Dan Hojman, @danhojman - Ni el más optimista simpatizante merengue, ni el más pesimista fanático de los muchachos de Pep, hubiesen vaticinado que hoy, a falta de 16 fechas para el final de La Liga, la tabla de posiciones iba a estar tal como está. No solo porque hubiese sido arriesgado pronosticar que el Madrid iba a estar en la cima, sino también, y por sobre todo, por la cantidad de puntos que separan a estos dos únicos equipos que pelean el título, por octava temporada consecutiva.
Que, tal como lo hacen consecutivamente desde la temporada 2004/05, el FC Barcelona o el Real Madrid CF se iban a quedar con el título, era fácil de predecir. Ambos mantuvieron las bases de aquella histórica temporada en la que pelearon por todo, y en la que el Barça realmente pasó por encima a los de Mou. Pero, con algunos refuerzos y cambios, esta temporada fue distinta.
Primero que nada, porque el cruce entre ambos en la Copa del Rey no se dio en la final, como el año pasado, sino en los cuartos de final. Y que cruce aquel. Si bien alguien podría argumentar que el primer cotejo, en el Santiago Bernabeu, fue parecido a los de la temporada pasada, con el Barcelona ganando en buenos partidos, nadie podrá negar que el partido en el Camp Nou fue de los más emocionantes de los últimos clásicos. Es que con el resultado en contra, y en tierra blaugrana, nada más les quedó a los muchachos de Mou que salir a buscar el partido. Y fue un clásico en el que el Real superó ampliamente el Barça. Abruptamente en un primer tiempo en el que los locales terminaron con el marcador 2-0 a su favor (¿Acaso porque el fútbol es injusto?). Y tal como en la primera mitad, donde presionaron en todas las esquinas, y donde atacaron por todos los medios habidos y por haber, los jugadores del Madrid salieron a comerse la cancha en la segunda parte, y convirtieron dos tantos para igualar la cosa y darnos un final emocionante que (¿Acaso porque el fútbol es injusto?) terminó por clasificar al Barça a semifinales. Fue ese partido, una gran muestra de cómo complicar a este Barça. Una muestra casi tan buena como aquella del Athletic de Bielsa, cuando el empate en dos condecoró el partido de la 11º fecha entre dicho equipo y los gladiadores de Pep.
Pero hubo otro clásico entre el Barcelona y el Real esta temporada, aquella victoria de Messi, Xavi, Iniesta y sus secuaces, en la fecha 15. Fue un muy claro 3-1, en el Bernabeu. Y habiéndose dado estos partidos, hoy el Barcelona es el candidato más fuerte a quedarse con una Copa del Rey que mereció el Real Madrid. Y el Madrid es casi el único candidato a ganar la Liga que quizás debería estar peleando más ajustadamente contra el equipo de Guardiola.
Terminen como terminen ambas competencias, más el atractivo de la UEFA Champions League en la que ambos todavía tienen vida y serias chances de alzarse con la orejona, no cabe duda alguna acerca de la época gloriosa que está viviendo el fútbol español. De la época gloriosa que están viviendo el Barcelona y el Real Madrid. De estos dos equipos que realmente, son de los mejores de la historia. Y de esta época que, al encontrar dos tan grandes equipos, permite que en algunos resultados, en algunos números, no esté reflejado lo que pasó en el campo de juego. Será solo cuestión de detalles, ambos quedarán grabados en la historia, por una o por otra cosa ¿O acaso será, que El Fútbol Es Injusto?
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