Pamplona siempre ha sido un escenario hostil. Los rivales saben que las dimensiones del campo, la presencia tan encima del público y la actitud del bloque anfitrión serán tres factores que inevitablemente contarán para el partido. Uno sabe que en el Reyno de Navarra la intensidad jugará su papel, y si no está preparado para ofrecer la suya, tiene muy poco que ganar. Esta jornada el Sevilla visita la capital navarra y me temo que las circunstancias le juegan en contra. No porque quiera, sino porque viene de una semana intensa y muy favorable, a veces sinónimo de una lógica descompresión.
Todo empezó el domingo pasado, por la tarde, con un holgado e incontestable triunfo ante el Valladolid (4-1) que le colocaba en ventaja (de ocho puntos) en la séptima posición (la última que da acceso a competiciones europeas la temporada que viene). Y siguió el jueves con una vuelta de los octavos de la Europa League que no se olvidará en mucho tiempo. El Sevilla devolvía al Betis el 0-2 de la ida y sellaba la remontada en los penaltis después de una prórroga sin goles. Con todo, muchos minutos para los titulares de Emery y para una plantilla que, lógicamente, debe pagar el desgaste físico acumulado. Especialmente el del jueves, que termino casi a medianoche y con la adrenalina en cotas altísimas. Con poco tiempo para entrenar (más de recuperación y balón, que físico), dos días y medio más tarde, al mediodía del siguiente domingo, llega el duelo ante Osasuna.
El conjunto navarro cayó goleado en el Camp Nou (7-0). Un resultado escandaloso y una actuación muy discreta de un plantel que no le queda otra que reaccionar. Históricamente los varapalos encajados suelen despertar el gen competitivo que impulsa el propio orgullo del jugador, y la prueba es el Levante de esta misma temporada. Cayó por el mismo resultado en can Barça en el debut liguero y después encadenó nueve resultados positivos en las siguientes diez jornadas. Los de Gracia, sólo tres puntos por encima del descenso, están obligados a repetir esa respuesta si no quieren complicarse la existencia. Los resultados en su estadio ante los aspirantes al título dan buena fe de ello: derrotaron al Atlético y sacaron sendos empates ante Barcelona y Real Madrid.
Por parte sevillista, Emery hará cambios y rotará el equipo, pensando también en la jornada entre semana de la Liga BBVA y en la que el Sevilla recibe al conjunto de Ancelotti. Otra cita de indudable valor para un club y un equipo que está en los cuartos de la Europa League y vuelve a sentirse grande otra vez. Una condición que endurece partidos como estos, donde se visita a un rival teóricamente inferior, denominado pequeño y que afronta el encuentro con toda la motivación del mundo. Por el cansancio, por las ganas y por lo que se juegan, queda claro que Osasuna tiene más que ganar que el Sevilla, que ha dejado atrás sus problemas de sistema y de confianza que marcaron la primera vuelta de campeonato. Hoy, con ventaja en la clasificación y los cuartos europeos en el horizonte, este partido parece la última prioridad. Evidentemente los suplentes y los menos habituales querrán ganarse el sitio, pero la intensidad rojilla, como ya ha hecho este mismo curso contra rivales de entidad, puede imponerse aprovechando el cansancio y la falta de frescura en las piernas del adversario.
Por el nivel de cuotas podemos cubrir la igualada (nos devolverían el dinero). Según donde apostemos podemos jugar al empate no apuesta o al handicap cero favorable a Osasuna. Ésta última opción sólo disponible en casas con mercado asiático. Para los más valientes, el triunfo local puede ser una buena alternativa (cerca de tres euros por euro apostado), además de los goles, que podrían ser protagonistas (el más 2,5 se paga por encima de dos).
Fecha y hora: 23/03/2014 - 12:00
Competición: Liga BBVA
Evento: Osasuna - Sevilla
Tipo de apuesta: Empate apuesta no válida
Pronóstico: Osasuna
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