Jorge Nuno Lima Pinto da Costa. Ese es el nombre del hombre que imparte cátedra al frente del FC Porto desde 1982. Es el propulsor de llamado “método Porto”, esto es, fichar jóvenes talentos y, tras explotar en el Club, venderlos a precio de oro.
El método funciona, porque no sólo es un ejemplo de gestión económica (en la última década ha traspaso a jugadores por valor de más de 500 millones de euros, invirtiendo tan solo la mitad), sino también, y esto es lo más importante, de gestión deportiva. Bajo el mandato de Pinto de Costa el Oporto ha ganado 56 títulos, entre ellos 2 Copas de Europa, 2 Europa League, 2 Intercontinentales y ha conseguido desbancar al Benfica, otrora gran dominador del futbol luso.
Ya en sus inicios dio muestras de lo que iba a ser su mandato. En el verano de 1987, tras ganar la Copa de Europa al Bayern en Viena, no le tembló el pulso a la hora de vender a su gran estrella al Atlético de Madrid. No era otro que el gran Paulo Futre. Comenzaba así la primera reconstrucción de un Oporto campeón.
Este proceso se repetiría 17 años después, cuando de la mano de un emergente José Mourinho, el Oporto ganaba su segunda Copa de Europa en Gelsenkirchen al Mónaco, cerrando así el círculo triunfal comenzado un año antes en el Estadio de la Cartuja de Seviila donde ganaron su primera Europa League en una impresionante final frente al Celtic de Glasgow. Ahí, el mítico presidente decidió que ese equipo había tocado techo y vendió a gran parte de esa plantilla. Ese mismo verano se marcharon al Chelsea Ricardo Carvalho y Paulo Ferreira por 50 millones de euros, Deco al Barcelona por 21 millones, Derlei al Dinamo de Moscú por 9 millones de euros y Carlos Alberto al Corinthians por 8 millones. Todos ellos le habían costado al Club bastante menos dinero. El verano siguiente vendió al resto de equipo titular de aquella final (Jorge Costa, Nuno Valente, Costinha, Maniche y Pedro Mendes), sólo se salvó Vitor Baia, que ya había sido vendido con anterioridad al Barcelona, pero regresó.
Pero el Papa, como se le conoce en Portugal, siempre se ha sabido rodear bien (conocidos son sus affaires con mujeres varias décadas más jóvenes que él) y así en verano de 2005 contrató a su mano derecha, Antero Henrique, quien llevaría a la máxima expresión el “método”. Este, apoyado en una excelsa red de ojeadores, ha sido el encargado de rastrear el mercado (especialmente el sudamericano). Y desde luego se ha ganado el sueldo. Falcao, Guarín, Pepe, Hulk, Luis Fabiano, Diego, Anderson, Lisandro, Lucho González, Bolatti, Belluschi, Álvaro Pereira, Cissokho, Bruno Alves, McCarthy, Bosingwa, Quaresma, Hugo Almeida o James Rodríguiez han reportado al Club beneficios por más de 200 millones de Euros. Eso sí, tras ganar innumerables títulos. El próximo en salir será Jackson Martínez. Y vuelta a empezar con Juan Quintero, Diego Reyes, Alex Sandro o Héctor Herrera.
31 años de mandato dan para mucho y no todo ha sido bueno. Polémico como pocos, en el año 2004 se vio salpicado por el escándalo de corrupción “Silbato Dorado”, que le hizo tambalearse hasta el punto de ser condenado por los tribunales deportivos. Pero como siempre tiene una salida, en 2009 fue absuelto por la Justicia Ordinaria.
Este año ha sido reelegido presidente y ni su operación de corazón del verano pasado le han minado la ilusión. Sólo falta saber cuál será el próximo truco del Dragón.
2 Comentarios
Lo que me resulta realmente sorprendente es que otros clubes con más medios y potencial económico no sean capaces de rastrear el mercado de talentos ocultos de esta manera tan efectiva. En España el único que ha gestionado de una forma similar a la del Porto ha sido el Sevilla con traspasos millonarios como las de Baptista, Alves o más recientemente Negredo, pero con unos resultados deportivos alejados de los del club luso.
La verdad es que el Sevilla se le acerca. A su nivel, también ha tenido una época gloriosa. Y desprendiéndose poco a poco de Reyes, Ramos, Poulsen, Keita, Adriano, Alves, Baptista y ahora Jesús Navas y Negredo. En su Liga no puede aspirar a más. Quizá sí, falló en Champions en aquellas eliminatorias con CSKA y Fenerbahçe. Podría haber llegado más lejos