Dicen que el más grande engaño logrado por el Diablo fue convencer al hombre que no existe semejante criatura. Incluso, tal fue la maestría con la que el Diablo engañó al hombre que a la primera evidencia de la existencia del mismo, este hacía todo lo que estuviese en su poder para convencerse nuevamente que era una simple ilusión. Esta semana vimos precisamente las consecuencias de semejante engaño. Le llaman Demonio, Lucifer, Satanás, y otros tantos nombres, pero en Italia es conocido como il Diavolo.
Hace poco más de 100 años dos ingleses llamados Herbert Kilpin y Alfred Edwards fundaron en la ciudad de Milano un club elitesco de fútbol y criquet para divertirse con los amigos. Como símbolo eligieron il Diavolo, y los colores fueron el rojo y el negro, para sembrar el miedo en el corazón de sus adversarios. Eventualmente el criquet cayó en el olvido y los integrantes del club se dedicaron exclusivamente al deporte más popular de la época, el fútbol, compitiendo incluso en torneos nacionales e internacionales. Ese antiguo club de criquet es hoy conocido como AC Milan.
La Champions no perdona
El FC Barcelona fue derrotado este miércoles en un partido imperdible, celebrado en el estadio San Siro de Milano, ante un rival que lleva meses convenciendo al mundo (a este servidor incluido) de que ya no existe, que se ha desvanecido entre la tinta que firmó los contratos de Ibrahimović y Thiago Silva con el PSG. Nada más alejado de la realidad, no ha muerto, no desapareció ni se fue a ninguna parte, sigue ahí, en el mismo lugar donde lo dejaron tirado el verano pasado, agonizando pero con latidos en el electrocardiograma. No tiene la fuerza de antaño, pero se está rearmando entre las sombras y dentro de poco volverá a sembrar terror en el corazón de los inocentes y crédulos.
Todos los diarios de España, Italia y el mundo han escrito infinidad de palabras sobre el partido del miércoles. Es curioso ver como casi todos coinciden, cuando lo común es que difieran en todo al señalar siempre las mismas razones para la tragedia blaugrana, que son evidentes. El equipo salió al campo con su once de gala y días de descanso suficientes para tener las baterías cargadas al máximo. Il Diavolo en cambio lleva toda la temporada cojeando y lamiéndose las heridas, una presa fácil que había elegido esconderse en su madriguera para evitar la masacre a campo abierto, pero no sin antes preparar un par de trampas.
Lo increíble del asunto no es que la víctima haya tragado el anzuelo sino el hecho que desde lejos podíamos ver la cola y los cuernos asomando detrás de la puerta, y aún así no se dieron cuenta de lo que se venía. Es por esto que el FC Barcelona, el equipo más poderoso de la actualidad, es también el más ingenuo e inocente del mundo. Repasemos lo que sucedió esa noche en San Siro
La táctica
El Milan se presenta en su estadio con una pareja de defensores centrales bastante torpe, un centro delantero lento y una jaula en el mediocampo diseñada para contener al mismísimo Hulk. Con toda la presión puesta sobre Messi, lo más lógico era jugar a las sombras, atraer marcas sobre Lio, quizás ganando un par de faltas y amarillas, obligando a los laterales a apretar hacia el centro y luego soltar un par de diagonales hacia los costados donde Alves y Alba deberían tener espacio en pareja con Pedro e Iniesta. Abate y Constant serían presa fácil.
La teoría era sencilla, el equipo rossonero estaría siempre bajo presión defendiendo cerca del área de Abbiati, con el peso de un posible penalti pendiendo sobre la nuca de cada defensor. Existe siempre el riesgo de un contragolpe pero para eso existen el achique y la falta técnica que forman parte del juego aunque los culés decidan ignorarlas. Ese es el precio a pagar. La diferencia es que usualmente es un bajo precio recibir un gol por partido cuando anotas tres. La defensa del Milan es lenta y torpe, lo demuestran los 31 goles recibidos en 25 fechas hasta ahora, pero hasta la defensa más torpe de Italia aguanta el 0-0 frente a un equipo que no corre, y eso fue lo que pasó el miércoles en San Siro.
