«Vivir es lo más extraño del mundo. La mayoría de gente existe, sin más«. Con estas palabras, Oscar Wilde se declaraba caballero de la mesa redonda de la orden del Carpe Diem. Sin posicionarnos a favor o en contra de ese estilo de vida, lo cierto es que muchas personas no llegan jamás a cumplir sus sueños y objetivos. Son pocos los que se deciden a lanzarse sin paracaídas hacia el incierto sin que le depare el inquietante vacío. Mamen Blasco Contreras (Madrid, 1992) es una de ellos. Después de terminar Bachillerato, realizó un módulo de grado superior (TAFAD) y continuó sus estudios cursando INEF. Fue entonces cuando, tras haber compatibilizado los libros con el fútbol (habiendo jugado para Atlético de Madrid y Rayo Vallecano), puso rumbo a EEUU, donde en la actualidad estudia becada en Missouri y juega al fútbol (o soccer) en el equipo universitario.
Pregunta – ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol? ¿Lo veías como un hobby o como una profesión?
Respuesta – Yo creo que no tuve un inicio real en el fútbol, simplemente empecé a jugar desde que llevaba pañales. Nunca vi ni veré el fútbol como una profesión. Desde pequeña jugaba el mayor tiempo posible y ahora, debido a que no tengo tanto tiempo disponible, el fútbol me sirve como herramienta para distraerme y liberarme de todo lo que me rodea.
P – ¿Por qué crees que en España no se puede vivir del fútbol?
R – En primer lugar, porque ni siquiera tenemos contratos profesionales. Muchas jugadoras cobran dinero pero no bajo un contrato profesional de fútbol sino de otro tipo y aún bajo esta tipología de contrato no sería suficiente dinero para cubrir unas necesidades básicas.
P – ¿Tuviste que hacer frente a algún conflicto o barrera por practicar una actividad que aún en la actualidad se sigue viendo con naturalidad como algo más masculino?
R – El fútbol siempre ha tenido un origen masculino y es muy fácil ver a una persona con antiguos valores despreciando la figura del fútbol femenina. Somos de viejas costumbres y ver algo nuevo y diferente nos cuesta aceptarlo. Desde pequeña siempre he tenido alguna dificultad en este sentido, en los parques cuando quería jugar algún partido muchas de la veces los chicos no me dejaban por el hecho de que era una chica. Después, cuando me dejaban jugar, se quedaban impresionados cuando veían que una chica podía ser mucho mejor que la mayoría de ellos. También de pequeña jugué en liga masculina y muchas veces pude oír el típico comentario machista, cuyo objetivo era degradar a la mujer e intentar herir el orgullo de los chicos contra los que jugaba.
P – ¿En qué demarcaciones has jugado a lo largo de tu carrera y en cual disfrutas más?
R – Es una buena pregunta, porque he jugado en todas las posibles menos de portera (risas). Cuando era pequeña y jugaba al fútbol 7, mis entrenadores jugaban con dos defensas atrás y yo era una de esas defensas. Cuando pasé a fútbol 11, empecé a jugar de lateral, aunque mi última temporada en infantil acabé jugando de central. Más adelante continúe jugando de lateral, hasta que un entrenador decidió colocarme de interior debido a que tenía largo recorrido, era habilidosa y además ayudaba en el centro del campo en labores defensivas.
Después, en mi última etapa en el Atleti, empecé a jugar de media punta para dar los últimos pases y aguantar el balón. En el Rayo jugué de mediocentro defensivo, era la que se encargaba de sacar el balón desde atrás. Y mi última etapa aquí en EEUU empecé de mediocentro adelantado pero acabé de delantera. Creo que en la que disfruto más es de mediocentro. Me gusta tener la bola y poder moverla. Me gusta dar apoyos y jugar con mis compañeras. Creo que puedo aportar mucho de mediocentro y además disfruto tocando el balón, así que creo que es mi posición favorita.
