Primero que nada, contextualicemos. El Real Madrid es el club de fútbol más prestigioso y famoso del planeta. Su fama se debe a los éxitos deportivos conseguidos a través de sus 111 años de historia. Es el club más exitoso de España por lejos con 32 títulos de Campeonato Nacional y también el más exitoso del viejo continente con 9 títulos de Campeonato Europeo. Es el club que más dinero factura anualmente y está entre los top 5 que más fanáticos tienen en el mundo. Actualmente cuenta con una estructura empresarial básica: un presidente electo, una junta directiva, varios departamentos gerenciales activos y por supuesto los socios y demás empleados. Entre los empleados encontramos al entrenador del primer equipo, sus colaboradores técnicos (preparadores atléticos, consejeros, asistentes, etc.) y por último la base piramidal de toda empresa, los obreros, mejor conocidos mundialmente como los jugadores.
La empresa Real Madrid ofrece al mundo un servicio de entretenimiento a través de la práctica del deporte gracias al cual obtiene beneficios económicos bastante generosos los cuales varían en función de la evaluación anual del servicio ofrecido. En este caso hablamos de resultados deportivos, victorias y trofeos. Un club de fútbol es una empresa sin fines de lucro (aunque existen algunas excepciones, como el Manchester United, la Juventus y algunos otros que cotizan en bolsa, pero son pocos) así que todo el ingreso de capital se redistribuye entre los departamentos respectivos para mejorar sus instalaciones e infraestructura, asegurando y quizás mejorando el salario de los empleados. Sin embargo, al final todo recae nuevamente en el objetivo principal que dio origen a la empresa: ganar un partido de fútbol.
Cada partido que gana el equipo significa un paso más hacia el título del torneo donde compite. La victoria final del torneo conlleva premios económicos pero más importante aún es el hecho de traer fama al club y alegría a la afición. Si la afición está contenta invertirá más dinero en camisetas y entradas al estadio, mientras que la fama del club atraerá mayor cantidad de fanáticos de todas partes del mundo y los impulsará a convertirse a su vez en socios, aportando más dinero. Dicha fama llamará la atención de grandes empresas internacionales que buscarán ubicar su logo en la camiseta del equipo pues esta se verá a través de los medios de comunicación en todo el planeta convirtiéndose así en un gigantesco vehículo publicitario, generando millones y millones de euros en patrocinio y derechos de transmisión. Semejante cantidad de dinero se invierte en mejorar nuevamente la calidad de todos los departamentos involucrados para repetir el ciclo una y otra vez. En conclusión, el objetivo principal de cualquier club de fútbol es también su primera necesidad y su mayor fuente de ingresos: ganar el partido.
El Real Madrid ha escrito su historia a fuerza de victorias como ya hemos mencionado, victorias gloriosas que han transformado un simple club deportivo en ícono de la ciudad y del país, elevando a leyenda a algunos de sus integrantes más influyentes. Uno de esos integrantes de leyenda es justamente el actual portero, un tipo normal nacido en Móstoles, una pequeña población al sur de Madrid. Su nombre es Iker Casillas. Con su club ha ganado 5 títulos de Liga, 1 Copa del Rey, 4 Supercopas de España, 2 UEFA Champions League, 1 Supercopa UEFA y 1 Copa Intercontinental. Además, ha levantado una Eurocopa UEFA y 1 Copa Mundial FIFA con su selección nacional.
A nivel individual Iker Casillas es considerado el mejor portero del mundo y uno de los mejores de la historia, pero ha perdido el puesto de titular por decisión de su entrenador, José Mourinho. Siendo el capitán del club y de la selección, el mejor portero del mundo y el jugador más respetado y adorado de todo el país, opinión unánime entre aficionados y rivales por igual, ¿qué razones podría tener un entrenador para no considerar a Casillas indiscutible bajo los palos? ¿Se ha vuelto loco Mourinho? La prensa española acusa al entrenador portugués de ser egocéntrico, desvergonzado e irrespetuoso para con el club, sus jugadores y sus fanáticos, mientras estos últimos acusan a Mourinho de ensuciar la limpia imagen y el famoso señorío del que la entidad blanca ha gozado y presumido durante años.