Cada vez que un blaugrana tenía la pelota en ¾ de campo entraba en la jaula diseñada por Allegri, y era como entrar a al Triángulo de las Bermudas, el esférico desaparecía de manera misteriosa entre Ambrosini, Muntari y el lateral de turno. Era ese el momento de hacer que un blaugrana corriera en diagonal a espaldas del lateral. Cesc, Iniesta, Pedro, Messi o Xavi, alguien debía correr y aprovechar el espacio creado porque la pelota corre siempre más rápido que el jugador. Los jugadores vestidos de amarillo parecían deambular por el verde con la parsimonia de quien se siente protegido o simplemente se encuentra ante el espejo, como si enfrente no estuviera el enemigo con la sangre en el ojo, los dientes apretados y rabia en la mirada. El mismísimo Lucifer.
La línea defensiva del Milan estuvo siempre atenta, tratando de no quedarse acorralada en el área grande, precisamente porque el Barcelona no apretaba de forma vertical sino que se paseaba en horizontal. De ese modo, tanto El Shaarawy como Boateng tuvieron suficiente tiempo para buscar la mejor posición a la hora de un contragolpe. A pesar de que su equipo esté en una etapa de transición a nivel colectivo, siguen siendo jugadores de gran talento individual.
El terreno de juego, un patatal
Imposible olvidarse del factor campo. En la guerra, cuando vas a invadir territorio enemigo no le pides al dueño de la casa que te ofrezca un té caliente para combatir el frío (leer la historia de Hitler). Las condiciones del campo en San Siro son las que son, perfectas para incomodar a cualquier rival que pretenda jugar por el piso, es parte del juego, ¿o es que los Yankees le piden a los Red Sox que quiten el Green Monster cada vez que visitan el Fenway Park? El único equipo al que he escuchado quejarse del estado del campo en el último lustro ha sido siempre el mismo y viste de blaugrana, demasiada casualidad.
Por último, cuando ya el pobre Diavolo había salido de su madriguera y sus cuernos se habían hundido en el costado del desprotegido Barcelona, justo el momento en que los ángeles acostumbran bajar de los cielos para ayudar al pobre y desamparado, el buen Roura decidió quedarse atónito en el banquillo, quizás en shock después de ver una aparición fantasmal que mostraba el 1-0 en el marcador. Sus muchachos seguían bajo el embrujo del pobre Diavolo, cojo y cansado pero lleno de energía al darse cuenta que el engaño seguía intacto. Está de más decir que guardarse cambios cuando te encuentras en una situación semejante es ridículo, pero es que ni siquiera el único cambio que se dignó a hacer tuvo mucho sentido. Sacar a Cesc por Alexis no modifica nada, es más de lo mismo. Hubiese sacado a Puyol primero, pasando a 3-4-3 y moviendo los puntos de referencia del contrario. No existe el Plan B.
La derrota deja al conjunto blaugrana en camilla con hemorragia interna, pero intacto por fuera a tal punto que siguen creyendo que todo está bien, que no ha pasado nada pues el enemigo no existe, lo del miércoles no fue más que un glitch in the Matrix, una secuencia de errores que se repiten y crean una sensación de dèjá vu, todo una ilusión, como si el Chelsea ‘09, el Inter ’10, el Madrid ’11 y el Celtic ’12 nunca existieran. Pues cuando reciban al Milan en la Ciudad Condal se estarán jugando la temporada ante un Diavolo aun herido pero vivo gracias a su astucia. Deberán darse cuenta que detrás de los cuernos y la cola existe el peligro de la eliminación, y temo que quizás sea demasiado tarde para evitarla.
El Derby
Mientras tanto en Italia, il Diavolo se prepara para enfrentar al único verdadero enemigo que ha tenido durante casi toda su historia, el peor de todos justamente porque nació de su costilla y comparte su sangre, su ciudad y su estadio, el Internazionale. Este equipo se fundó cuando los extranjeros del Milan fueron exiliados del club rossonero y decidieron crear uno propio, bajo la idea que todos serían bienvenidos independientemente de su origen, tomando como símbolo la serpiente (il Biscione) propia de la familia Visconti, dueños de la ciudad en el siglo XIV (leer historia de Alfa Romeo) y los colores azul y negro, representando el cielo que combatiría el mal, en este caso il Diavolo.
Si el Diavolo se encuentra en proceso de transición, también para il Biscione es el momento de mudar la piel. La trayectoria de ambos equipos ha sido inversamente proporcional esta temporada, uno empezando desde el sótano y el otro desde la azotea, y justamente ahora que las trayectorias convergen en el 3er lugar de la clasificación, el destino nos ofrece el Derby della Madonnina.
El conjunto de Stramaccioni ha probado más esquemas de juego esta temporada que en toda la década pasada. Su mayor problema es que decidió prescindir de los servicios del que fue durante 3 años el sol alrededor del cual giraba todo el planeta Inter: Wesley Sneijder.
