Hace ya 6 años de aquella noche en Viena cuando la Roja cogió al toro por los cuernos y empezó una corrida que terminaría con la consagración de Kiev 2012, pasando por la corona mundial de Johannesburg en 2010.
Durante 4 años España vivió la etapa dorada de su deporte. Rafael Nadal ganó una medalla de oro Olímpica en Pekín 2008 y llegó a la cima del Ranking ATP convirtiéndose en el ídolo de todo un país y la imagen por excelencia de empresas multinacionales. Fernando Alonso firmó por la Scuderia Ferrari, la más prestigiosa del mundo automovilístico, cumpliendo el sueño de cualquier niño que desea ser piloto cuando sea mayor, con toda la publicidad que ello implica. Pero fue la Selección española de Fútbol, que acaba de renovar patrocinio con Seguros de Coche Pelayo, la que se llevó el premio más gordo en todo este negocio por haber dado el primer paso, y todo nació de aquel gol de Torres.
Esta noche se vuelven a ver las caras en el Estadio de Balaídos los últimos dos monarcas del planeta fútbol. No veremos la mejor cara de la selección dirigida por Joachim Löw pues son muchas las ausencia importantes. El once probable sería un 4-2-3-1 con Zieler en puerta; Rüdiger, Höwedes, Mustafi y Durm en defensa; Khedira y Kroos en el doble pivote; Götze, Müller y Podolski en la mediapunta; arriba Volland. Del otro lado estaría una nueva versión de la selección española propuesta por Del Bosque llena de cambios: 4-2-3-1 con De Gea en puerta; Azpilicueta, Piqué, Ramos y Bernat en defensa; Busquets y Bruno en el doble pivote; Raúl García, Isco y Nolito en la mediapunta; arriba Morata.
El dominio de España en el plano futbolístico fue absoluto. Con Luis Aragonés primero, y Vicente Del Bosque después, el conjunto ibérico ha acumulado récords, trofeos y honores en cantidades, enamorando al mundo con su estilo único de juego. Tal ha sido la influencia de este equipo que incluso selecciones más grandes y con más tradición han tratado de imitarla. Italia lo intentó de la mano de Cesare Prandelli, pero el proyecto fue un fracaso rotundo que acabó con un gol de Godín y un mordisco de Suárez. Sin embargo, la historia ha sido mucho más curiosa en el caso de Alemania.
La final de la Euro 2008 en Viena enfrentó a dos selecciones que necesitaban un título como aire para respirar, por diferentes razones. Ambas habían levantado su último trofeo (el único en el caso español) en este torneo; Alemania en 1996 y España en 1964. Para los teutones se trataba de volver a una final luego de haber perdido la del 2002 ante Brasil en el mundial asiático, sin mencionar la decepción sufrida en casa ante los italianos en 2006. España, sin embargo tenía poco o nada que perder, excepto la confianza en sí misma, algo quizás más importante que la Copa Mundial FIFA.
Para una selección como la alemana, ganar es algo natural. Son campeones del mundo desde 1954, y desde entonces han ganado títulos regularmente, casi uno por década. Son considerados uno de los grandes en el mundo del fútbol y su reputación es ampliamente reconocida. España en comparación apenas había logrado un título europeo y hacía mucho tiempo de aquella época. Muchos fueron los combinados ibéricos que llegaron a un torneo importante con gran ilusión y se fueron a casa con las manos vacías, y sin saber en qué habían fallado. ¿Había sido la lista de jugadores? ¿Quizás la estrategia adoptada fue la incorrecta? ¿Será que nunca fuimos lo suficientemente buenos? Las dudas eran muchas y cada proyecto debía ser iniciado desde cero. Todo eso acabó en Viena.
El gol de Torres fue el fruto del proyecto que Luis Aragonés empezó en 2006 luego de otro fracaso mundial. La derrota ante Francia le enseñó el camino a “Papá Pitufo” quien sacrificó un par de nombres importantes (Raúl González Blanco, por ejemplo) en favor de un estilo y una idea bien clara, algo que el tiempo terminaría llamando tiki-taka. La creación de ese estilo le otorgó a España su propia escuela de fútbol, un medio con el cual podrán construir nuevos éxitos en el futuro, al igual que las demás grandes selecciones. Actualmente se encuentran en un período de transición y como en todo proceso el tiempo es un factor importante. Vicente Del Bosque deberá dar paso al próximo seleccionador luego de la Euro 2016 y la plantilla de jugadores ya empezó su renovación, que como bien explica Vicente Soto (@mattletisier) se trata de cambiar, pero no dramatizar.
