La República Democrática del Congo es un equipo algo extraño. Esta selección es considerada como una de las mejores plantillas del torneo por los jugadores que dispone, ya que mezcla futbolistas con experiencia en Europa con otros del TP Mazembe, uno de los clubes africanos más potentes. Eso ha provocado que lo mínimo exigible sea llegar a las eliminatorias, porque calidad individual poseen. No obstante, el equipo de Claude Le Roy se encuentra al borde del abismo y hoy está obligado a ganar a Malí, rival directo, para estar en los cuartos de final de la CAN.
Esta situación crítica tiene su origen en el empate de la segunda jornada ante Níger, un equipo modesto que sólo ha jugado dos veces la Copa de África, precisamente en las dos últimas ediciones. Han demostrado una notable mejoría respecto al año anterior, sobre todo con un sistema defensivo mucho más fiable, pero no deja de ser un equipo menor. El ejemplo más claro es que sólo tienen a dos futbolistas que juegan en Europa: N’Gounou, que lo hace en Suecia, y Moutari, un chaval de 19 años que (apenas) juega en el filial de Le Mans. A ellos se le suma Moussa Maazou, un futbolista que ha pasado sin pena ni gloria por CSKA de Moscú, Mónaco o Girondins de Burdeos antes de aterrizar en el Etoile du Sahel tunecino.
La RD Congo fue incapaz de superar al conjunto nigerino, que siempre tuvo el partido donde quiso, y no pudo aprovechar el empate cosechado en la primera jornada ante Ghana, a la que levantó un 2-0 en contra. A diferencia del primer partido, los de Le Roy fueron un equipo plano y previsible, en el que los jugadores de tres cuartos de campo apenas aparecieron y dejaron a Mbokani luchando en solitario ante la defensa contraria, muy bien armada. Crearon pocas ocasiones y la sensación fue que el empate de la segunda jornada no fue un accidente, ni tampoco mala suerte, fue por méritos futbolísticos de su rival. Y pudo haber sido peor.
Todo lo que no sea ganar a Malí no le vale a la selección de Le Roy en la tarde de hoy. Por esta razón la República Democrática del Congo necesitará la clase de Mputu, los goles de Mbokani y lo que aporte desde segunda línea Mulumbu, además de no conceder ocasiones con facilidad. O los congoleños demuestran todo su potencial o van a pasar de llevar colgada la etiqueta de “equipo revelación” a la de “decepción del torneo”. Y enfrente tendrán un rival incómodo que no va a arriesgar más de la cuenta, pues con el empate está en los cuartos de final.
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