A la hora de defender o acusar a Mourinho debemos tener en cuenta el contexto creado al inicio de este artículo. Antes de la llegada del portugués a Chamartín el Real Madrid se vio apeado de la máxima competición continental durante 8 años consecutivos en octavos de final; aquella que fue la principal y única razón por la cual ganó su prestigio en un principio había desaparecido para abrir un período oscuro en la historia del club, constantemente humillado en el campo de juego y, habiendo dejado clara la importancia del resultado deportivo dentro del ciclo económico de un club de fútbol, este período se puede considerar un fracaso con letras mayúsculas. Si además de eso agregamos que justo el año 2009 vio al FC Barcelona lograr el histórico Triplete de Guardiola (eventualmente completado con otros 3 títulos para firmar un año solar perfecto) tenemos la pesadilla más turbia del fanático merengue hecha realidad, el Madrid se hundía en la depresión luego de haber invertido más de 250 millones de euros mientras el rival reía y se bañaba de gloria. Incluso el Atlético de Madrid ha levantado más trofeos internacionales que el club blanco en la última década.
La situación era crítica y requería medidas de excepción, reformas estructurales profundas que muy probablemente agitaran los cimientos sobre los cuales se había construido el club. El tiempo lo cambia todo y sólo la capacidad de adaptación le permite al fuerte sobrevivir. Florentino Pérez tomó la drástica decisión de contratar al que era en el momento el mejor entrenador del mundo, fresco ganador de la UEFA Champions League (Triplete incluido) con el Internazionale luego de derrotar justamente al Barcelona de Guardiola, el enemigo público número uno en las gradas del Bernabeu. Pero traer al entrenador de Setúbal implicaba renunciar a ciertos aspectos que durante años fueron consolidados como intrínsecos a la cultura ya no sólo del Madrid sino de la misma nación española. Justo en pleno auge del movimiento futbolístico que dio vida a la actual selección bicampeona de Europa y Campeona del Mundo llegaba a Chamartín un personaje único, especial y bastante polémico, quizás demasiado para una afición como la merengue que se considera a su vez la crema del pastel. Gracias al gran impacto mediático que causa José Mourinho era conocido para todo el mundo su estilo de comunicación y su metodología de trabajo. Solo un ignorante se hace llamar periodista si le resulta una sorpresa lo que ha hecho el portugués en sus 3 años al mando del Real Madrid.
Volviendo a Casillas, hay que decir que dentro del campo el capitán es un ejemplo sin discusión, su rendimiento es siempre alto y su comportamiento siempre correcto, posee reflejos felinos y sirve siempre de ejemplo para sus compañeros, pero nadie es perfecto e Iker no es la excepción, el gigante de Móstoles deja sus pecados fuera del verde donde nos recuerda que es también humano. Iker Casillas es además de un enorme portero, un grandísimo chivato. En España, el término chivato es sinónimo de delatador, acusador y soplón, aquel que conoce información confidencial de una persona o grupo de personas y sin debida autorización la filtra a terceros con conocimiento de causa.
Repasemos la siguiente sucesión de hechos:
- 22 Enero 2012 – El diario Marca publica en su portada una discusión que involucra a Sergio Ramos, Iker Casillas y José Mourinho, luego de un partido de Copa del Rey ante el Barcelona. Según el diario hay fuertes diferencias de opinión entre Mourinho y los capitanes.
- 02 Mayo 2012 – El Real Madrid obtiene el título de Liga luego de derrotar al Athletic Club 0-3 en Sam Mamés. José Mourinho es elevado en brazos por sus jugadores.
- 15 Septiembre 2012 – Mourinho declara que «en estos momentos no tiene equipo” y que “dos o tres cabezas no piensan como el colectivo» luego de una derrota liguera por 1-0 en Sevilla. Ramos declara ante la prensa que «todos somos culpables«.
- 18 Septiembre 2012 – Sergio Ramos, uno de los capitanes, es relegado al banco de suplentes por decisión técnica en el debut del Madrid en Champions ante el Manchester City. El Madrid vence 3-2 en un partido agónico.
- 16 Diciembre 2012 – El periodista Antón Meana publica en el diario Marca una conversación suya con José Mourinho llevada a cabo el día anterior en una habitación contigua a la sala de prensa del Bernabeu. En dicha conversación, Mourinho llama a Meana «periodista de mierda» y asegura que en el vestuario “hay tres ovejas negras que joden al grupo«.
