Esta noche (20:45 h.) se disputa en el Camp Nou el partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga de Campeones, el cual enfrentará al Barcelona con el Ajax de Ámsterdam. El envite entre estos dos históricos europeos sólo guarda dos precedentes, precisamente de la temporada pasada, en la que también coincidieron en la fase de grupos. En el partido de ida en el Camp Nou, el Barcelona venció por 4-0, sin embargo, el último de los dos precedentes de este envite acabó con victoria holandesa en Amsterdam (2-1) y escuece demasiado en la memoria culé.
Ese día, los principios combinativos del juego del Barça, así como la presión asfixiante a la salida del balón —heredados precisamente del conjunto neerlandés—, sólo se vieron por parte de un equipo y no fue el que iba de azulgrana. El equipo de Frank de Boer dio una auténtica lección al por entonces timorato Barça de Martino, ganándole no sólo por empuje, sino practicando un fútbol bastante notable. El Barça se fue al descanso con un soberano 2-0 en el marcador y acabó mostrando la incapacidad supina que solía mostrar el conjunto culé la pasada temporada, siendo sólo capaz de dominar el encuentro una vez que el Ajax se quedó con diez jugadores.
Es probable que a los más jóvenes este duelo no les diga nada, pero hay que recordar que hace no tanto, el Ajax era el espejo en el que se miraba el Barcelona. Esta búsqueda por lograr un equipo campeón desde los principios de un fútbol vistoso y sostenido principalmente en la cantera, tuvo su inicio, quizás, en el Ajax tricampeón de Europa en los ’70. Su entrenador, Kovacs, (rumano que sustituyó en el banquillo holandés a Rinus Michels), definiría para este gran Ajax las bases del llamado fútbol total, que acabaría puliendo el propio Michels en la selección holandesa que fue subcampeona del mundo en el ’74 (conocida para siempre como la Naranja Mecánica).
Precisamente sería Michels el primer gran entrenador holandés en pasar por el banquillo del Barça, avalado por sus ideas y conceptos revolucionarios para el fútbol de entonces. Cruyff y un año más tarde Neeskens, también acabarían jugando en el Camp Nou. El balance de títulos durante esos años no fue desmesurado, aunque ganar la Liga tras 14 años sin olerla fue un absoluto respiro y sirvió para conservar el modelo y buscar una identidad de juego y de cantera. Esta identidad convivió con las dudas hasta que terminó de forjarse con la llegada, cómo no, de Johan al banquillo azulgrana. Su apuesta por este modelo Ajax sería tan tozuda que casi le cuesta el puesto en su primer año, pero finalmente daría al club su primera copa de Europa en el ’92, con el gol de Koeman, engarzando además cuatro ligas consecutivas. Los años post Cruyff fueron duros, pero el modelo ya estaba fijado.
Con la llegada de Van Gaal primero —que consiguió la cuarta Copa de Europa para el Ajax— se intentó reeditar el éxito. El equipo se llenó de oranjes que en su mayoría habían militado en el club de Ámsterdam; sin embargo, no fue posible. Más tarde otro holandés (campeón de Europa de selecciones bajo la batuta de Rinus Michels) alcanzaría por fin el ansiado cetro continental con una base fuerte de cantera y con un fútbol de ataque vistoso y alegre. Era Rijkaard. Y el final de la historia es por todos conocida, la consagración absoluta del modelo de Kóvacs, de Michels y de Cruyff, tuvo lugar de la mano de un noi criado en la cantera azulgrana, amante de los conceptos del fútbol holandés y discípulo aventajado de Johan. Pep Guardiola sublimó la idea de toque y de fútbol total y afinó más que nunca la sinfonía que vino de Ámsterdam. Le concedió al Barcelona la época más esplendorosa de su longeva historia y condensó este esplendor en las dos vertientes que más hacen disfrutar de este deporte: el juego y los títulos. Todo ello ligado a una cantera que se desató ofreciendo la mejor hornada que se recuerde en mucho tiempo y que tuvo en el de Santpedor a algo más que un valedor.
A día de hoy y tras haber puesto la primera piedra hace 40 años, el Barcelona tiene en sus vitrinas las mismas copas de Europa que el Ajax, y se enfrenta al reto de recuperar con Luis Enrique la senda de la victoria desde un modelo que no se discute. El Ajax, por su parte, intenta reponerse de estos años duros, en los que sigue buscando su sitio entre los grandes de Europa, ya que a pesar de su bagaje histórico, en esta competición no puede mirarles de igual a igual. Eso sí, nadie podrá quitarles haber sido los pioneros, haber tenido la idea primigenia de un estilo que ha marcado tanto a un club que lo ha tomado como propio, pero que todo culé sabio agradecerá de por vida a un país, Holanda, y a un club: el que mañana ejercerá de visitante en el Camp Nou.
No Hay Comentarios