Lo difícil ahora será encontrar ese equilibrio entre la ya mencionada escuela española y las nuevas características que aportará la gente recién llegada. Justamente ante Bielorrusia hace un par de días, en un partido de clasificación a la Euro 2016, España implementó un esquema nuevo con caras frescas buscando recuperar la efectividad del período dorado utilizando por primera vez en mucho tiempo estrategias ajenas a la escuela. El hecho de jugar con Pedro, Isco y Alcácer todos juntos de inicio marca un cambio bastante claro. Aunque la prensa insista en dibujar un 4-4-2, en realidad lo que se vio fue el mismo 4-3-3 dogmático de Del Bosque pero con importantes variantes gracias a las características de los tres jugadores mencionados. Isco no es zurdo, para empezar, lo que le otorga mayor capacidad para dominar ambos perfiles aun partiendo ligeramente de la izquierda. Pedro es un atacante muy vertical que llega bastante al fondo y mucho más acertado de cara al gol que Jesús Navas, uno de los habituales de Del Bosque hasta hace poco, y Alcácer es un 9 como los de antaño, bastante completo como lo fue Torres en sus años del Merseyside. La presencia de Koke también otorgó un dinamismo que hacía falta en el medio campo español para aumentar el tempo de juego gracias a su capacidad de cubrir espacios, recuperar balones y hacerlo girar sin pausa.
Los cambios de la nueva España la llevan un poco lejos de su escuela, a un juego menos parecido al del Barcelona que marcó la mencionada época dorada y más parecido al del Real Madrid actual (con un suave toque de Atlético), más directo pero sin renunciar a la posesión, algo necesario para explorar nuevas alternativas. Mientras tanto, la selección alemana disfruta de su mejor momento en más de dos décadas, pero para llegar a este punto recorrieron los mismos pasos que sus contrapartes ibéricos. Buscando nuevas alternativas a su escuela clásica, los teutones decidieron sembrar la semilla española en su patio y en el proceso se llevaron bastantes correctivos. Fernando Torres les dio la estocada en el 2008 en una contra mientras Puyol hizo lo propio de cabeza en un tiro de esquina; ambos goles representaban la fortaleza del juego alemán y fueron usadas como medio de su propia eliminación.
Las circunstancias han cambiado mucho desde entonces. Una vez finalizado el mundial de Brasil, hemos visto el testigo pasar de mano. Ante Holanda abdicó finalmente el Rey español, dominador del mundo durante un largo período de 6 años. Del mismo modo, ante Francia fue Alemania quien decidió dar el paso al frente y hacer suyo el trono que había quedado libre. Luego de varios fracasos, Joachim Löw encontró el camino correcto, aquel equilibrio entre la vieja escuela alemana y la nueva influencia española que tanto quiso adoptar. Regresar a Lahm a su rol de lateral y usar un 9 puro como Miroslav Klose fue la etapa final en la transición de la Nationalmannschaft, mezclando el buen control de balón de Kroos, Müller y Özil con el olfato del máximo anotador en la historia de los mundiales, dejando la defensa protegida bajo el mando del capitán.
Esta es la parte curiosa de la que les hablaba. Lo que Torres y Puyol iniciaron a fuerza de contragolpe y cabezazos se fue diluyendo entre pases y toques de Xavi a Silva, de Kroos a Müller, hasta que Götze lo rematara sutilmente de volea en Maracanã.
España inició su ciclo victorioso fusionando la fuerza alemana con su nuevo toque sutil. Hoy Alemania retoma su fuerza y la fusiona al toque español. Este es el verdadero cambio de ciclo del que tanto hablaba la prensa hace un tiempo. ¿Cuánto durará? ¿Hasta dónde llegará el nuevo monarca? ¿Qué sucederá en el verano galo del 2016? Las respuestas las encontraremos a lo largo del camino que empieza donde todo comenzó. Hasta entonces, que ruede la pelota.
No Hay Comentarios