- 22 Diciembre 2012 – El capitán Iker Casillas es relegado al banco de suplentes por decisión técnica en un partido de Liga que el Madrid pierde 3-2 en Málaga. Ramos declaraba ante la prensa estar sorprendido pues «Iker es nuestro capitán» y Mourinho aseguraba que la suplencia de Casillas fue simplemente “una decisión técnica del entrenador”.
- 23 Enero 2013 – Iker Casillas regresa a la titularidad debido a la suspensión de Adán pero se lesiona en un partido que el Madrid empató 1-1 en Valencia. Casillas es operado y estima estar 3 meses fuera del campo.
- 24 Enero 2013 – El diario Marca asegura en su portada que los capitanes del Madrid le dieron un ultimátum a Florentino durante la cena de navidad donde «transmitían que jugadores importantes pedirán el traspaso si Mou sigue el año próximo». Florentino Pérez desmintió la información de inmediato.
- 26 Enero 2013 – El Real Madrid ficha a Diego López del Sevilla por 3,5 millones de euros para suplir la baja de Casillas por lesión durante 3 meses.
- 29 Enero 2013 – La periodista Sara Carbonero afirma en la cadena mexicana Televisa que «los jugadores del Madrid no comulgan con el entrenador y hay división en el vestuario«.
- 29 Marzo 2013 – Iker Casillas obtiene el alta médica pero no el alta competitiva y no es convocado porque «todavía no está al cien por cien pero está entrenando bien» según Karanka, asistente de Mourinho. Casillas no vuelve a jugar un partido oficial esta temporada.
Cada persona tiene derecho a interpretar la situación como lo desee, pero los hechos son irrefutables. José Mourinho tenía serios problemas con Ramos y Casillas desde el principio debido a diferencias de pensamiento en cuanto a la gestión deportiva y comunicacional del club se refiere, algo evidente con o sin filtraciones de información. Como capitanes, los dos internacionales españoles tienen la responsabilidad de ser un ejemplo de comportamiento y disciplina para sus compañeros de vestuario, siempre y cuando dicho comportamiento no vaya en contra de la política establecida por la gerencia de la empresa, en este caso el presidente del club.
Hemos establecido que el Real Madrid es, además de un club de fútbol, una empresa. Los jugadores cobran un salario (bastante jugoso por cierto) y reportan impuestos a Hacienda, como cualquier otro ciudadano europeo, por lo que le deben obediencia a un contrato laboral firmado y registrado. Imaginen que yo tengo un problema con mi jefe y al día siguiente sale mi pareja, reportera de profesión, revelando en televisión internacional los detalles de mi discusión, algo que sucedió entre cuatro paredes y es considerado pertinente sola y exclusivamente a los empleados de la empresa. Hay un evidente conflicto de intereses pues el reportaje perjudica la reputación tanto del Real Madrid como de Casillas y Carbonero. El capitán del Madrid no debió nunca permitirle a Su pareja realizar ese reportaje, asumiendo que el portero consintió dicho acto o tenía injerencia en el asunto, pero más importante aún es que ella jamás debió permitirse hablar del tema por no respetar la imparcialidad inherente a su labor. Eso no se llama periodismo sino sensacionalismo, una falta de respeto a mi profesión.
Sin embargo, el verdadero imputado en este caso no es el buen Casillas aunque filtre información a periodistas, ni tampoco Ramos aunque haya pasado la temporada desconcentrado, ni siquiera Carbonero a pesar de su falta de profesionalismo. El verdadero culpable de los problemas del Real Madrid es aquel que trajo al entrenador portugués en un principio: Florentino Pérez. Mourinho fue traído para lograr dos objetivos claros: acabar con la hegemonía del Barcelona en España y regresar al Madrid a su trono en Europa, trayendo al club blanco un modelo inglés de gestión deportiva que se consolidó con el despido de Jorge Valdano, Director Deportivo en aquel entonces durante el verano 2011. La pirámide empresarial tiene a Florentino a la cabeza, el único hombre con poder de decisión para aumentar o disminuir la influencia que pueda llegar a tener el entrenador en la institución, de modo que cuando Ramos, Casillas o cualquier empleado critica ante la prensa a su directo superior es responsabilidad de Florentino lidiar con el problema y resolverlo de manera tajante, pero la situación ha escalado gracias a la pasividad del presidente.
