Han hecho historia y lo saben en Parramatta. Segundo club australiano que alcanza esta final desde que cambiaran la confederación oceánica por la asiática. Sólo Adelaide United ha llegado hasta aquí en 2008 y cayó por un global de 5-0 ante Gamba Osaka, perdiendo los dos encuentros de la final.
Para añadir más datos a la gesta, Western Sydney fue fundado en 2012. Sólo han disputado dos ediciones de la A-League australiana y sólo han conocido un entrenador. Tony Popovic se hizo cargo del club desde el primer día y aquí sigue y ya ha sido designado como mejor entrenador de la liga en una ocasión.
Dos ligas y dos veces finalista de la fase final del campeonato doméstico en Australia. Debutante en esta AFC Champions League y, como mínimo, finalista. Todo lo que sea batir a los saudíes será un hito en el universo del fútbol australiano. No tiene nada que perder, ya ha rendido por encima de lo esperado, pero quiere más y utilizará las armas que le han traído hasta aquí para lograrlo.
El camino a la final
También clasificado de forma directa para la fase de grupos, la saldó con cuatro victorias y dos derrotas, clasificando junto a los japoneses de Kawasaki Frontale con doce puntos ambos y superando a los coreanos de Ulsan Hyunday con siete y a los chinos de Guizhou Renhe que sólo pudo sumar cuatro.
El momento crítico que todo equipo pasa a lo largo del torneo lo tuvieron los saudíes en la fase de grupos. El conjunto australiano tuvo la eliminación bien cerca en los octavos de final. En esa ronda el cruce le emparejó con el campeón nipón, Sanfrecce Hiroshima. En la ida disputada en Hiroshima el resultado fue de 3-1, ese gol marcado por Juric de penalti era un tesoro, pero el resultado era duro y no fácil de remontar. En la vuelta salió la magia de la que ha disfrutado el conjunto australiano en los cruces. Victoria por 2-0 con el gol que le daba el pase en el minuto 85; Brendon Santalab era el héroe.
En cuartos un reto aún mayor. El vigente campeón y todopoderoso Guangzhou Evergrande de Marcello Lippi, Diamanti, Gilardino, Gao Lin y Elkeson. Tras el 1-0 de la ida en Australia, de nuevo un gol de Tomi Juric de penalti fuera de casa valía su peso en oro. En China, ante el gran favorito de las apuestas, el conjunto novato fue capaz de aguantar y resistir. 2-1 final que le daba el acceso a las semifinales.
En la penúltima ronda, otro hueso. Si en cuartos era el campeón, en semis era el subcampeón. FC Seoul, con su juego de posesión, de ataque por banda, con Everton Santos, con Mauricio Molina y con Sergio Ariel Escudero. Un equipo coreano que ataca por sistema la supuesta debilidad de Western Sydney, las bandas, pero que es incapaz de llegar con claridad y crear ocasiones en Seúl. Un empate a cero en la ida y todo pendiente para la vuelta. En la vuelta, un gol al poco de comenzar el partido aprovechando un rechace de una falta lateral obra de Mateo Poljak dejaba el encuentro, y la eliminatoria, justo donde había planeado Popovic. A partir de aquí, repliegue intensivo, trabajo de destrucción y a buscar la contra que sentencie. Y la encontraron, minuto 64 y Shannon Cole marca el definitivo 2-0. A la final.
Idea de juego
Si por algo ha destacado Tony Popovic en estas temporadas al frente de Wanderers es porque ha sabido maximizar sus recursos. No tiene una plantilla amplia, tampoco excelsa en el aspecto técnico, pero es indudable que exprime hasta la última gota de jugo a sus jugadores. De hecho, en el banquillo del partido de vuelta de la semifinal había tres jugadores de veinte años o menos, Yianni Perkatis (20), Jaushua Sotirio (18) y Daniel Alessi (17).
Un portero veterano que no concede alegrías como es Ante Covic, dos centrales rocosos y muy interesantes en el juego aéreo como Brendan Hamill y Topor-Stanley, laterales con más virtudes defensivas que ofensivas a los que se añade un doble pivote con clara misión destructora formado por Mateo Poljak y el italiano Iacoppo La Rocca. Por delante, la línea de tres medias puntas, zona en la que se sitúan los peloteros de la plantilla y un delantero sobrio, que no destaca especialmente por su calidad pero que aporta sacrificio y trabajo.
Defensivamente nos vamos a encontrar, nuevamente, un equipo replegado de forma muy clara en campo propio, con una atención especial sobre el jugador más determinante en tres cuartos del rival, Thiago Neves, y buscando cortar las líneas de pase del oponente como ya hicieron sobre Evergrande y sobre FC Seoul en las dos rondas anteriores.
En ataque veremos rápidas salidas en contragolpe. Wanderers buscará, una vez recuperado el esférico, una salida rápida sobre alguna de las medias puntas, preferentemente sobre la media punta, bien sea este Vitor Saba o Brendan Santalab, y continuar la rápida transición con la velocidad de los demás jugadores de ataque. Posesiones cortas, transiciones rápidas buscando aprovechar el desorden rival al recuperar en campo propio y buscar las acciones a balón parado para aprovechar el poderío aéreo de los centrales serán las bazas que veremos desarrollar al conjunto de Tony Popovic.
La ida es en Australia, pero que nadie espera alegrías de los locales. En la cabeza de Tony Popovic seguro que está como objetivo el no recibir, el mantener la eliminatoria igualada hasta los últimos minutos del partido de vuelta. El premio es muy elevado, no sólo la Champions League, a la vuelta de la esquina está el escaparate del Mundial de Clubes que se disputará en diciembre en Marruecos.
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