La llegada de Cassano no ayuda tampoco, pues el talento de Bari Vecchia explota mejor sus cualidades exactamente en la posición que ocupaba el holandés, libre de moverse por todo el frente de ataque, justo detrás de una punta central que haga de pivote. Junto a Pazzini en la Sampdoria se vio la segunda juventud de Cassano, y detrás de Milito pudo demostrar Sneijder al mundo que merecía el premio al mejor jugador del mundo el año del Triplete.
La diferencia estriba en que Cassano requiere mayor cobertura del mediocampo y la plantilla del Inter carecía de dinamismo a inicio de temporada. Todo el tiempo perdido en nuevos esquemas le ha impedido al equipo memorizar movimientos y desarrollar la necesaria cohesión entre filas que requiere un equipo de primer nivel para competir. Como en tiempos pasados, son pocos los jugadores que han encontrado su rol natural debido a estos cambios sin organización y multitud de talentos han sido desaprovechados.
Desde Coutinho que fue cedido a Liverpool y el ya mencionado Sneijder, pasando por Álvarez y Pereira, hasta los nuevos Kuzmanović y Kovačić quienes apenas llevan un mes desde que llegaron, e incluso el propio Pazzini, que fue vendido en la operación Cassano para darle protagonismo a Milito (lesionado para lo que queda de temporada), toda la plantilla ha sufrido la pésima gestión del joven e inexperto Andrea Stramaccioni, con la evidente complicidad del presidente Moratti y sus asesores de mercado.
El Partido
El once probable para el domingo podría ser el siguiente, siguiendo un esquema de 4-3-1-2 con Handanović en la portería; Zanetti, J. Jesús, Chivu y Nagatomo atrás; Gargano, Cambiasso y Kuzmanović en la media, con Guarín de enganche detrás de las puntas Cassano y Palacio. En vista de las múltiples lesiones, no quedan muchas alternativas para el domingo y aun así sobre el papel no se ve nada mal el equipo. Por supuesto, al final depende todo de la concentración de los integrantes.
Por su parte el Milan podría repetir el once que derrotó al Barcelona, haciendo un par de cambios de rigor, basándose en un 4-3-3 con Abbiati bajo los palos; De Sciglio, Mexès, Zapata y Constant en defensa; Boateng en sustitución de Ambrosini trabajando en la mediana junto a Montolivo y Muntari; arriba el trío de las “crestas”con El Shaarawy, Niang y el jugador del momento en Italia: Mario Balotelli.
No obstante, no se confundan, por más que il Biscione se encuentre en horas bajas cuenta con jugadores que tienden a buscar más la verticalidad en comparación con los culés. La defensa del Diavolo sufrirá mucho más en 10 minutos del Derby que en todos los 90 minutos del partido contra el Barça, porque Allegri no saldrá a defenderse teniendo a Balotelli, buscará muchos más balones ofensivos a través de Montolivo; porque el Inter no retiene la posesión de la pelota como los catalanes y ofrecerán más oportunidades de gol al trío de bad boys rossoneri; y porque, a diferencia de la Champions donde sirve el empate en la ida, en la Serie A el duelo con el Inter es clave en la pelea por el 3er lugar que ofrece acceso a la próxima edición del máximo torneo continental.
Por todo esto podemos decir que el partido será intenso, con etapas de bastante roce y contacto físico, probablemente varias tarjetas amarillas incluso. Las defensas no serán tan cerradas y el potencial de ataque es alto, por lo que el 0-0 es improbable. Una vez más veremos al Diavolo enrojecerse de rabia frente al Biscione que el domingo será el dueño del campo, y es que no importa que pasen los años y cambien los jugadores, la rivalidad permanece en la afición.
Para el Milan será otro paso en el camino que lo lleva a un objetivo, no el del éxito, sino el de la supervivencia. Toda la temporada ha sido y seguirá siendo una prueba de madurez para una camada de nuevos jugadores que se visten con los colores que fundaron Kilpin y Edwards, y que un día vistieron Rivera, Liedholm, Nordahl, Baresi, Maldini, van Basten, Shevchenko, Inzaghi, Seedorf, Nesta y Kaká entre otros. Es bastante improbable que ganen el Scudetto y muy difícil que ganen la Champions aunque eliminen al Barça, pero lo importante es que al final de la temporada hayan aprendido la lección y los errores pagados valgan la pena, para que la temporada que viene el mundo vea la enésima aparición del Diavolo Rossonero.
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