«I’m on a roll». «Estoy en una racha». Lo primero que se me ha venido a la cabeza, al pensar un poco en la situación, ha sido el inicio del tema «Lucky» de la banda británica Radiohead. Y es que hay rachas positivas y negativas, pero la que está viviendo David Villa es, cuanto menos, curiosa. «El Guaje» es un delantero que siempre ha vivido por y para el gol, por lo que, cuando llevas cinco partidos sin anotar (sin tener en cuenta compromisos con la selección Española), las alarmas se disparan entorno a su persona.
Desde su llegada a Barcelona, Villa ha adoptado un rol nuevo para él, que ha sido el de jugar desplazado en la banda izquierda, aportando así gran movilidad en el ataque azulgrana, viéndose Leo Messi como el gran beneficiado de la electricidad del jugador asturiano. Ésto, aparte de ser una apreciación personal, está mas que demostrado en las estadísticas: desde la llegada del 7 en el Camp Nou los registros goleadores del argentino se han incrementado en sobremanera, hecho que, en gran parte, se debe a los espacios que le generan jugadores como Villa o Pedro, algo que no encontraba, por ejemplo, con Eto’o ni Ibrahimovic.
Pero no es suficiente. Cuando juegas en el actual mejor club del mundo y has costado 40 millones se te ha de exigir más. Y ahí es donde entra el aspecto goleador. Es evidente que pese a la gran labor desarrollada sobre el terreno de juego, Villa está pecando de poco acierto de cara a portería. Algo que, en contrapartida, choca con sus actuaciones con «la Roja». ¿Posibles explicaciones? para mi hay una y la más clara de todas: el papel que desarrolla. No es lo mismo ser la referencia en ataque que jugar para otros, como sucede en el Barcelona.
Aunque ahora esté muy de moda el debate sobre si Villa ha de seguir teniendo un hueco en el 11 inicial de Guardiola, sobretodo después del estallido de Isaac Cuenca, para mi no hay vuelta de hoja posible: si está en condiciones, ha de ser titular sí o sí. El máximo goleador de la historia con la selección, un jugador con una experiencia más que contrastada en grandes eventos,… son ingredientes suficientes para garantizar que el de Tuilla deba tener un puesto en la alineación.
Y como indica la misma canción: «I feel my luck could change». Yo también lo creo y confío en ello. A Villa le queda pólvora para rato y volverá a hacer las delicias de los aficionados culés de la mejor manera que él sabe, marcando goles. En «Can Barça» lo necesitan y por extensión en la selección española. Yo no tengo menor duda, cuando lo haga, “It’s gonna be a glorious day”.
1 Comentario
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