El otro Clásico: 4-2, la liga para 2

Tras los ecos del Barça – Madrid, se jugaba otro partido decisivo esta jornada, como dije la semana pasada, podría denominarse el partido del descarte, el clásico entre campeones, Juventus – Milan.

El clásico 1-4-4-2 llevado hasta la pura fe por parte de Ranieri contra el gran abanico de posibilidades que tiene el Milan, en este caso Carlo optó por el 1-4-3-2-1.

Como siempre, la Juve empezó como os vengo contando, intensidad desde que rueda el balón, simetría en la línea de presión, Amauri tirando desmarques de ruptura para abrir huecos y facilitar el avance de Del Piero, y desborde con los laterales de ambas bandas. Hoy nos vamos a parar un poco en este punto, porque creo que es bastante interesante, entenderlo es la clave para entender las victorias de la Vechia Signora, hace partidos explicaba el factor anímico, como Ranieri era capaz de enchufar a sus hombres desde el minuto 0, para aprovechar su calidad, por encima de su deplorable estado físico. Cuando la Juve inicia el ataque por medio de los mediocentros, las bandas salen disparadas al ataque, bien sea el medio derecho o el izquierdo, como pueden ser Nedved, Camoranesi, De Ciegle, Marchioni… O los laterales en cobertura, normalmente Gryguera, esta salida crea espacios, el balón está en el centro y puede ser pasado tanto a los dos puntas que ya están realizando los pertinentes desmarques de apoyo, en el caso de Del Piero y de ruptura en el caso de Amauri, como a las dos bandas, este hecho, hace que la defensa tenga que vascular de manera inmediata, y ahí es cuando se producen los errores defensivos. Normalmente los dos centrales se quedan con los puntas, y el trabajo queda para los laterales y los mediocentros en repliegue. Ranieri busca electricidad, busca fogosidad, busca hacer trabajar a los centrales, que estos tengan que decidir la línea de basculación y a partir de ahí generar superioridades, parece muy simple, pero en realidad tiene un gran trabajo táctico por detrás, conlleva horas de entrenamiento y entendimiento milimétrico de los jugadores en ataque, un paso en falso y tu contragolpe se convierte en tu propia tumba, pero la Juve ha llegado a perfeccionar tanto este movimiento que parece un ballet absolutamente coordinado, ya sea Marchisio, ya sea Sissoko, ambos saben que hacer con el balón, saben marcar los tiempos y esperar al error defensivo, que por supuesto dura a penas segundos, si tardan demasiado se reposicionan, si lo hacen antes de tiempo la defensa tiene el control. Cuando la línea de pase está decidida los delanteros basculan hacia la zona del posible remate, Del Piero al corto y Amauri al largo, y los mediocnetros salen para generar superioridad y posibles apoyos, simple pero tremendamente complicado de realizar y por supuesto de defender.

Ayer la Juve dio un recital táctico hasta el 1-0, después el Milan se recuperó y consiguió empatar, por medio de la calidad diferencial que atesora Ronaldinho, y es que el esquema ofensivo milanista también es bastante clásico, hoy no vamos a pararnos en demasía con el, pero prometo hacerlo algún día, por un lado esta Pirlo, ese hombre capaz de poner el balón donde el quiera, sabe aprobechar como nadie los huecos que dejan a sus espaldas los defensas en el repliegue y realiza reorientaciones, esa es la principal baza ofensiva del Milan, los cambios de ritmo y los balones largos de «Il Metronomo», cuando esto falla, es el turno de los mediapuntas, jugar entre líneas es su obligación, infiltrarse, salir, ofrecerse y si el delantero falla, rematar, ayer solos Ronie y Seedorf, el primero pone la calidad, pone el desborde, el 1×1 que tanto vale en fútbol moderno, y el segundo lo no vistoso, los desmarques que debería trazar un punta en primera línea de combate, los tira Clarence desde segunda, además aporta fuerza y disparo. Todo esto para un único punta, para mi ayer, mucho más interesante que Borriello, como ha sido Pato de 9 absoluto, ha sabido salir, ofrecerse y ha rematado, poco más se le puede pedir, podría generar superioridades por medio del regate, pero creo que con lo primero ya aporta más que Borriello. El Milan se hizo con el balón y puso el 1-1 para darle emoción al partido, en la jugada previa, Nedved abandonaba el campo por De Ciegle (problemas físicos). El Milan continuaba mandando sobre el balón, pero una vez más, en un contragolpe la Juve conseguía un corner, que bien sacado ponía el 2-1, a partir de ahí, los de Carlo abandonaron la contienda, en otro contragolpe, jugada desde la banda y gol de Amauri de cabeza (tal y como les contaba antes), 3-1 nos vamos al descanso en un partido que la Juve acababa de romper.

En la segunda parte, Ancelotti los bajó a la tierra, cambió a Emerson por Sheva y el Milan entró de nuevo en el partido, la Juve seguía marcando las diferencias a la contra y Marchisio, excelente partido por cierto, ponía la nota de calidad en el medio del campo, Sissoko había logrado hacer desaparecer a Pirlo, pero en un ataque fugaz, el Milan con toda la calidad que atesora consiguió abrir un hueco para que Ambrosini desde la frontal pusiera el 3-2 y encendiera de nuevo un clásico que poco a poco se estaba apagando. A partir de ahí la Vechia Signora volvió a despertar, reanudó sus ataques y su recital táctico, tanto es así que Zambrotta no tuvo más remedio que hacer una falta en uno contra uno y ver su segunda tarjeta amarilla, el Milan con 10 y con la Juve subida ya a su chepa. Amauri se asoció con Sissoko, para anotar el 4-2 en una jugada de 9 puro, de bella factura… El Milan acabó pidiendo la hora y la Juve llorando de alegría, sabían que la liga ahora era cosa de ellos o del Inter.

Este partido cerraba una jornada histórica para la calcio, con nada más y nada menos que 41 goles, ¿se estará recuperando la liga más competitiva del mundo? Por lo menos, los partidos comienzan a recuperar la emoción de antaño.