Florentino es un genio de la inversión, las finanzas del Real Madrid son un ejemplo a seguir pues el club es una mina de oro gracias a la visión del presidente pero a la hora de gestionar el personal de una empresa su fracaso ha sido igual de rotundo. Traer a Mourinho implicaba darle la posición de Manager Deportivo, es decir, seguir el modelo inglés que mantuvo a Ferguson más de dos décadas al mando del United. Mourinho le respondería directamente al presidente y nadie más. Si en algún momento al portugués se le fue la mano con la línea comunicacional del club era también responsabilidad del presidente controlarlo.
Las opciones de Florentino eran simples: apoyar a Mourinho significaba darle el ultimátum a los jugadores, a comportarse y callarse, a seguir las instrucciones del entrenador y cumplir con el contrato de trabajo pues cada uno debe conocer su lugar en el mundo incluidos los utileros, jardineros y cualquier empleado del club, ninguno debe revelar información confidencial del vestuario sin autorización previa. Si por el contrario le pareció que Mourinho sobrepasó sus límites y se excedió, pues el ultimátum debió ir directamente al entrenador, a restituir a Iker bajo los palos y restablecer las jerarquías dentro del vestuario, prácticamente forzando al entrenador a negociar una renuncia o una rescisión del contrato, admitiendo ante la prensa que el despido de Valdano y el formato inglés había fracasado pero era su responsabilidad repararlo, aunque eso le cueste la confianza de los socios en las próximas elecciones. Un jefe debe tomar decisiones difíciles y alguien saldrá siempre perjudicado pero lo que nunca debe hacer es no tomar ninguna decisión. Florentino es un gran empresario y también un jefe mediocre, como cualquier político.
Podemos estar o no de acuerdo en gustos, para eso somos libres. A mí me gusta la forma en que Mourinho gestiona deportivamente sus equipos, logra sus objetivos y mantiene un alto nivel de competitividad, pero también se equivoca cuando se excede en su acto y raya en comportamientos infantiles (me refiero al incidente del dedo con Tito). Sin embargo, no es Mourinho el malo de la película ni mucho menos el único que comete errores, simplemente es el blanco favorito de la mediocre prensa española pues a nadie le parece incorrecto que Iker y Ramos rompan con los códigos empresariales y profesionales porque son ídolos campeones de Europa y el mundo con la selección, un reflejo de la sociedad española que antepone el escándalo y el sensacionalismo a los principios. De hecho, nadie le critica a Florentino el hecho que haya permitido semejante show justo en los momentos más delicados de la temporada, cuando el club está por disputar la final de la Copa del Rey ante el Atlético en el Bernabeu mientras la afición se preocupa por criticar a Mou en lugar de apoyar a los jugadores.
¿Qué sucederá a continuación? Todo volverá a la aburrida normalidad. Es fácil ver que se ha creado un ambiente poco agradable para el portugués, así que lo más probable es que decida fichar por su antiguo club donde la prensa le ofrecerá el respeto y el profesionalismo que en España brilla por su ausencia, la afición cantará su nombre en el estadio y eventualmente podría hasta ganar la Champions, quizás derrotando al Madrid en el camino. Por supuesto, hablo del Chelsea. Iker regresará a la titularidad de inmediato y nadie recordará que es un chivato, algunos jugadores probablemente se marcharán sea quien sea el nuevo entrenador y la afición sólo recordará a Ramos por su penal “a la Panenka” en la Euro 2012, nadie recordará los goles que el Madrid sufrió por su falta de concentración. Sara Carbonero seguirá siendo una periodista poco profesional pero no perderá su trabajo, probablemente cubrirá la Confecup desde Brasil mientras que Neymar llenará las portadas de Marca durante todo el verano igual que en 2011, siempre que no juegue la selección española. El Madrid difícilmente llegará a cuartos de final en Champions el año próximo, el Barcelona volverá a ser campeón de Liga, el Atlético de Simeone romperá el maleficio esta noche en el Bernabeu y el año que viene probablemente sea competitivo en Europa. Al final, luego de caer en octavos de Champions nuevamente y sufrir una humillación en el Clásico ante el Barça de Tito la afición del Bernabeu le pedirá a Florentino que traiga de vuelta a José Mourinho.
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