crouch y crear peligro en las segundas jugadas, sobretodo, gracias al veloz Defoe. Los de Manchester necesitaban cinco pases para llegar a los aledaños del área, mientras que los Spurs con un simple golpeo se plantaban en el área visitante. Se cumplió la lógica y antes del descanso Kranjcar se encargaba de hacer justicia en el marcador, poniendo por delante al equipo que estaba dominando desde la lejanía el encuentro.
Mientras los pájaros se tiraban a las escopetas o, lo que es lo mismo, Assou-Ekotto le hacía un caño espectacular a Adebayor, Silvinho sufría lo insufrible, valga la redundancia, ante las acometidas de Lennon. La falta de ayudas por parte de Robinho, dejaba en clara desventaja al lateral brasileño en un duelo ya de por si marcado por la edad de uno y la velocidad del otro. Ni cortos ni perezosos, los jugadores del Tottenham se habían dado cuenta de que por esa banda había un filón y constantemente el balón acababa en el costado derecho de la ofensiva local. Juego bonito contra buen juego, una diferencia abismal entre los dos equipos, uno que crea pero no llega y otro que llega sin necesidad de pasar por la zona de creación.
La segunda mitad, más de lo mismo. Balón a Crouch, quien peina hacia Defoe o deja con el pecho a Kranjcar y los Spurs ya elaboran el resto desde tres cuartos de cancha. El segundo tanto de los locales, una muestra de lo primero. La única manera de contrarrestar al Tottenham de hoy, era teniendo la posesión constantemente, pero Palacios se marcó un partido espectacular en el medio campo y Hughes encontró la fórmula demasiado tarde. La reacción llegó con la salida de Santa Cruz y la de Petrov, junto con las ayudas tanto de Adebayor como del «Apache» Tévez a la hora de jugar el balón, algo que ya era realmente imposible de contenter con solo dos medio centros. Llegaron por fin las ocasiones, alguna clara y otras no tanto, pero al final sería Kranjcar quien sentenciaría definitivamente el choque con una magnífica jugada personal con auto pase incluido.
Realmente el 3-0 final hace justicia, pero solo en parte. En los últimos minutos si que pudimos ver a un City con profundidad y con ciertos movimientos acompasados sobretodo por parte de los delanteros, acompañados por un gran Ireland en el centro de operaciones. Ni el Tottenham mereció tanto ni el Manchester City tan poco, aunque bien es cierto que los de Hughes necesitaron más de setenta minutos para llegar con claridad a la portería de Gomes. En definitiva, dos clubes en pleno crecimiento a los que todavía les falta limar esos pequeños detalles que hacen a un equipo grande. Ambos darán mucho que hablar, aunque para ello toca esperar.
4 Comentarios
El Manchester tiene mejor equipo pero el Totenham me está sorprendiendo mucho últimamente, está muy fuerte.
Saludos desde La Escuadra de Mago
LA verdad es que me sorprendió el Tottenham; no me esperaba un partido tan disputado. En fin, se tendrá que ver hasta donde pueden llegar los dos equipos.
Saludos
El City tiene mucho que aprender aún para poder ser un serio candidato a la Premier . Necesita tiempo pero claro con el dinero gastado por sus dueños va a ser muy complicado .
Un saludo
A mí Mark Hugues nunca me ha convencido como entrenador. Le ha costado mucho entender que su equipo juega mucho mejor con Ireland que sin él, y con las mimbres que tiene el rendimiento no está siendo el más adecuado. Hay que darle tiempo
Saludos!