«Poco a poco, las mujeres estamos más cerca de conseguir la igualdad completa en el fútbol entre hombres y mujeres»
P – La diferencia en el protagonismo entre hombres y mujeres en el fútbol: ¿te la tomas con actitud combativa y ganas de equilibrar el orden de las cosas u optas por la resignación? ¿Qué crees que podría y debería hacerse para buscar la igualdad entre géneros?
R – Yo creo que ninguna de las dos cosas, el fútbol masculino es el deporte rey y yo he crecido viéndolo y disfrutando de ello. Es verdad que a veces lo miras con cierta envidia, no por el dinero sino por ver cómo la gente les apoya, les anima y todo el ambiente que se crea. Creo que todavía nos queda mucho trabajo en este sentido, tanto en el fútbol como en la parte laboral o en cualquier aspecto de la vida. Poco a poco las mujeres estamos ganando más protagonismo, yo estoy contenta porque las mujeres estamos luchando para ello y estamos consiguiendo más cosas. De esta manera, cada vez estamos más cerca de conseguir la igualdad completa entre hombre y mujeres.
P – ¿Fue duro despedirse de todo lo que dejabas en España para viajar a EEUU o estabas mentalizada?
R – Fue muy duro despedirse de todo lo que tenía que dejar en España. Al principio no eres consciente pero cuando estás en el aeropuerto y por primera vez te despides de tus seres queridos sabiendo que no los vas a volver a abrazar hasta dentro de bastante tiempo, se hace duro. Dejas todo aquí: familia, amigos, fútbol, la carrera, todo. Empiezas una vida totalmente distinta, en un país extranjero con diferente lengua y todo esto totalmente sola. Creo que nunca estás mentalizada para eso. Fue un paso muy grande pero también es un regalo, por lo que si tienes en mente tu objetivo, lo que te ha costado conseguirlo y el porqué te vas, se te hace un poco menos duro.
P – ¿Cómo es la vida en EEUU? ¿Qué cambia respecto a la de España? Y, ¿con qué cosas te quedarías de una y de la otra?
R – La vida aquí es muy diferente. por ejemplo comen entre las 11:00 y la 13:00 y cenan entre las 16:30 y las 18:00. También cambia mucho la propia alimentación, en la universidad en la que estoy no tienen verdura o pescado fresco y la mayoría de la comida está frita o tiene bastante grasa. Yo prefiero la dieta mediterránea. De igual manera, notas mucho la diferencia horaria. A veces si quieres hablar con alguien de España es complicado porque lo mismo la otra persona está durmiendo o haciendo cualquier cosa diferente a ti.
Aquí, en comparación con los equipos españoles, entrenan todos los días y en pretemporada incluso dos veces al día y uno de los entrenamientos es a las seis de la mañana. Lo bueno es que, al vivir dentro de la zona de universidad, no tardo nada en llegar a cualquier sitio (en España sin embargo tardaba una hora en llegar a clase). Lo que me gusta mucho de EEUU es la ilusión que tienen con cada fiesta. Celebran a lo grande, con enormes platos de comida, disfrazándose…, etc. Cada vez que se acerca una fiesta, todos los centros comerciales se llenan de cosas para celebrarla. Otra gran diferencia es la vida nocturna, aquí los bares y las discotecas cierran como muy tarde a las 3 de la mañana. Además son muy estrictos con el alcohol, no puedes beber en la calle y no puedes comprar alcohol si no eres mayor de 21 años.
P – ¿Prefieres la forma norteamericana de ver el fútbol y su manera de gestionarlo o la española?
