Ramon Velázquez - El otro día, mirando el muro de mi página personal del Facebook, vi que uno de mis amigos había puesto un enlace a un vídeo. Supongo que si lees el título de este artículo, pronto relacionarás de que trataba dicho vídeo. Pues sí, la mítica escena de la película española Airbag, donde se espeta el famoso «el concepto es el concepto». De forma casi instantánea, mi complicada mente lo relacionó con el fútbol (que raro…). Pensé en que hay equipos que basan toda su política a un concepto. El ejemplo mas claro es el Barcelona, que basa su ideología en la cantera. Además, su juego siempre se ha basado en construir tocando el balón desde atrás, con pases precisos, y con un sistema 4-3-3, que constituyó como básico tras el paso por los banquillos de Johan Cruyff. Y de forma inevitable, me vino a la cabeza el Real Madrid. ¿A qué juega el Real Madrid? ¿Cuál es su ideología? ¿Cuál es su sistema de juego? Yo por lo menos no puedo dar respuesta a estas preguntas. Solo se que el concepto del Madrid es, sea como sea, ganarlo todo. Da igual si juegan bien, si juegan mal, si ganan todos los partidos 1-0, si la afición no está contenta con el juego del equipo… da igual todo. Mientras se consigan los títulos, la temporada habrá sido un éxito.
Muchos pensaréis que lo que acabo de decir es una obviedad, y que todos los clubes del mundo tienen este objetivo. Tenéis razón, es algo cierto e indudable. Mi escrito va mas dirigido a la política que se ejerce desde el club y en sus contrataciones. No obstante, no me refiero a los fichajes, que me parecen del todo loables (a esta altura dudar de C. Ronaldo, Kaká, Xabi Alonso y demás me parece una tontería), sino al puesto de entrenador. Siempre he tenido la sensación de que el Madrid ficha entrenadores por sus títulos y méritos en sus anteriores equipos, no porque se basen en un sistema de juego predefinido por la política de la directiva merengue. En los últimos años, han pasado muchos entrenadores por el banquillo del Santiago Bernabéu, y todos han tenido sistemas de juego muy distintos. Fabio Capello, Wanderlei Luxemburgo, Pellegrini, Del Bosque, Camacho, Bernd Schuster… todos son grandes entrenadores, de eso no hay duda. Pero cada uno tiene su estilo; unos mas defensivos, otros mas ofensivos, unos juegan al 4-4-2, otros al 4-5-1, otros al 4-1-2-1-2,… pero ninguno tiene una filosofía continuista con el anterior, y lo peor: ninguno ha sido contratado por tener una filosofía de juego en particular.
El Madrid cada año tiene una plantilla que provoca temor en toda Europa. Siempre dispone de los mejores jugadores en sus alineaciones, pero tiene un problema: cada año empieza de cero. Un nuevo entrenador, una manera de jugar distinta. Esto ocasiona que el jugador que el año pasado tenía sitio, la temporada siguiente no lo tenga… que el nuevo míster no tenga «feeling» con un jugador imprescindible el año pasado y no lo haga jugar de forma regular, o incluso apear de la titularidad a un jugador que normalmente ha sido imprescindible (léase el caso Raúl) … y así podría seguir un buen rato. Además, hay que sumarle la gran presión que sufre la plantilla al estar obligada a ganarlo todo por el esfuerzo económico realizado por la directiva. Este cúmulo de factores, bajo mi humilde opinión, son siempre los que hacen que el Madrid no triunfe en los últimos años, aunque esta temporada, de nuevo bajo mi opinión, ha realizado un curso futbolístico mas que correcto, pero que al ser el Madrid, y con la ayuda inestimable de la prensa mediática, se ha catalogado de catástrofe total.
Parece ser que de una vez por todas se va a decidir dar continuidad a un proyecto, al de José Mourinho, el cual ha firmado por cuatro años. El luso ha impuesto, por todos los equipos por los que ha pasado, un sistema de juego muy sólido, que le ha permitido coronarse en casi cualquier competición en la que ha jugado. Además, para estímulo del seguidor madridista, Mourinho ha conseguido doblegar en varias ocasiones al Barcelona, lo que permite soñar con el final del tan esperado fin de ciclo del Barça desde la casa blanca.
Así pues, «The Special One» aterriza en Madrid con un claro objetivo: derrumbar al club de la ciudad condal. El «cómo» creo que no le importará demasiado a la afición. Por lo menos durante el primer año, porque ya vimos que, como es de entender,a la gente no le gusta ir al Bernabéu a aburrirse, como en la época de Fabio Capello. No obstante, Mourinho nunca ha destacado por que su juego sea muy lustroso, basando su concepto en la consistencia de un bloque, porque como ya sabemos,«el concepto es el concepto«. Dentro de un año veremos que tal le ha ido. De momento, como cada verano, la afición puede soñar que esta vez será la definitiva.
3 Comentarios
Muy de acuerdo como siempre con tu artículo compañero.
La continuidad es algo básico, tanto a la hora de elaborar una plantilla como cuando hablamos de los banquillos. No solo por el cambio táctico que supone tener un míster nuevo cada año, también por el "efecto familia" que con tanto cambio es imposible conseguir.
El ser un grupo unido es tan importante como el planteamiento, como demuestra cada día el Barcelona o como demostró en la Eurocopa la Selección Española.
Saludos a todos!
El equipo madrileño no está a la altura de los catalanes y si lo está, es un síntoma malísimo para el madridismo. Florentino Pérez debería saber que la derrota es necesaria, no derrumbarse al primer envite es básico para salir ganador. Johan Cruyff llegó y jugó con defensa de tres. Perdió mucho, regaló bastante. No renunció nunca a su filosofía. Estuvo cesado, ahora es el entrenador referencia de la filosofía barcelonista.
Un saludo desde Panorama Fútbol
El Real Madrid ha entrado en una vorágine muy mala , pues ni siquiera la consecución de títulos te da seguridad de seguir el año que viene , que se lo digan a Capello o Schuster o más lejos aún a Heyenckes , Hiddink o Del Bosque . Pero no sólo afecta a los técnicos , ocurre lo mismo con los jugadores y así es muy difícil conjuntar un equipo .
Un saludo