El Chelsea de Villas-Boas no está considerado uno de los principales candidatos para ganar la Premier League. Sin embargo, el equipo de Londres ha dado este año un salto cualitativo y si las cosas no se tuercen pueden suponer un problema para los dos equipos de Manchester, que a priori parten con ventaja con vistas a levantar los trofeos a final de temporada.
Tras varios años no tan exitosos como podría haber sido esperado bajo el mando de Carlo Ancelotti, la llegada del joven entrenador portugués Villas-Boas ha supuesto un cambio de rumbo para los “blues”. Un nuevo esquema, un cambio de estilo de juego, muchos menos directo, y los fichajes de jugadores jóvenes para efectuar un relevo generacional que el club londinense venía necesitando con urgencia.
La incorporación de Juan Mata ha sido clave en la renovación del Chelsea. El asturiano posee la técnica y la clarividencia necesarias para ser el factor diferencial, y ya han sido varios partidos que el exjugador del Valencia ha resuelto gracias a una genialidad. Desenvolviéndose como interior en un 4-3-3, pero con gran libertad de movimientos, Mata es el encargado de ejercer de enganche entre el medio del campo y la delantera gracias a su calidad para el juego combinativo.
Otra de las mejoras de este Chelsea es la introducción del joven Sturridge en el once titular. Tras pasar medio año cedido en Bolton, el extremo inglés ha madurado y está demostrando que no se le queda grande el Chelsea y la llamada de Capello para la selección británica es inminente. Con Mata y Sturridge, el mundo puede volver a disfrutar de un Fernando Torres a su máximo nivel. Si bien es cierto que las cifras goleadoras del delantero español todavía dejan bastante que desear, la mejora en su juego hace presagiar una temporada de éxito.
Esta línea de tres ha dejado en el banquillo a dos jugadores que durante años anteriores tuvieron un peso esencial en el Chelsea. Se trata de Malouda y Drogba. El nivel de ambos futbolistas está en franca decadencia y ya comienzan a notar el peso de la edad y la exigencia de la alta competición, aunque evidentemente el talento nunca se pierde y todavía pueden ser muy útiles para el equipo de Villas-Boas. Lo mismo ocurre con Lampard, cuyo inicio de temporada ha sido bastante decepcionante.
Sin embargo, la mejor noticia del equipo está en la creación de juego. Tras la imposibilidad del fichaje de Luca Modric, el poderoso Abramovich decidió incorporar in-extremis a Raúl Meireles. El mediocentro portugués aporta coherencia en la salida de juego de los “blues”, que unida al buen momento de Obi Mikel -que por fin parece dar la talla- y un criticado pero muy válido Ramires, otorgan al Chelsea un mayor brillo que durante años anteriores. Además, en el banquillo esperan dos de los mejores jugadores sub21 del mundo, el canterano Josh McEachran y el español Oriol Romeu.
En la zaga, el estado de forma de Bosingwa compensa el estancamiento de Ashley Cole, y el puesto de central sigue estando bien cubierto con el incombustible Terry, Ivanovic, o David Luiz. Bajo los palos persiste Petr Cech a la espera de que Courtois, actualmente demostrando su talento en el Atlético de Madrid, regrese al Chelsea para culminar una renovación total en una plantilla que apunta alto, y cuyo proyecto a largo plazo es tremendamente atractivo.
1 Comentario
Muy bueno el blog, te dejo el mio
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Nos leemos, saludos.