Tras varios días de incesantes rumores, el propio David Villa ha confirmado lo que ya era un secreto a voces: el Guaje abandona el Atlético de Madrid y la liga española para enrolarse en las filas del New York City de la MLS. De una forma muy elegante, como un señor, el asturiano se ha despedido de la que ha sido su hinchada durante esta temporada a través de un vídeo en el que ha agradecido el apoyo incondicional de la familia atlética, realizando una declaración de amor eterno hacia los colores rojiblancos.
Como aficionado colchonero, no tengo palabras más que de agradecimiento hacia Villa. Es cierto que su rendimiento en el terreno de juego no ha sido todo lo bueno que se esperaba, quizá algo mermado por un físico lastrado desde aquella fatídica lesión de tibia a finales de 2011. Pero es indudable que el compromiso, sacrificio y solidaridad con la que ha desempeñado su fútbol a orillas del Manzanares, es digno de admiración.
Además, los 15 goles anotados a lo largo del curso han sido claves (sobre todo aquellos dos logrados en Vigo ante el Celta) para que el Atleti haya vivido una de las mejores temporadas de su historia. Y qué decir de esa labor oscura en tareas defensivas que le han llevado hasta la más profunda extenuación en varios encuentros, siendo un ejemplo para todos sus compañeros. O ese hambre voraz de seguir obteniendo éxitos y títulos después de haberlo conseguido absolutamente todo en este deporte, contagiando a todos y cada uno de los miembros del vestuario.
El Atlético de la 2013/2014 es ya en un equipo de leyenda, y una pequeña parte de esta denominación se la debemos a David Villa Sánchez.
Por otra parte, y como seguidor neutral de nuestra Liga BBVA, el sentimiento que me produce la marcha del de Tuilla es de una profunda tristeza. A lo largo de las 11 temporadas en primera división (a las que habría que sumar otras cuatro en segunda con el Sporting), el ex de Zaragoza, Valencia, Barcelona y ahora Atleti, nos ha hecho disfrutar con cientos de goles espectaculares, provocando en todos nosotros un sentimiento de orgullo al poder presumir de que uno de los mejores delanteros del mundo es español.
Y por último, el pase de de David a una liga menor supone también su adiós a la selección española. El nivel competitivo de la liga estadounidense le apartará definitivamente de La Roja, y el 7 de España es consciente de que este de Brasil será su último gran torneo internacional. Probablemente su aportación al combinado nacional en el Mundial no pase de testimonial, pero su currículum le hará ser recordado como uno de nuestros mejores jugadores de siempre. Y en su poder queda un record que difícilmente podrá ser superado: máximo goleador histórico con la elástica española.
Por todo esto y mucho más, gracias por todo Guaje.
1 Comentario
La gente no para de hablar del gol de Iniesta o la parada de Casillas en la final ante Holanda, pero muy probablemente, sin Villa no se hubiese llegado a esa final. Fue el abrelatas hasta semifinales. En la fase de grupos ante Honduras y Chile, y tanto en octavos como en cuartos ante Portugal y Paraguay en unos partidos atascadísimos.
Ya sabemos como funciona esto. Villa no tiene tantos amigos como otros entre la prensa y eso hace mucho en un sentido u otro.
Enhorabuena Pablo por el artículo y suerte a Villa allá donde vaya.