R – Sin duda me quedo con el fútbol español. Puede que también sea porque me he criado con este modelo y por lo tanto el americano me resulte extraño. Tienen distintas normas como por ejemplo poner el tiempo en el marcador desde 45min hacia cero, y si los equipos terminan en empate se disputaría una prórroga de dos partes con 10 minutos cada una con gol de oro. También, se pueden hacer todos los cambios que quieras en la segunda parte y, cuando metes un gol, se para el tiempo. Además el árbitro puede parar el reloj cuando quiera porque no hay tiempo de descuento. Aquí el fútbol, o como dicen ellos el soccer, no lo tienen como un deporte principal, por lo que yo creo que no tienen muchos conocimiento a nivel táctico o estratégico porque no se centran tanto en ello.
«El fútbol norteamericano es más físico pero menos técnico que el español. Me quedo con éste último»
P – ¿Qué diferencias encuentras entre los dos modelos de juego? ¿Con cuál te quedarías?
R – Principalmente el norteamericano es menos técnico, pero más duro y más físico. En España se puede ver cómo se cuida y se intenta jugar más el balón, con pases cortos y entre líneas. Aquí la mayoría de partidos son balones a la espalda de la defensa para que la delantera con una carrera los gane y meta gol. Muchos de los partidos acababa frustrada porque tanto mi defensa como la defensa contraria solo daban pelotazos hacia delante. Sinceramente, me quedo con el estilo español.
P – ¿Cómo funcionan las becas estadounidenses? ¿Te costó la adaptación a la vida de allí y, sobre todo, cursar tu carrera en otro idioma?
R – Cada universidad tiene un precio para poder estudiar en ella. Normalmente una beca completa te cubre el gasto en comida, alojamiento y libros. El entrenador de la universidad te da una beca con un precio, si es beca completa no tienes que pagar nada pero si no lo es, tendrás que pagar la diferencia de la beca con lo que cueste la universidad. Por ejemplo, si la universidad cuesta 20000$ y te dan una beca de 12000$, tú pagarías 8000$.
Al principio me costó adaptarme debido al idioma, las distintas costumbres y el distinto modelo de enseñanza, pero aquí pude encontrar a varias personas que me ayudaron desde el principio e hicieron que todo fuera más fácil. En referencia a cursar mi carrera aquí en Estados Unidos, es muy diferente. Creo que lo más difícil de todo es cursarla en otro idioma ya que tanto exámenes y clases como trabajos los tienes que hacer en inglés. Al principio te cuesta porque hasta ahora habías hecho todo en español, pero ahora sin embargo se me hace raro escribir más de un párrafo en un idioma que no sea el inglés.
P – ¿Crees que los medios de comunicación se implican lo suficiente con el fútbol femenino?
R – Creo que la mayoría de los medios sólo tratan de vender y no sólo no se implican suficiente con el fútbol femenino, sino también con los demás deportes minoritarios. Es verdad que ahora, con las redes sociales e internet, podemos hacernos llegar a más gente y gracias a ellas atraer a más personas para que disfruten el fútbol femenino. Creo que esto lo están notando los medios y poco a poco vamos teniendo nuestro hueco, aunque todavía nos queda mucho camino que recorrer en este aspecto.
P – ¿Por qué crees que ha evolucionado tanto el fútbol femenino en los últimos años?
R – Yo creo que por la ilusión y la fuerza de las mujeres y la gente que las rodea y las quiere. Gracias al apoyo de familiares y amigos cada vez el fútbol femenino crece un poco más. También influye que son cada vez más niñas las que quieren jugar al fútbol, lo que nos obliga a crear más escuelas de fútbol. Es bonito ver como el número de fichas federativas en el fútbol femenino va creciendo más y más cada año.
P – ¿Volverías a tomar todas las decisiones que te han llevado hasta dónde estás ahora? Y si cambiarías algo, ¿qué sería?
R – Sin duda volvería a tomar las mismas decisiones. Muchas de ellas fueron duras en su momento pero no me arrepiento de ninguna en absoluto. Estoy muy orgullosa con lo que he conseguido hasta este momento, pero estoy todavía más ilusionada en ver todo lo que puedo llegar a conseguir.
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