*Miércoles de ¿Títulos?

Dani Navedo - Todo el mundo que adora el fútbol en toda su extensión tenía ayer, miércoles 13 de Mayo, una cita ineludible sobre el césped de Mestalla. Ese partido que separa la gloria del primero a la penumbra del primero de los perdedores, ese encuentro que decidirá quien dejará lágrimas de alegría y quien llorará de tristeza, ese choque en el que todo el trabajo realizado a lo largo de la competición dará sus frutos o se quedará en una simple medalla conmemorativa… la gran final de la Copa del Rey.

El destino -y las anteriores eliminatorias-, nos había otorgado el privilegio de volver a disfrutar en el partido decisivo de los máximos representantes de esta competición. El Athletic de Bilbao, la garra, la energía, la fuerza, el coraje, el pundonor, la ilusión acumulada durante 25 años… una ciudad movilizada y engalanada para animar a su equipo en el encuentro que muchos llevan esperando desde que nacieron. En la otra mitad del campo, el Barcelona, el espectáculo, la magia, el fútbol de toque, el nuevo Dream Team, las ganas de conseguir un triplete histórico… un equipo que había sembrado a lo largo del todo el año y al que le tocaba comprobar si sus esfuerzos serían recompensados.

Dos estilos plasmados sobre el verde: el Athletic salió presionando a lo largo de todo el campo, típico de los leones furiosos de San Mamés en un partido complicado e importante, cortando así el juego de medio campo del Barcelona y dejando inactivos durante la primera media hora a Xavi, Busquets y compañía. El gol logrado por Toquero a la salida de un córner a los 9 minutos, hacía todavía más amplios los pulmones de los rojiblancos y hacía recordar por momentos a la final vivida hace 25 años, marcada por el gol de Endika también de manera tempranera, y que acabaría venciendo el juego duro de los vascos. Pero ni las entradas del los cachorros de Caparrós eran tan duras como las de aquel partido (algo que se agradece, así pudimos ver un partido de 11 contra 11), ni las bombonas de oxígeno eran interminables, pues perseguir sombras con semejante intensidad se acaba pagando.

Los aficionados bilbaínos animaban y empujaban a su equipo hacía arriba, pero los ataques del Barsa eran más potentes y los leones retrocedían cada vez más. Ante la imposibilidad de darle el balón a un enjaulado Xavi, Piqué empezó a demostrar porqué es actualmente uno de los mejores centrales del mundo, tomando el mando del equipo y empezando él las jugadas demostrando que tiene una salida de balón impresionante. Por si fueran pocos los peligrosos, se sumaba otro más y ya no había suficientes jugadores para pararlos. De repente, Touré Yayá, ayer pareja de Piqué en la zaga, se dio cuenta de que estaba ya en el círculo central y que no tenía oposición inmediatamente por delante, por lo que decidió hacer una de esas jugadas de potencia que suele intentar cuando juega en su posición natural. A la fuerza de la carrera le añadió un recorte de calidad, se plantó en la frontal del área y soltó un zapatazo ante el que nada pudo hacer Iraizoz. Empate en el marcador al descanso con un Athletic se había quedado sin fuerzas y un Caparrós que no encontraba otro sistema para parar al Barcelona.

El mazazo del empate todavía estaba en las cabezas de los jugadores rojiblancos y el intervalo en el vestuario no había sido suficiente como para recuperarse mentalmente y físicamente. Además de durar tan solo cinco minutos la presión adelantada del Athletic, no era la misma que la que habíamos visto en los primeros compases del encuentro, pues esta vez el equipo blaugrana conseguía salir de su campo a base de triangular y tranquilidad. De nuevo los leones se fueron agazapando atrás según pasaban los minutos y la final tenía dueño salvo que a Caparrós se le ocurriera un plan mágico que no acabara con todos sus jugadores expulsados. Era inevitable tal y como transcurría el choque que Messi cazara algún rechace e hiciese el 1-2 fusilando a toda la defensa. También es muy complicado que los de Pep no enganchen alguna contra letal cuando te vuelcas en ataque a la desesperada, en este caso, la aprovechó Bojan para definir al estilo Henry: encorvando el cuerpo, golpeando de interior y mandando el esférico a la base del palo largo. La frustración en el Athletic era evidente, pues perdían por dos tantos y estaban siendo dominados en todo momento. Una falta al borde del área, acaba en la escuadra de la portería bilbaína con ayuda del pie de Xavi, que se sumaba a la fiesta que sus compañeros habían empezado. Minuto 65 y la gran final se quedaba sin historia, solo quedaba saber el resultado final, que se quedaría en 1-4.

El Athletic de Bilbao lo intentó con sus armas, pero su capacidad física no fue suficiente. Espero que ahora los que criticaban al Chelsea entiendan el mérito que tiene este equipo al haber aguantado durante 180 minutos lo que el Athletic solo consiguió retener durante media hora. El Dream Team Junior de Pep ya tiene su primer título. Henry pedía a los medios que buscaran a su querido aprendiz Bojan, por los micrófonos de TVE pasaban jugadores repetidos, Alves bailaba, Etxeberría lloraba, gritos de «¡Athletic, Athletic!»… por su parte, Guardiola vivió la celebración de la Copa del Rey como el final de su primera película, pues si ayer ponemos una cámara en los ojos de Pep mientras sus pupilos rodeaban la copa y le añadimos una buena banda sonora, tendríamos un precioso final de film. Película que pronto tendrá su segunda parte.

Pero la Copa del Rey no era el único título que se decidía ayer. En Italia, la Lazio conquistaba en el Olímpico de Roma, escenario de la final de la UEFA Champions League, el trofeo copero tras vencer a la Sampdoria de Cassano en los penaltis. Por otra parte, en Inglaterra el Manchester United ponía pie y medio en el trofeo de campeones de la Premier League, venciendo por 1-2 en el campo del Wigan con remontada incluida, dejando al Liverpool a seis puntos con dos partidos por jugar. Especialmente espectacular el gol del empate marcado por Tévez, del que podéis disfrutar en el siguiente vídeo.

*Título e inicio del artículo en honor al primer post de este blog, a modo de celebración de nuestro primer aniversario.