«Bendito problema, este«, otro de los tópicos de este mundillo. Cierto a veces, falso otras muchas. El caso del canario debe enmarcarse dentro del primer grupo a pesar de que al equipo le haya costado meses conjuntarse, compactarse y, al parecer, equilibrarse. Se acabaron los más de seis meses de sufrimiento mental y corporal. Ahora empieza otra lucha.
Un regalo en forma de pequeño inconveniente el que encuentra Carlo Ancelotti con la vuelta de la última perla extraída de la cantera blanca, Jesé. Sería un necio si pusiera trabas o pegas a la vuelta de esta —de momento— futura promesa canaria. Pero también mentiría si no admitiera tener más que dudas razonables sobre su acomodo al equipo que tan buena racha y entendimiento atesora en las últimas semanas. Evidente resulta el pensar que no será cosa de dos días ni sendos meses.
El técnico italiano ha sabido forjar dos sistemas con los que librar las batallas que se le presentan cada semana. El idílico 4-3-3 para jugar en casa contra rivales de supuesto menor calibre y el —parece ahora descubierto— 4-4-2 generador de equilibrio trasalpino y que tan buenos resultados dio el curso pasado y tan buen juego parece ir mostrando a ráfagas éste. Así, la pregunta es sencilla, ¿dónde incluir la vuelta de la velocidad del «20» del Real Madrid? La respuesta, meridiana. La invención de posiciones con este habilidoso y fugaz extremo no es una opción. Las gradas, el palco, la barra y el banquillo conocen de sobra las aptitudes y actitudes de este jugador, por lo que pocas variables hay a la hora de insertarlo en la maquinaria. Extremo, falso delantero o media punta son su hábitat natural. Ahí es donde más rendimiento se puede sacar a las características de, apodado dentro del vestuario, «Bichito«: rapidez y desmarque rompiendo líneas rivales.
Desde el club se envía el mensaje de que, en Copa, gozará de unos minutos para ir recuperando sensaciones. Ese será su particular camino en las próximas semanas, aunque me arriesgaría a afirmar que, muy probablemente, sea la tónica general hasta final de temporada a no ser que cualquier otra inoportuna lesión recaiga sobre la «BBC» o los reciclados James e Isco, que siguen rozando el nivel que se les presupone.
De un modo u otro, es otra alternativa para el italiano. Un soplo de aire fresco para una línea que terminará con las articulaciones demasiado castigadas de minutos. «Solo él sabe su techo«, han dicho. Es turno de demostrarlo.
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