A poco más de veinte semanas del comienzo de la Copa del Mundo Brasil 2014 todos los preparativos corren contrarreloj. El gobierno de Brasil aún debe terminar seis de los doce estadios que se utilizarán durante la competencia y una serie de obras para garantizar la conectividad entre ciudades. Un halo de incertidumbre y preocupación recorre las oficinas de la FIFA en Zurich.
El 12 de junio, el partido inaugural entre las selecciones del Grupo A Brasil y Croacia dará oficialmente comienzo al Mundial 2014. Está previsto que ese encuentro se juegue en el Estadio Arena de Sao Paulo, uno de la media docena de estadios mundialistas que todavía restan finalizar. En los últimos meses, dirigentes de la FIFA como Joseph Blatter y Jérôme Valcke han manifestado su intranquilidad respecto a los atrasos en las obras. «Es el país que ha presentado más retrasos desde que estoy al frente de la FIFA”, sostuvo Blatter en diálogo con el periódico suizo Lausana 24 Heures.
Las autoridades brasileñas, con la presidenta Dilma Rousseff a la cabeza, aseguran que todos los campos de juego estarán listos para el mes de abril, pero también reconocen que muchas reformas en aeropuertos, buses y autopistas, pensadas para facilitar el desplazamiento de los miles de aficionados que viajen para alentar a sus seleccionados, no estarán terminadas. El gobierno de Brasil ha admitido que, a cinco meses del inicio de la competencia, sólo se ha concretado el 7% de las obras, un porcentaje bajísimo. Este retraso puede causar muchos problemas dado la gran cantidad de público que se espera. Se trata de la Copa del Mundo récord en solicitud de entradas. En el sorteo realizado por la FIFA para tickets para partidos de la primera ronda hubo 6 millones de solicitudes. En Sudáfrica 2010 esa cifra trepó apenas a 1,3 millones.
El Arena de Sao Paulo y el Arena da Baixada en la ciudad de Curitiba son los dos estadios que presentan mayores demoras. El de Sao Paulo, donde se jugará el partido inaugural, tiene previsto entregarse terminado en el mes de marzo. Integrantes de la FIFA visitaron las instalaciones la semana pasada y dieron el visto bueno a la obra. El Arena da Baixada en Curitiba, en cambio, atraviesa por una situación crítica. Si bien tiene previsto entregarse el 26 de marzo próximo, los enviados de la FIFA no se llevaron la mejor impresión del estado de la construcción, y en declaraciones a la prensa Vackle ha puesto en duda si será sede en el próximo mundial. Todo dependerá del avance en las obras. La FIFA ha puesto el 18 de febrero como fecha límite para tomar una determinación. En ese estadio se jugarán cuatro partidos de la primera fase: España vs. Australia, Honduras vs. Ecuador, Irán vs. Nigeria y Argelia vs. Rusia. Cada mes represantes de la FIFA harán visitas mensuales a este y otros estadios para controlar el estado de las remodelaciones.
Otro gran interrogante en Brasil es el estado en que llegará el césped de los estadios. Algunos fueron instalados tarde, con poca adaptación, y otros no han sido siquiera colocados y deberán ser trasplantados. Un antecedente inquietante de estos casos es la Copa América Argentina 2011. En aquel entonces, el césped del Estadio Ciudad de La Plata, inaugurado para aquella competición, estuvo en pésimo estado y recibió quejas de todos los seleccionados de la CONMEBOL. El tiempo de adaptación no fue suficiente, el pasto no asentó, la pelota no corría bien por el campo de juego y esto trajo riesgos de lesiones graves. Fue un constante dolor de cabeza para la organización. Este es otro punto al que deberemos estar atentos durante el mundial.
En medio de este panorama de inquietudes, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, viajará a Zurich junto al Ministro del Deporte, Aldo Rebelo. Allí se reunirán con el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. Más allá de la foto protocolar que veamos de ambos mandatarios, el mandamás de la FIFA querrá asegurarse y obtener un compromiso de la Presidenta de Brasil de que todo marchará bien y las obras se terminarán sin problemas.
No Hay Comentarios